Retardo político, desalojo y el conflicto continúa

Opinión
/ 2 octubre 2015

Era inevitable que el choque en el Zócalo y la escalada de violencia cobrara ímpetu de continuar los errores del gobierno y la autoridad. El desalojo en el Zócalo pudo ser evitado de haberse impedido el plantón desde su inicio

Por: Félix Fuentes

La CNTE se ensoberbeció debido a que se le permitieron durante más de cuatro meses lo cercos al Congreso de la Unión y a las televisoras, así como bloquear las avenidas principales. Si regresa al Zócalo, la situación de conflicto irá en aumento.

Un segundo desalojo demeritará al gobierno de Peña Nieto y al del jefe de Gobierno del DF, Miguel Angel Mancera, cuya popularidad inicial se esfumó y habrá de tomar decisiones para salir del profundo barranco en que cayó.

Si los comunicadores de Peña Nieto y Mancera comprendían la información de redes sociales e internet en relación al conflicto de los profesores disidentes, advertirán el coraje de la población capitalina y la exigencia para terminar las contemplaciones dispensadas a líderes de la CNTE y otros grupos que se les han sumado.

El líder de la Sección 22, Rubén Núñez, es el principal responsable del caos imperante en nuestro país y sigue tan campante. La exigencia general de los capitalinos es de que esto termine y los disidentes se vayan a sus lugares de origen y nunca jamás regresen. Se han ganado el odio por su única exigencia de no ser evaluados para impartir clases a los niños.

Ante la intransigencia de los presuntos maestros para hablar con el presidente Peña Nieto y exigir la derogación de la Reforma Educativa, lo cual ya no sucederá, es ocioso cualquier nuevo intento de dialogo.

El desalojo del Zócalo y las peleas de más de tres horas en calles del Centro Histórico resultaron baratos. Los maestros emplearon piedras, barras metálicas y palos para agredir a policías federales y granaderos, mientras que estos recurrieron a las macanas y a los gases lacrimógenos en los cruentos enfrentamientos. Pudieron ser peores las duras batallas debido a la participación de los anarquistas, un bando que se aparece en cada conflicto y el gobierno federal no puede desbaratar, o no intenta hacerlo.

La puesta en libertad de 27 de 31 vándalos detenidos es otro signo de debilidad y por eso retornan a la carga constantemente. Cuando son detenidos argumentan que "iban pasando" o "salían de sus domicilios". En esto, agentes del Ministerio Publico y jueces le siguen el juego.

El Segundo plantón en el Monumento a la Revolución de maestros y adherentes, acompañados de supuestas adelitas, agrandan las protestas y los líderes de la CNTE aseguran que de nuevo tomaran el Zócalo. Rubén Núñez dio el "Grito" en actitud de héroe y la CNTE proclamó la Resistencia civil y emitió gritos de "fuera Nieto" y "un México sin PRI".

A su vez, el panista Gustavo Madero encabezó un acto de su partido en el Angel de la Independencia, donde atacó a los gobernadores autócratas porque, a su juicio, le escamotearon las elecciones de julio pasado.

En tanto y de acuerdo con versiones periodísticas, el Palacio Nacional fue convertido en un búnker, a fin de que el presidente Peña Nieto y su familia ocuparan dos mesas en el patio central, acompañados de 740 invitados que vistieron sus mejores galas. Es decir, el gobierno estuvo distante del panismo y de los disidentes de izquierda.

LOS OPORTUNISTAS, hacen su agosto. Los encabeza López Obrador a quien no permitió la CNTE la realización de otro más de sus mítines en el Zócalo, plaza que ha tomado como de su propiedad. Sin la imagen de otros años, el tabasqueño se proclama hoy como defensor del petróleo y aconseja a la CNTE y al SNTE que se unan para alcanzar la unidad.

Ante este panorama, el pueblo en general se pregunta qué pasos ha de dar el gobierno de Peña Nieto.




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