Se están haciendo tarugos conmigo, les valgo madres

Opinión
/ 2 octubre 2015

“El exceso de medicinas me está matando, por eso le pido al presidente Peña Nieto que me permita tratarme en México, en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias”, me dijo Mario Villanueva en la entrevista publicada en El Universal el 4 de este mes. “Ahorita aquí en Lexington está lleno de hielo. Es una cuestión humanitaria, necesito otro clima”.

El hombre de 66 años, el exgobernador de Quintana Roo que suma 13 años y 11 meses en prisión (nueve en México y los otros, después de ser extraditado en 2010, en dos cárceles de Nueva York, una de Ohio y la actual, en el Centro Médico Federal de Lexington, Kentucky) se jugaba gran parte de su futuro en una carta: el apoyo del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto para ser trasladado a una prisión en territorio mexicano.

Fracasó. Como desde hace 13 años y meses, volvió a fracasar. El 11 de marzo, a través de seis documentos firmados por el director adjunto de Políticas de Protección de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Alfonso Navarro Bernachi, se le informó a Villanueva que su solicitud había sido rechazada.

La SRE le hizo saber 1) Que la negativa era del Departamento de Justicia de Estados Unidos, pero que Villanueva podría volver a solicitar el beneficio después del 2 de julio de 2016. 2) Que las autoridades responsables para validar la solicitud eran, además del referido Departamento de Justicia, la PGR y la Secretaría de Gobernación. 3) Que los consulados mexicanos de Detroit e Indianapolis habían intervenido para que se le enviara a Lexington, por lo que, “a decir de sus familiares, usted está mostrando una notable mejoría de salud (…) y se le han extendido mayores facilidades de comunicación con su esposa e hijos”.

La respuesta demuestra el total desinterés de la SRE, me escribió ayer Mario Villanueva. “Es posible que ni siquiera la hayan leído. Y de haberlo hecho, puede decirse que el documento no les causó más que desprecio. Se turnó a un funcionario menor y este contestó lo que en varias ocasiones había contestado (…) que la SRE considera resuelto el caso”. 

—¿Cero apoyo de la SRE, ingeniero?

—Se han hecho tarugos y les valió madre la petición. El colmo es que también digan que mi familia les dijo que mi salud tiene una gran mejoría, cuando sigo igual y mi familia no ha dicho nada. Increíble que inventen. Además, desde hace seis meses tienen detenidos documentos jurídicos en el consulado de Detroit que mandó mi esposa. Del consulado quedaron en mandármelos y nada. Se han hecho tarugos.




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