El congreso comunista cubano busca reparar los "errores" de 50 años

Internacional
/ 23 septiembre 2015

El gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) celebrará del sábado al martes próximo su sexto congreso, el primero desde 1997.

La Habana, Cuba.- El cónclave comunista cubano coincide con los 50 años de los combates en Playa Girón y comenzará con un desfile del Ejército, aunque la "batalla" a librar por los mil delegados participantes no será militar sino económica.

El gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) celebrará del sábado al martes próximo su sexto congreso, el primero desde 1997, en el que elegirá a una nueva cúpula directiva y buscará avanzar en el plan de "actualización" del modelo socialista cubano impulsado por el gobierno de La Habana.

Se prevé que Raúl Castro, quien ejerce como presidente desde hace cinco años, asuma oficialmente de manos de su hermano Fidel también la jefatura del Partido, considerada el cargo más importante del país. Por lo demás, los debates tendrán como tema exclusivo la economía de la isla, lastrada por la crisis mundial, los destrozos causados por huracanes y el embargo estadounidense, pero también por la baja productividad de buen número de empresas estatales.

En diciembre, Raúl Castro afirmó que el congreso trará de corregir "violaciones y errores de carácter económico" cometidos en el último medio siglo y aseguró: "O rectificamos, o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos y hundiremos (...) el esfuerzo de generaciones enteras".

Castro insiste, no obstante, en que el país no regresará "al pasado capitalista y neocolonial" y que las reformas practicadas en la economía buscan hacer "verdaderamente irrevocable" el socialismo y que siga primando "la planificación y no el libre mercado".

En los últimos años, Cuba ha pasado de ser una economía dominada casi en su totalidad por el Estado a diversificar cada vez más sus formas de gestión. Después de la llegada de Raúl Castro a la presidencia, las autoridades comenzaron a repartir tierras en usufructo entre agricultores particulares, en detrimento de las granjas estatales.

Pero los cambios más profundos no llegaron hasta el pasado otoño (boreal), cuando Castro anunció la reducción de "plantillas infladas" en el improductivo sector estatal y aprobó un paquete de leyes para facilitar a los cubanos la apertura de pequeños negocios particulares en 178 profesiones diferentes.

Hasta la fecha se han entregado tierras cultivables a 130.000 particulares, mientras que hasta el pasado 11 de marzo se concedieron licencias para abrir microempresas a unas 171.000 personas, que deberán pagar impuestos y contribuir a la seguridad social, pero podrán conservar los ingresos de su trabajo.

El gobierno prevé que de aquí a 2015 pasen a trabajar en el sector privado unos 1,8 millones de personas, de los cinco millones que conforman la fuerza laboral de la isla.

Ya desde comienzos de este año se ve florecer el nuevo sector privado en las calles de La Habana: proliferan los restaurantes particulares o "paladares", y en casi cada esquina hay ya puestos de venta de música y películas. En los portales de las casas abren también pequeñas cafeterías o kioscos de sandwiches, pasteles y pizzas. Otros venden productos para la cocina y el hogar.

Por el momento, sin embargo, no hay indicios de que se hayan producido los más de 500.000 despidos en el sector estatal previstos hasta finales de marzo. El presidente Castro reconoció un "retraso" en el inicio del plan de ajuste, aunque no indicó los motivos.

El congreso del PCC, el único partido político autorizado en el país, estuvo precedido entre diciembre y febrero de miles de asambleas públicas en barrios y centros de trabajo en las que militantes y demás ciudadanos debatieron sobre un documento preparatorio conocido como "Proyecto de Lineamientos". El folleto de 32 páginas contiene 291 propuestas de cambios económicos.

Entre ellos, se proponen cambios importantes para el cubano de a pie, como la unificación de las dos monedas que circulan en el país (peso nacional y peso convertible), flexibilizar la compra-venta de viviendas, hasta ahora prohibida, o la eliminación gradual de la libreta de abastecimiento, con la que la población adquiere alimentos básicos a precios altamente subsidiados.

El titular del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, aseguró al ex mandatario estadounidense Jimmy Carter durante la visita que éste realizó a La Habana en marzo que "más de dos terceras partes de los párrafos propuestos" en el documento de "Líneamientos" han sido "modificados para acomodar las sugerencias de los ciudadanos".

No obstante, las autoridades no han presentado por el momento el documento final que será sometido a votación en el congreso y que marcará el rumbo futuro de la economía.

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