Diabetes y enfermedades microvasculares

Madrid, España.- La glicación es el proceso mediante el cual la glucosa se une a las proteínas del organismo. Un enfermo de diabetes, independientemente de su nivel de glucosa en sangre, puede ser un alto, moderado o bajo glicador.

Según un estudio del grupo Ciberobn (Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición), aquellos diabéticos con un nivel alto de glicación tienen un riego más elevado de desarrollar enfermedades microvasculares.

Dicho informe, publicado por la revista "Clinical Chemistry", indica que quienes sufren diabetes de tipo 2 y son altos glicadores incrementan sus posibilidades de padecer enfermedad del riñón, del sistema nervioso periférico y de la retina.

La diabetes de tipo 2 se da con mayor frecuencia entre las personas mayores y su tratamiento no precisa insulina.

MAS COMPLICACIONES

"En nuestro estudio encontramos que los pacientes que eran altos glicadores, al cabo de los años, tenían hasta tres veces más complicaciones microvasculares que los bajos glicadores", señala Santiago Rodríguez Segade, director del proyecto.

La brecha de glicación mide el diferente grado de glicación en enfermos con similares niveles de glucemia. Este fenómeno explica que personas con altos niveles de glucosa en sangre puedan tener más complicaciones que pacientes con una glucemia inferior.

Este dato se obtiene a través del control de la hemoglobina glicosilada y de la fructosamina.

La hemoglobina se encuentra en la sangre, en el interior de los glóbulos rojos, los encargados del transporte del oxígeno. Durante los aproximadamente 120 días que viven estos glóbulos, la hemoglobina sufre el proceso de la glicosilación que consiste en la incorporación de glucosa a su molécula.

No obstante, la incorporación excesiva de glucosa dificulta el transporte del oxígeno, lo que puede derivar en problemas de carácter circulatorio.

La medición de la hemoglobina glicosilada permite obtener el nivel medio de glucosa en sangre que ha tenido un paciente durante los dos meses previos.

Utilizando un glucómetro, un diabético sabe qué nivel de azúcar en sangre tiene en ese momento concreto. Sin embargo, mediante la prueba de la hemoglobina glicosilada el facultativo puede conocer qué nivel medio de glucosa tuvo ese paciente durante los últimos dos meses, apunta el doctor Rodríguez Segade.

Si a un diabético se le realiza en el mes de febrero o de mazo un análisis de hemoglobina glicosilada y el resultado es alto, puede que este parámetro esté indicando que el enfermo tomó demasiado azúcar durante las celebraciones navideñas, explica Rodríguez Segade.

Asimismo, el especialista recomienda a los enfermos de diabetes que se sometan a esta prueba "una o dos veces al año".

Además de la hemoglobina glicosilada, existe otro parámetro para medir la glucemia. Se trata de la fructosamina.

Del mismo modo que en el caso de la hemoglobina, la glucosa se adhiere a la albúmina y a otras proteínas plasmáticas. Estas, al incorporar glucosa a su molécula se convierten en fructosamina.

La medición de la fructosamina indica el nivel medio de glucosa que tuvo un enfermo durante las dos semanas previas al examen.

Mediante estas técnicas se puede conocer si un enfermo de diabetes es alto, moderado o bajo glicador. "La ventaja que se deriva de nuestro estudio es que el facultativo pueda individualizar el tratamiento de cada paciente", afirma Rodríguez Segade.

DESTACADOS:

* Conocer el grado de glicación de un paciente ayudará al médico a personalizar el tratamiento.

* A través de las pruebas de la hemoglobina glicosilada y de la fructosamina se puede saber si un diabético es alto, bajo o moderado glicador.

* Utilizando un glucómetro, un diabético sabe qué nivel de azúcar en sangre tiene en ese momento concreto. Sin embargo, mediante la prueba de la hemoglobina glicosilada el facultativo puede conocer qué nivel medio de glucosa tuvo ese paciente durante los últimos dos meses.