La música y los deportes causan alegría

Opinión
/ 2 octubre 2015

El deporte es una actividad física y mental sujeta a reglas, que se practica de manera individual o por equipos, muchas veces en forma rítmica y acompasada. Una de sus características es la acción, otra, el concierto, las que le confieren afinidad con las artes, por ejemplo, la música. En la antigua Grecia, el filósofo Aristóteles decía que la armonía musical incita a la acción, por lo que los deportistas helénicos acompañaban sus ejercicios con cantos interpretados por los atletas y por un coro que les acompañaba.

Los elementos fundamentales de la música son la melodía, el ritmo y la armonía. Según el historiador Karl Diem, "Los ejercicios corporales y las danzas gimnásticas poseen musicalidad y expresión propias, salidas de la alegría que dichos movimientos producen".

Todo movimiento corporal produce una excitación interior que puede llevar al entusiasmo, incluso al éxtasis. En el fondo, dice Karl Diem, todo esto se basa en el mismo principio: la carrera, la marcha, la equitación, en el ritmo de la repetición de los pasos y en la rapidez del movimiento, y el juego en su cambiante transcurso, en la excitación y en la animación de la música que influye en la realidad y exorciza los malos espíritus.

Tanto la música como el deporte son manifestaciones instintivas. Ambas existen desde la más remota antigüedad. Los chinos, por ejemplo, creían que los ejercicios físicos, la danza y la música servían para mantener el orden del mundo.

En Turquía, especialmente en las márgenes del mar negro, las tribus desarrollaron una actividad física excepcional basada en himnos y bailes. También los habitantes del Artico se reunían en grupos durante los cortos veranos para bailar al son de tambores y disputar carreras, luchas o tiro con arco. En el Tíbet, la actividad deportiva era promovida en los monasterios.

Incluso los monjes tomaban parte en los juegos de pelota, en las carreras o en los espectáculos, acompañados de una música cuyo ritmo y belleza era expresión de arte y vitalidad. Los pensadores pitagóricos decían que los himnos eran "armonía de los contrarios, unificación de los muchos y acuerdo entre los discordantes". Por su parte, el filósofo Platón concluyó que "la música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo".

El deporte es expresión de fuerza y voluntad. El pensador alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) dijo: En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad. Es, además, la imagen de la voluntad misma, de la cual son objetividades también las ideas. Por lo tanto, su efecto es más potente e insinuante que el de las demás artes".

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