"El Justicialista", un vino peronista, nacional y popular

Círculo
/ 23 septiembre 2015

    Con la cosecha de 2010 produjeron 30,000 botellas de "El Justicialista" y cuentan todavía con volumen para otras 70,000. Sólo en el día de la presentación del vino recibieron pedidos por 30,000 botellas.

    Buenos Aires, Argentina.- "¿Qué es el vino peronista? Un vino rico, bueno pero barato. Una idea cultural para dignificar la mesa del  trabajador", resume el pintor argentino Helmut Ditsch, gestor junto a su hermano Herbert del vino tinto "El Justicialista".

    La botella verde oscura luce una etiqueta negra con el nombre "El  Justicialista" en los colores de la bandera argentina, celeste y blanco, y los rostros de Juan Domingo Perón y Evita en blanco. En un costado, la leyenda remarca: "Nacional y popular".

    "Con el nombre, enseguida vino la imagen, muy minimalista, nada  elitista, sin ningún ribete aristocrático", explica a la agencia dpa Ditsch, quien posee junto a su hermano Herbert viñedos en la provincia de Mendoza, en el oeste argentino.

    "En ningún momento pensamos en un vino político, pero cuando hicimos esto nos dimos cuenta que teníamos un arma política. Esto tiene un trasfondo filosófico, sociológico fenomenal. El éxito que estamos teniendo nos supera", asegura el artista plástico más cotizado de la Argentina, reconocido por sus pinturas hiperrealistas.

    Con la cosecha de 2010 produjeron 30,000 botellas de "El  Justicialista" y cuentan todavía con volumen para otras 70,000. Sólo en el día de la presentación del vino recibieron pedidos por 30,000 botellas.

    La idea surgió durante una peña de la agrupación peronista  Oesterheld, donde por un precio módico se cenaba mientras se debatían ideas políticas, pero la calidad de la bebida no era muy buena. "Hay que hacer un vino peronista, eso es lo que falta acá", coincidieron esa noche los hermanos Ditsch.



    Ningún detalle quedó librado al azar. "Es una creación purista, acá  no hay decoración, el nombre es demasiado fuerte para que haya decoración", remarca el pintor en la entrevista con dpa realizada en el restaurante porteño "Perón, Perón".

    Con la tapa a rosca, "además de ser el mejor cierre hermético para  las botellas, el mensaje es claro: resume las ganas de un trabajador de agarrar la botella y destaparla", ejemplifica el artista haciendo un vehemente gesto de desenroscar.

    El precio fue también fijado con intención. Cada botella se vende a  17,10 pesos (5,60 dólares): "17 de octubre pesos", traduce Ditsch, en referencia a la histórica fecha de 1945 en que grandes masas de trabajadores marcharon a la Plaza de Mayo de Buenos Aires para reclamar la liberación de Juan Domingo Perón.

    "Es el primer vino en el que es políticamente correcto tomar del  pico. Se prenden todos los políticos y la botella va pasando en ronda, como el mate", aseguran los hermanos.

    Herbert describe al vino como "joven, frutado", hecho con uvas "no  elitistas".

    "Nuestro viñedo está en una zona marginal de Mendoza, en San Martín, y está hecho con uvas que se adaptan a esa zona: cabernet, bonarda, sangiovese y syrah. Y esto de la marginalidad, de la zona, de las uvas que están marginadas, hace referencia a lo que era el trabajador antes del peronismo", detalla.

    "La idea es que sea un blend, una mezcla, como es el pueblo  argentino, una mezcla de etnias y de culturas, no hacer un varietal de una cepa pura", subraya Helmut Ditsch, quien reparte su vida entre Argentina y Europa, donde logró la fama y el prestigio.

    El pintor nació en 1962 en la localidad bonaerense de Villa  Ballester, en los suburbios de la capital, en el seno de una familia inmigrante que llegó a la Argentina después de la Primera Guerra Mundial. Tras culminar sus estudios, Ditsch se radicó en Austria y luego instaló un atelier en Irlanda. En Europa gestó la fama y el prestigio.

    En agosto pasado, su pintura "Mar II" fue vendida en 850.000 dólares, la cifra más alta jamás pagada por una obra de arte creada por un argentino.

    "Por el éxito material que tuve, podría estar más relajado. Pero mi compromiso social es por una convicción de cariño hacia mi pueblo, mi gente, mi país y tiene que ver con la situación histórica que estamos viviendo", sostiene Ditsch, quien expresa su admiración por Néstor y Cristina Kirchner.

    Los Ditsch estuvieron signados por el peronismo desde pequeños. Su tío murió durante el bombardeo a la Plaza de Mayo de 1955, su madre falleció el mismo día, unos años más tarde pero a la misma edad y a  causa de la misma enfermedad que Eva Perón. "Vibramos con Perón en su regreso en los 70, lloramos su muerte en el 74", resumen.

    El artista, que cuestiona no ser aceptado por el ambiente del arte argentino, decidió iniciar una "gira nacional y popular" por diversas ciudades, en las que expone en las plazas sus megaobras. "Mi obra tiene un lenguaje absolutamente popular, no necesita traductores ni un experto que te explique, por eso quedé fuera del sistema", asegura Ditsch.

    El pintor vuelve a su vino. Levanta la botella y mirándola fíjamente, asegura: "Acá está toda nuestra ideología y nuestro convencimiento para aportar desde nuestra posición". "Hacemos un homenaje a Perón, pero el vino es para el pueblo".

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