Estoy con Coca-Cola

Opinión
/ 2 octubre 2015

La Comisión de Economía de la Cámara de Diputados informó ayer que perfilaba rechazar el impuesto de un peso al litro de refresco, propuesto en la iniciativa de Reforma Hacendaria del Presidente Peña Nieto. Argumentó que la obesidad es un problema multifactorial y que se dañaría una cadena productiva.

Me alegraría la confirmación de esa noticia, consciente de que la diabetes es la tercera causa de muerte en el país (más de 80 mil personas al año). Y de que en 2012, medio millón de mexicanos desarrollaron enfermedad ocular y 64 mil enfermedad renal por esa causa. Y de que la diabetes estuvo asociada a 94 mil ataques cardiacos. Y de que hay cerca de 11 millones de diabéticos en México y las proyecciones apuntan a 16.4 millones en 2030.

Ha sido muy estimulante observar la pasión con que asociaciones, como El Poder del Consumidor, arremetieron contra las refresqueras por considerar que sus bebidas dañan gravemente la salud.

Estimulante, asimismo, ha sido la forma en que las refresqueras, encabezadas por Coca-Cola, encararon la arremetida. En vez de actuar soterradamente, fueron a los medios con campañas en favor de la salud, volantearon a través de sus repartidores y sumaron pequeños comerciantes a la campaña "Esta tienda y sus clientes decimos NO a otro impuesto al refresco". Se defendieron, en fin, como se defiende en una democracia un protagonista acosado.

Bienvenida la libertad de elección, llámese aborto, matrimonio con alguien de tu sexo, consumo de marihuana, Coca-Cola, tacos de carnitas.

Y bienvenido el debate. Que los legisladores voten y el ciudadano tenga cada vez mejor información. No más impuestos.

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