Un fármaco para el alcoholismo podría curar el VIH
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Su nombre es “disulfiram” y es un medicamento habitual en el tratamiento para el alcoholismo.
Un medicamento frecuente para tratar el alcoholismo, el disulfiram, podría ayudar a encontrar la esperada cura definitiva para el VIH, según los resultados del último estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia) y que recoge la revista The Lancet VIH.
Este fármaco que ayuda a disuadir a los pacientes de beber, funciona mediante el bloqueo de una enzima llamada deshidrogenasa, que desempeña un papel clave en el metabolismo de la ingesta de alcohol. Inhibir esta enzima provoca que si el paciente consume alcohol obtiene “como recompensa” un fuerte dolor de cabeza, náuseas, dolor en el pecho, vómitos, debilidad, visión borrosa, confusión mental o sudoración generalizada.
Hasta ahora, la terapia antirretroviral (TARV) es el principal tratamiento para el VIH, e implica una combinación de al menos tres fármacos antirretrovirales que ralentizan la progresión de la enfermedad. A pesar de haber reducido las tasas de mortalidad, esta terapia no representa una cura para una de las enfermedades más graves y complicadas del mundo.
El virus del VIH es muy inteligente y es por ello por lo que está costando tanto acabar con él. En sus ensayos clínicos, a los 30 pacientes VIH-positivos del estudio les fue administrado disulfiram durante tres días (500 mg el primer día, 1000 mg el segundo día y 2000 mg el tercer día). Los expertos descubrieron que gracias a las tres dosis, las células durmientes del VIH “despertaron”, hecho que permitiría que estas células sean destruidas. La capacidad de este fármaco de despertar estas células sería la clave para curar el virus.
Además, aparte de este descubrimiento, los investigadores vieron que despertar el VIH latente no tenía efectos secundarios tóxicos. “A pesar de que el medicamento sólo se les dio durante 3 días, hemos visto un claro aumento de virus en el plasma, lo cual fue muy alentador. Este juicio demuestra claramente que el disulfiram no es tóxico y es seguro de usar, y muy posiblemente podría ser el elemento de cambio que necesitamos”, explica Sharon Lewin, líder del estudio.
“Ahora tenemos que encontrar la manera de deshacernos de la célula infectada. Tenemos mucho que aprender acerca de cómo erradicar en última instancia, este virus tan inteligente”, aclara Julian Elliott, coautor del trabajo.
Por Sarah Romero / Muy Interesante