Siempre me sentiré orgulloso de llamarme Ángel Aguirre
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El asunto no es que sea su hijo, sino parte de un grupo político que uno imaginaría a estas alturas destruido y en fuga. Por el contrario, a tres meses de la caída de Ángel Aguirre Rivero, sus más cercanos se perfilan con altas probabilidades para las dos candidaturas esenciales de Guerrero: Sofío Ramírez para gobernador, Ángel Aguirre Herrera para presidente municipal de Acapulco. El aguirrismo con capa de perredismo no solo está vivo y con salud, quiere el poder. Y si se puede, todo el poder.
Qué ingenuos fuimos los que pensábamos en el muy cercano, y muy lejano, 23 de octubre, día en que pidió licencia, que la desgracia de Aguirre padre apenas comenzaba. Repudiado por las víctimas, apestado en los foros, alejado del Gobierno Federal y sin fuerza para hacer alianzas, suponíamos que la noche de Iguala, los muertos de Ayotzinapa, lo perseguirían por el resto de sus días.
Cuentan que él vive tan tranquilo que nunca ha dejado de operar. Sofío, el último de sus mohicanos, está en virtual empate con Beatriz Mojica, aguirrista de clóset. Y en Acapulco, Aguirre hijo aparece por delante de Evodio Velázquez, Ramón Almonte y Germán Farías. ¿Cómo debemos llamar a esta vertiginosa recuperación y reproducción de células en un tejido que creíamos enfermo, descompuesto y en desintegración?
—¿El nombre de Ángel Aguirre es un activo o es un pasivo? –le pregunto al hijo, al precandidato de Acapulco.
—El llamarse Ángel Aguirre siempre va a ser motivo de cuestionamientos –se tarda en armar la respuesta—. Pero ser hijo de alguien que ha tenido una carrera tan importante como la de mi padre, yo no lo vería como un pasivo. Siempre va a ser un activo. Siempre vas a agarrar lo mejor del nombre. Habrá cuestionamientos, pero siempre me voy a sentir orgulloso de llamarme Ángel Aguirre.
No deben ser buenas noticias para quienes también hasta hace poco anhelaban que el movimiento de los 43 trajera justicia frente a la impunidad, seguridad frente a la violencia. No, no.
MENOS DE 140. Sí, Miguel, eso de prevención para acabar con las víctimas es lo que quisiéramos todos, palmeó el Presidente a Mancera al salir del foro.