Se va sin disculparse con Cuauhtémoc Gutiérrez
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Por segunda ocasión en cuatro años, asuntos de empresa provocan la salida de Carmen Aristegui de MVS. Lo de 2011 terminó en un arreglo cercano al tongo que dejó en ridículo a la familia Vargas, dueña de MVS, que debió hacer malabar y medio para justificar la mentira redonda de que el Gobierno del presidente Calderón intentó “acallar un espacio crítico”. Por eso pienso que podría darse un nuevo acuerdo en este conflicto entre particulares. Si no, lo lamento: Aristegui animaba la competencia radiofónica de la mañana. Su presencia en el cuadrante nos presionaba para trabajar duro. Ni hablar. Suerte en lo que venga para ella y sus colaboradores. Ojalá regresen pronto.
Compartimos horario 14 meses y medio en la radio matutina. Tuvimos un solo enfrentamiento editorial, que por cierto está por cumplir un año. Ella y su equipo presentaron la historia de una supuesta “red de prostitución” en el PRI del DF, regenteada por el entonces líder del partido en la capital, Cuauhtémoc Gutiérrez. Historia que vino acompañada por un linchamiento racista y clasista como pocos. Tuvieron éxito en hacer pedazos a Cuauhtémoc.
“Yo no tengo la culpa de mi cara”, me dijo en entrevista un humillado Cuauhtémoc al día siguiente de que Aristegui y MVS detonaran con estridencia ejemplar (lo llamaban “depredador sexual”) la nota construida con anónimos y voces distorsionadas por los productores. Luego comenzaron a correr las semanas, los meses, sin que aparecieran las víctimas. Y no aparecieron.
Nosotros estábamos asombrados. Despedazar de esa forma a una persona sería un escándalo en una sociedad afecta a la presunción de inocencia. Pero como se trataba de Cuauhtémoc, “El Basuritas”, un priísta con pinta de maldito, que chingue a su madre, se lo merecía, seguro hizo algo peor.
El 8 de mayo difundimos la declaración ministerial de Priscila Martínez, supuesta enganchadora de mujeres para Cuauhtémoc. Detallaba que le pagaron 60 billetes de 500 pesos por inventar la historia transmitida y recreada por MVS. Aristegui y los suyos enfurecieron y nos llenaron de descalificaciones al aire e insultos en las redes. Está bien. Así juegan. Así es esto. Menos comprensible me resulta que un año después no hayan tenido la honestidad intelectual para disculparse con un hombre a quien periodísticamente calumniaron con una sevicia propia de las malas causas.
Aristegui y equipo se marchan sin disculparse con Cuauhtémoc Gutiérrez. Lo lincharon y no documentaron nada. Un año, una infamia. Que quede registro.
Menos de 140 Si es cierto que estará ahí el 27, Andrés Manuel López Obrador pisará Iguala y Chilpancingo seis meses después. Seis largos meses.