Ken Follett regresa con "El invierno del mundo"

Círculo
/ 29 septiembre 2015

No es necesario haber leído el primer libro de la trilogía, "La caída de los gigantes", pero ayuda.

Nueva York, EU.- Más de mil páginas, incontable material bibliográfico y decenas de protagonistas y secundarios... ¿Y un libro así puede ser emocionante? Lo es cuando se trata de la nueva novela de Ken Follett, "El invierno del mundo". La segunda entrega de su trilogía del siglo aborda esta vez la Segunda Guerra Mundial y mañana llega a las librerías.

Puede que a ratos sus héroes sean algo acartonados, los buenos muy buenos y los malos muy malos. Pero la novela no pierde fuelle y, gracias a su exhaustiva documentación, uno lee de paso un libro de historia. "En 'El invierno del mundo' he invertido dos años, seis días a la semana, diez horas al día", dijo en entrevista con dpa. "Me habría gustado invertir tres años, ¡pero no podía hacer esperar tanto a mis lectores!"

No es necesario haber leído el primer libro de la trilogía, "La caída de los gigantes", pero ayuda. Si aquel trataba de los comienzos de la Primera Guerra Mundial y su errático caos, "El invierno del mundo" (Plaza & Janes) comienza en 1933, con el incendio del Parlamento alemán. El diplomático Walter von Ulrich y su esposa Maud ilustran ese comienzo, pero en realidad es la siguiente generación la que cobra protagonismo. Como en la primera entrega, vuelven a ser familias de Reino Unido, Alemania, Rusia y la Unión Soviética las que, con sus destinos, explican la Historia de Occidente.

El término "explicar" no es del todo incorrecto. "Recopilo información de libros, echo un vistazo a viejos mapas, fotografías y películas, para poder tener una impresión de la época", afirma el autor de "Los pilares de la Tierra". "Y para corroborar esos datos, llamo a expertos que leen y corrigen mi trabajo." Así, no sorprende que el lector pueda confiar en Follett, aunque también se cuele algún error: Por ejemplo, el swing nunca estuvo oficialmente prohibido durante el régimen nazi, y el autor confunde en una ocasión la edad de Stalin con la de Hitler. Pero ese porcentaje de errores podría caber también en un libro de historia.

A cambio, Follett incluye algunos aspectos laterales olvidados. Por ejemplo la historia de un empresario estadounidense, al que a través de una sofisticada intriga le atribuyen la violación de una menor. El caso ocurrió en la vida real, sólo que el instigador no fue el antihéroe de Follet Peshkow, sino Joseph Kennedy, padre del que luego fuera presidente.

Follett apenas se deja un cabo suelto: desde la Guerra Civil española y el pacto entre Hitler y Stalin, a la eutanasia y la generación del swing, el Pearl Harbor y la batalla de Midway, la investigación y el espionaje nuclear... Sólo que, quizá, el Holocausto judío pasa un tanto desapercibido. "Presenté la persecución ilustrándola con la familia Rothmann", explicó. "Quería escribir sobre un aspecto del Holocausto poco conocido para mis lectores: el asesinato de discapacitados del programa Aktion T4."

Y lo logra. Incluso aventura que la Luftwaffe nazi no atacó territorios urbanos británicos hasta que la Royal Air Force lo hizo en Alemania. Una "justicia" a la hora de relatar que, al se preguntado al respecto, le sorprende: "Jamás he escuchado una crítica al respecto", afirma. "Los autores no somos 'amables' con alguien, sino que debemos ilustrar todas las partes de un conflicto", afirma. "Y una novela puede ayudar a entender la Historia".


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