Domingrillo

Opinión
/ 2 octubre 2015

Quizá Elenita invitó al Rey a venir a México con su rifle:
para eliminar algunos elefantes blancos.

Emociones controvertidas: millones de paisanos se entusiasmaron con Juan Pablo, ya Santo polaco mexicano, y otros con la señora Poniatowska, Premio Cervantes mexicana polaca, galardón que  agradeció con un discurso perredista, pero disfrazada de Beatriz Paredes. De lo que no hay que espantarse: García Márquez recibió el Nobel caracterizado de Echeverría. ¡Hasta no Verte Jesús Mío!, no fue una frase de Juan Pablo cuando volaba a ocupar su lugar en el Cielo, sino el título una de las obras de la señora Poniatowska. Pero el Papa, ahora Santo, sí dedicó a este País frases legendarias como ¡México, siempre Fidel!, antes de que se nos fuera el máximo líder, o ¡Me voy, pero no me voy! que todavía repite Carlos Salinas de Gortari. Juan Pablo, pues, ya es Santo, gracias al milagro de salvarle la vida a una ecuatoriana. Elenita todavía intentará lograr la multiplicación de los Pejes en el 2018. Ni Ernesto Cordero ni Gustavo Madero conseguirán el prodigio de la multiplicación de los panes, pero su exjefe Felipe sí podría convertir el vino en agua. En cuanto al PRI, ya expulsó a su exlíder Basuritas del Templo.

Cuando vino la primera vez Juan Pablo besó el suelo.
Y comenzaron las marchas contra
la reforma energética.

Es que los tiempos cambian: en aquel tiempo dijo Jesús —Reyes Heroles, claro— que estaban prohibidos los actos de culto externo y multó a Su Santidad con 50 pesos que el Presidente López Portillo pagó de su bolsa: y eran 50 pesos de aquellos, alcanzaban para una bolsa de Apicán. Regresó varias veces, la última para canonizar a Juan Diego, patrón de los mexicanos, porque traemos el mandil del cuello hasta los pies. El Papa Pancho cumplió el slogan de Sabritas: A que no puedes canonizar solo uno: incluyó a Juan XXIII, pero como convidado de piedra. También invitó al Papa con nombre de placa de coche: Benedicto XVI. Solo le faltó incluir en el elenco a su paisano Maradona, pero es que el Diego no alterna con cualquiera: él siente que la Madonna le habla. Afortunadamente sí estuvo junto al Papa Pancho el mexicano de su mayor confianza: el obispo Jorge Carlos Patrón Wong, que no es de Pachuca, sino de Mérida, donde también hace aire del Mayab. Ah, esta vez no se le posó al Papa en el hombro una paloma, pero cerca de él estaba una Gaviota.  

Destapó Peña para Sinaloa a su
comunicador, el señor López.
Pero Joaquín estaba en Roma.

¡Ah, perdón!, el Mandatario se refería a David López, jefe de prensa, tan discreto que incluso propuso a un vocero, Eduardo Sánchez, para aclarar lo que el señor Presidente no quiso decir... Por cierto, en su último papel en la tele Jorge Arvizu, El Tata, hacía de vocero de Fox y visera de Martita... No solo Peña Nieto: apareció en la portada de Vogue, designada la mujer más bella del Mundo, la méxico-kenania ganadora del Oscar Lupita Nyongo. Salvo, claro, lo que opine Lupita Jones, la primera Miss Universo NO mexicana... Y Carlos Cuarón figura, según la revista Forbes, entre los 100 hombres más influyentes del mundo, junto a Slim que, al parecer, sí es mexicano...

ELEMENTAL, MI QUERIDO...

—¡Te traje una Bendición del Papa!

—¿De cuál de los 4?

LA RED

¡RRIINNGG!

—Bueno,  el PAN...

—¿Es cierto que le jalaron las orejas al senador Lozano?

—No, así de largas las tenía ya...

RRIINNGG!

—Bueno, oficina del Comisionado Federal en Michoacán...

—¿Es cierto que las autodefensas se desarmarán el 10 de mayo?

—Eso dicen, pero a ver si no resultan unos hijos de Tuta...




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