Las bodas de la semejanza

Opinión
/ 2 octubre 2015

En el museo de arte de la ciudad de Kiev en Ucrania, existe un cuadro que data del Siglo VII el cual dibuja a dos personas que se unen en matrimonio. En medio de ellos, se observa la figura de Jesús en actitud de lo que los antiguos romanos llamaban como “pronobus”, el padrino de la boda. Los novios eran dos hombres, San Sergio y San Baco, soldados romanos convertidos en mártires por entregar su vida a la causa del cristianismo. De ambos se cree fueron homosexuales unidos bajo un antiguo rito conocido como “adelphopoiesis”, palabra griega que significa creación de hermanos.

En el libro “Las Bodas de la Semejanza”, el matrimonio entre personas del mismo sexo en la Europa premoderna, John Boswell (1947-1994), profesor de historia en la Universidad de Yale, revela una investigación que parecería increíble pero que está asentada en documentos encontrados en los propios archivos vaticanos: La Iglesia llegó a celebrar en algunas ocasiones, ceremonias litúrgicas entre personas del mismo sexo.

En el pasado, y antes de la influencia cristiana, culturas como la mesopotámica, la griega, los indios americanos y los pueblos germánicos y escandinavos, aceptaban la homosexualidad como expresión válida de la diversidad humana. No existía aun la persecución feroz y el odio que por siglos han sufrido y llevado como estigma.

Pero siglos después y al imponerse el cristianismo, llegó la tortuosidad de la “Summa Theologiae” de Tomás de Aquino, loza que declaró al homosexualismo como algo contra natura. Se proscribió la libre sexualidad y cualquiera que fuera no procreativa fue considerada como anormal y abominable. Con el tiempo, las creencias religiosas se convirtieron en leyes civiles.

Pero las cosas están cambiando. La semana pasada, el Congreso de Coahuila aprobó la unión civil entre personas del mismo sexo. Este hecho fue celebrado por la propia ONU, que felicitó el hecho subrayando que la nueva norma se basa de manera firme en el reconocimiento al principio de universalidad de los derechos humanos, al derecho a la igualdad ante la ley de todas las personas y a la prohibición de discriminar por cualquier causa o condición incluida la orientación sexual y la identidad de género. Coahuila es el segundo estado en aceptarlo, primero fue el Distrito Federal, mientras que Quintana Roo, Jalisco, Colima y Campeche lo permiten bajo la figura de “sociedades civiles de convivencia”. En el mundo, sociedades progresistas como Noruega, Finlandia, Dinamarca, Alemania y Canadá y 28 países más, han aprobado el matrimonio igualitario y todos tienen un común denominador: Son naciones que comparten un pasado con fuertes raíces cristianas.

Pero esta aprobación lograda en Coahuila fue rechazada por representantes de la Iglesia católica, que la calificó como una aberración. Y aunque aquí se han mantenido callados eludiendo el tema, fue la Arquidiócesis de Durango quién dijo que “Desde hace dos mil años, la opinión de la Iglesia en el marco de la doctrina es que el matrimonio se finca en la unión indisoluble de un hombre y una mujer”. En esta declaración, no podemos encontrar algún argumento válido de carácter científico, ni siquiera teológico.

La ciencia ha probado que en el reino animal, existen numerosos ejemplos de actos homosexuales en mamíferos, hecho documentado por Premios Nobel como el doctor Konrad Lorenz. Por su parte la ciencia del comportamiento ha echado abajo cualquier creencia demostrando con hechos, que los matrimonios entre personas del mismo sexo son más estables y duraderos que los matrimonios heterosexuales y a la hora de adoptar no violan a sus hijos o los convierten en “inadaptados sociales”.

John Boswell escribió que en algún momento del siglo XIII y no antes, empezó a cambiar la opinión respecto a la homosexualidad y al matrimonio igualitario. Pero fue el propio Tomás de Aquino quien dijo que “Debido a la diversidad de la condición humana, sucede que algunos actos son virtuosos para algunas personas, mientras que inapropiados e inmorales para otras”. ¿Entonces cuál de las dos versiones es la correcta?

La ley y la ciencia ya se ha expresado al respecto. Lo demás es intolerancia, dogma y prejuicio.

@marcosduranf

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