Una verdadera mentada de madre, cortesía de los partidos

Opinión
/ 2 octubre 2015

La reelección de legisladores y presidentes municipales nunca le gustó a Enrique Peña Nieto. Tampoco al PRI y, como pintan las cosas, ya ni siquiera a los jerarcas del PRD y el PAN. Todos juntos, sin embargo, se alistan para cacarearla y presumirla como el néctar de la nueva reforma política. La Reforma 4.0

Pero la presentarán con un candado que la cercenará y reducirá a una farsa, una tomadura de pelo, una verdadera mentada de madre para quienes ven en esta figura la oportunidad de que los candidatos obtengan  sus cargos por la plena aceptación del ciudadano, y no por la gracia, intereses y contrapesos de los líderes de los partidos.

Con el argumento de combatir a los "candidatos filibusteros" (whatever that means), las dirigencias de los partidos tendrían la facultad de palomear o tachar la candidatura de quien, desde su cargo de senador, diputado o presidente municipal, resuelva postularse para un nuevo periodo.

Se dirá que sería un absurdo que un partido tache a un candidato con probabilidad de ganar. No sé. ¿Qué haría la cúpula maderista si, por ejemplo, el senador Ernesto Cordero decidiera pelear la reelección? ¿O el CEN del PRI madracista si la diputada Elba Esther Gordillo anunciara que irá por otros tres años? ¿O los chuchos ante el inminente tercer periodo de, digamos, Gerardo Fernández Noroña, Ricardo Monreal?

Podrían bloquearlos con la ley en la mano, no importa si el elector quiere que continúen. Es decir, con o sin reelección, los jefes de los partidos seguirán siendo dueños de las candidaturas. 

Una mentada de madre.

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