Testimonios de vícitmas de ataque en San Bernardino
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La mujer se escondió dentro de un closet con un amigo y desde ahí pudo escribir el texto. Los disparos no cesaban mientras sus dedos presionaban el alfabeto en la pantalla de su celular.
SAN BERNARDINO.- Los mensajes de texto y las llamadas se convirtieron en pruebas de vida para de empleados y visitantes del Inland Regional Center mientras ocurría un fatal tiroteo.
“La Policía está con nosotros. Yo estoy bien. Por favor, recen”, escribió Cristina Calderón, una trabajadora social del centro desde hace 17 años, en un mensaje que envió a su esposo, José.
La mujer se escondió dentro de un closet con un amigo y desde ahí pudo escribir el texto. Los disparos no cesaban mientras sus dedos presionaban el alfabeto en la pantalla de su celular.
Entérese: California: dos sospechosos muertos y un detenido tras tiroteo “Hola familia, antes que nada estoy bien. La Policía está rodeando a un gran grupo de nosotros en el primer piso”, inicia el mensaje de texto, que lejos de calmar a José le hizo pensar en lo peor.
“Me preocupó porque empecé a oír que los sospechosos estaban vestidos con chalecos y tenían rifles”, dijo José, quien ayer por la tarde fue a recoger a su esposa al Centro Regional Hernández, en la esquina de la calle Tecera y Sierra Way, a unas millas del sitio donde ocurrió la balacera.
La familia García también recibió un aviso de su hija, Mara, una trabajadora social. “La alarma se prendió, algo está pasado”, relató desde su celular la empleada.
Lea más: Gobernador de California promete justicia tras tiroteo El mensaje lo recibió su madre, Mara García, y avisó a sus familiares. “Ella está afectada. Estaba llorando. Ha sido un día alocado”, dijo la mujer afuera del centro Hernández.
El encuentro entre familiares y empleados del condado fue emotivo en dicho centro. “Gracias a Dios”, se escuchaba entre lágrimas y abrazos consoladores. Pocos testigos del peor incidente violento registrado en San Bernardino en las últimas décadas quisieron relatar sus experiencias a la prensa.
“Estábamos protegidos bajo un escritorio. Yo estaba encima de ella”, contó Keith Mainwal, mientras cargaba a su pequeña hija, a quien había llevado al Centro Regional Inland. “Tratamos de ponernos a salvo. Pero ella está bien, se divirtió con toda la gente”, mencionó.
Entérese: No hay reporte de mexicanos en tiroteo de San Bernardino: SRE Poco después del mediodía aún había incertidumbre entre los parientes de los sobrevivientes.
“Mi hija me llamó poco después de las 11 de la mañana y me dijo que estaba bien, que estaba debajo de un escritorio porque escuchaba que estaban disparando”, dijo Elsa Torres.
El dato
> Con los ojos llorosos Pascual Fierros llegó buscando a su familiar, aún cuando ya sabía que estaba a salvo. “Está todo bien, pero no la hemos visto”, expresó Fierros. “No me contó detalles, sólo que estaba muy asustada, no me pudo decir más”, mencionó.