Desafían los BRICS a Europa y EU en Durban
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Los jefes de Estado y de gobierno de los BRICS quieren dar importantes pasos para convertirse en una potencia económica global.
Ciudad del Cabo, Sudáfrica.- Los cinco países que conforman los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se están convirtiendo cada vez más en una potencia mundial. En la cumbre que arranca mañana en Durban, Sudáfrica, se intentará impulsar planes muy ambiciosos, como la creación de un banco de desarrollo que podría hacer sombra al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Rusia es quien más claramente ha formulado las aspiraciones de poder de los BRICS en esta ocasión. En un documento estratégico del gobierno, Moscú habla de "un desplazamiento de los centros de poder a favor de los países BRICS y sus florecientes economías", según relata el diario "Kommersant. El objetivo: contener a Occidente y aumentar la influencia de los BRICS, que pueden "conformar el núcleo de un nuevo orden mundial".
En público, el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que los BRICS no son un "competidor geopolítico" de Occidente. Pero también apuntó de la "actuación estratégica" del nuevo grupo de países "en la solución de problemas claves de la política mundial".
El martes y miércoles en Durban, los jefes de Estado y de gobierno de los BRICS quieren dar importantes pasos para convertirse en una potencia económica global. Ese objetivo supone un desafío, apenas disimulado, para Europa y Estados Unidos.
"Los BRICS suponen una conmoción para el actual orden mundial. Pero esa conmoción está cargada de energía positiva. Es buena para el mundo", apunta el diario "Guangming Ribao". Y una muestra de la importancia que otorga Pekín a este grupo se observa en los primeros viajes oficiales del nuevo presidente chino, Xi Jinping: uno de ellos a Rusia y el próximo a la cumbre de Durban.
La ambición del grupo, que agrupa al 40% de la población mundial, queda clara sobre todo en los planes para la creación de un banco de desarrollo. Su objetivo sería financiar los proyectos de desarrollo y se convertiría en un posible competidor del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), instituciones con sede en Washington y dominadas por países occidentales.
Se trata de "transformar la vieja arquitectura financiera internacional", apuntó en Pretoria el enviado de Putin, Michail Mergelov. En los planes figura también la creación de una secretaría permanente de los BRICS, un banco y un fondo anticrisis.
Aún así, los políticos y 5.000 delegados que acudirán a Durban son conscientes de las diferencias y problemas que afronta el grupo de Estados formado en 2009, casi por casualidad, y cuyo nombre deben al banquero de Goldman Sachs Jim O'Neill.
Desde entonces, los países BRICS han desarrollado una poderosa organización, aunque existen profundas diferencias entre sus sistemas económicos y políticos. Además, en ocasiones defienden intereses contrapuestos, como en el caso de la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU, el conflicto fronterizo entre China e India, y la competencia en cuanto a materias primas y tierras, sobre todo en Africa. También hay disputas en cuanto a las sedes de las futuras instituciones, como el banco de desarrollo, que se disputan Moscú, Shanghai y Ciudad del Cabo.
Pero sobre las perspectivas de los BRICS también planea cierto desencanto. Los integrantes del grupo registran desde hace tiempo un gran crecimiento económico, así como un aumento de las exportaciones e inversiones en el extranjero. Pero a pesar de ello no se han cumplido los atrevidos pronósticos según los cuales alcanzarían pronto a Estados Unidos y la Unión Europea. Sólo China consiguió convertirse en un gigante económico global.
La menor potencia económica de los BRICS es Sudáfrica, que sin embargo se considera la puerta de entrada al continente africano. Para economistas como O'Neill, México, Indonesia o Turquía habría sido un mejor socio del grupo. Pero el único país emergente de Africa era importante para el resto de naciones ante la creciente importancia del continente.
Los BRICS también están ganando peso a nivel político, como prueban las voces que surgen ahora desde el mundo árabe. El presidente sirio, Bashar al Assad, instó por ejemplo a los BRICS a contribuir en la búsqueda de un fin al conflicto civil que vive su país. Y el presidente egipcio, Mohamed Mursi, aspira a que su país forme parte del bloque, y que éste pase pronto a llamarse E-BRICS.