Daniel Catán, un "grande" que México ignoró

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Cultivó su carrera en el extranjero: "En México se destruye el talento", dijo Daniel Catán.
México, D.F..- El pasado ocho de abril Daniel Catán fue a dormir y no despertó más. La noticia conmocionó al mundo de la música clásica. El sentir era unánime, había fallecido uno de los compositores más importantes de los últimos tiempos, quien colocó en la escena mundial la ópera en español.
El tenor Plácido Domingo, en el marco del homenaje que le rindió en mayo pasado la Opera de Los Angeles, escribió: "Haber perdido un compositor de su estatura, a la misma altura de sus poderes, es una pérdida devastadora para el mundo de la música clásica. Daniel Catán fue uno de los grandes compositores de nuestro tiempo, querido por el público y sobre todo por los músicos que tuvieron el privilegio de ejecutar su increíble trabajo".
Mientras tanto, el director de orquesta y compositor mexicano, Eduardo Diazmuñoz, escribió sobre la relevancia de Catán: "Si Monteverdi y Cavalli, Donizetti y Bellini, entre muchos otros, cimentaron el género en su idioma materno -mismo que fue consolidado magistralmente por Verdi y Puccini-, pues entonces compartíamos. Ellos son al italiano en ópera, lo que Mozart es al alemán, lo que Glinka es al ruso, lo que Britten al inglés, y lo que tú, Daniel Catán, eres al español".
Los inicios
Catán nació el 3 de abril de abril en la Ciudad de México. Su familia gustaba mucho de la música. Su padre tenía una gran voz, pero la vida lo llevó por otros caminos. Su madre lo llevaba a todo tipo de espectáculos en el Palacio de Bellas Artes. Forjado en este ambiente, decidió ser músico profesional.
A los 14 años viajó a Londres a estudiar música. Su vocación se fortaleció gracias al ambiente musical y operístico de esa ciudad, y se volvió "adicto" a la ópera. En una entrevista concedida en el 2007 al crítico Manuel Yrízar, reveló que los siguientes años, luego de su decisión, "fueron complicados", pero le sirvieron para obtener la "fuerza necesaria para ser compositor de ópera".
La mayor parte de su vida profesional la desarrolló en Estados Unidos. Estudió filosofía en la Universidad de Sussex e hizo un doctorado en música en la Universidad de Princeton. Fue el primer compositor mexicano cuyas óperas fueron representadas exitosamente en la Unión Americana.
Sobre su salida de nuestro país, le confesó a Yrízar: "Es difícil desarrollarse en México porque no hemos podido establecer una política cultural-musical que esté por encima de los vaivenes políticos sexenales. Lo que se construye con mucha dificultad en un sexenio se desploma en dos minutos en el siguiente. Esto quiebra el espíritu de los artistas y destruye su talento".
A principios de los años 80 creó su primera ópera, a la que siempre llamó Opera Cero, pero ésta fue mejor conocida como Encuentro en el Ocaso, contó con el libreto de Carlos Montemayor, y estaba basada en el porfiriato. Siempre consideró que se trató de un fracaso porque a pesar de que tenía buena música, no funcionaba como un drama. Sin embargo, también solía decir que fue de la que más aprendió.
Casi una década después, en 1991, estrenó en la Opera San Diego, La Hija de Rappacini, escrita con el libretista Juan Tovar, bajo la dirección del maestro Eduardo Diazmuñoz, quien fuera uno de sus mejores amigos y principal colaborador. La obra fue considerada por la crítica como una de las más bellas que se hayan escrito en el umbral del siglo XXI.
El éxito continuó con Florencia en el Amazonas, basada en el realismo mágico de Gabriel García Márquez, con libreto de Marcela Fuentes-Beráin. La obra fue comisionada por la Grand Opera de Houston, Opera de Los Angeles, y la Opera de Seattle, y tuvo su estreno mundial en Houston el 25 de octubre de 1996. Fue la primera ópera en lengua española comisionada por una de las grandes casas de esa industria de EU.
En 2004 estrenó su siguiente ópera: "Salsipuedes", basada en el universo del poeta Eliseo Diego, fue la única comedia que concibió.
Finalmente estrenó en el Teatro de la Opera de Los Angeles, en 2010, Il Postino, que es considerada su obra maestra y será estrenada el 13 de octubre en el Palacio de Bellas Artes, en el marco del Festival Internacional Cervantino, en donde se presentará el 27 y 29 de ese mes.
A su muerte se formó una fundación, la cual tiene como prioridad terminar su última ópera Meet John Doe, basada en el largometraje de Frank Capra. El libreto también es de su autoría y es el único que escribió en inglés. De acuerdo con Diazmuñoz, se estudia la obra, pues creen que, tal vez el, compositor la concibió como un musical.
Para Diazmuñoz, dicha ópera fue creada como un homenaje al país que le brindó la oportunidad de desarrollarse como músico, algo que no consiguió en México.
El próximo 26 de septiembre se llevará a cabo un homenaje a Catán en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. El programa fue concebido por su colega, Diazmuñoz, su más profundo conocedor. Estará conformado por algunas de sus obras sinfónicas más importantes, entre las que se incluye extractos de El vuelo del águila, utilizada para la telenovela homónima transmitida en 1994.
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Así como una retrospectiva de sus cuatro óperas finalizadas, La hija de Rapaccini, Florencia en el Amazonas, Salsipuedes" e Il Postino.
El homenaje y el estreno de Il Postino, dice Diazmuñoz, son sólo un primer acercamiento a la obra del compositor. "México tiene una cuenta pendiente con él, porque no acaba de aquilatar la importancia de su obra. Por suerte alcanzó a saborear el éxito en vida, pero lamentablemente no dentro de su país", concluye.