Las tentaciones de Virgilio con la casa de Angélica Rivera

Opinión
/ 30 marzo 2016

El trabajo está prácticamente acabado. Virgilio Andrade, secretario de la Función Pública, me dijo hace unos días que las conclusiones para determinar si hubo conflicto de interés en la compra de las casas de la señora Angélica Rivera y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se presentarían mucho antes de que termine el año. Todo indica que ese mucho antes será septiembre.

Entiendo la expectativa y la acompaño con un trabajo muy intenso por parte de la Secretaría para tener debidamente documentadas todas las situaciones, me explicó Virgilio. ¿Qué puede concluir la investigación? Pienso que tres cosas:

1. Hubo un flagrante conflicto de interés en la asignación de contratos de obra pública a la constructora de Juan Armando Hinojosa, que además le daba trato profesional y financiero más que preferente a la esposa del presidente Enrique Peña Nieto y al poderoso Videgaray.

2. No hay forma de determinar el conflicto de interés (porque las operaciones inmobiliarias se dieron, por ejemplo, cuando Videgaray no estaba en un cargo público, etcétera).

3. Un legajo farragoso que señale malas prácticas, no la comisión de delitos. Una cierta sanción moral sin vista a ninguna institución sancionadora, sin inhabilitaciones, reparaciones. Un coscorrón.

Imagino que para un conocedor de la historia política contemporánea, nacional e internacional, como Virgilio, debe ser grande la tentación de convertirse en el hombre que cambió el curso de un sistema corrupto a uno abierto, moderno. De ser el fiscal de México. Pero a juzgar por su biografía, dudo que lo intente si no encuentra elementos de una solidez rotunda para condenar.

Creo, por lo demás, que el peor escenario para él sería el tercero, la ambigüedad.

Si condena, podría leer lo que fue la vida del fiscal Strassera luego de mandar a la cárcel en 1985 a los generales y almirantes argentinos responsables de exterminar a unas 30 mil personas. Si exonera, no tiene que ir tan lejos. Bastaría que releyera el discurso y trayectoria del último fiscal del caso Colosio, Luis Raúl González Pérez, quien en el año 2000, en sentido contrario del apetito popular, ratificó que el candidato del PRI fue víctima de un asesino solitario. Luis Raúl soportó rudezas, descalificaciones, insultos, pero 15 años después, nadie ha conseguido mover un centímetro las conclusiones de su investigación.

Septiembre será el mes de Virgilio. El error que no puede cometer es afirmar que el documento que presente es la verdad histórica. Será, acaso, el estado que guarden las cosas en ese momento. Suerte.

MENOS DE 140 Juan Pablo Badillo Soto, abogado de El Chapo, dará una amplia entrevista radiofónica esta mañana.

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