"La inseguridad es mi amiga": Meryl Streep
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"Me siento muy honrada de estar aquí, y me abruma ser homenajeada fuera de casa", dijo una sonriente Streep.
Berlín, Alemania.- Más de tres décadas de carrera, dos Oscars y un récord de nominaciones por personajes que forman ya parte de la memoria colectiva hacen de Meryl Streep una de las Grandes Damas -con mayúsculas- del séptimo arte. En vísperas de que Hollywood, si se cumplen los pronósticos, le entregue su tercera estatuilla, la Berlinale rindió hoy homenaje a la actriz estadounidense otorgándole el Oso de Oro a su trayectoria profesional.
"Me siento muy honrada de estar aquí, y me abruma ser homenajeada fuera de casa", dijo una sonriente Streep ante la abarrotada rueda de prensa. "Yo nací en Nueva Jersey, una ciudad pequeña de pocos habitantes, y pensar que un día estaría en el escenario de uno de los festivales más importantes del mundo es un sueño".
Desde la inolvidable Joanna de "Kramer vs. Kramer", que le dio su primer Oscar en 1980, a la cínica jefa de "El diablo se viste de Prada", sin olvidar a la superviviente de "La decisión de Sophie", la apasionada Karen de "Out of Africa" o la conmovedora Francesca de "Los puentes de Madison": Meryl Streep se ha atrevido con todo tipo de mujeres, a las que ha dotado de una enorme fuerza y verdad.
¿El secreto? "Siempre creo que interpreto a la misma persona, que en esencia es... jajaja", rió antes de explicar que busca siempre algo de sí misma en cada uno de sus personajes, algún vínculo para identificarse con ellos. "Pero no diré en qué me parezco a Margaret Thatcher", bromeó en referencia a su interpretación de la ex premier británica en "La Dama de Hierro".
Aunque en su filmografía predominan las mujeres de carácter fuerte, Streep sostiene que le encanta interpretar a todo tipo de gente. Que sean mujeres divertidas de vez en cuando ("Mamma Mia!"), pero sobre todo "las difíciles de entender". Y es que precisamente esa variedad es uno de los aspectos que adora de ser actriz.
"Nuestra vida es una vida rara, en la que no tienes un objetivo real, como el de un científico que busca el antídoto contra algo, sino que deambulas de un proyecto a otro y no puedes planear nada. Pero eso también es bueno, porque permite centrarse en el aquí y el ahora (...) Además, como constante desempleada estás mucho tiempo en casa", contó riéndose Streep, que a sus 62 años es madre de cuatro hijos.
Sin embargo, ni siquiera los premios evitan el miedo al futuro. "Como actor te das cuenta de todo lo que pasa, lo bueno y lo malo, y es difícil enfrentarse al temor de que tras muchos años se harten de uno", confesó. Por eso, hay que aprender "que la inseguridad es una amiga". "Nos enseña qué es el miedo y nos hace humanos".
Además, la fama tiene un precio: "Hay cinco museos de arte en Berlín que me gustaría visitar, pero no iré a ninguno. No puedo, porque la gente me estaría mirando a mí y no me dejarían contemplar las obras de arte", explicó la actriz. "Es un precio muy alto".
En cuanto a su personaje en "La Dama de Hierro", con el que después de casi 30 años podría conseguir su tercer Oscar, Streep señaló que aprendió mucho. "Como actriz de izquierdas tenía mi concepto de Margaret Thatcher (...) esas cosas por las que las mujeres se odian unas a otras", bromeó. "Pero descubrí muchas cosas que sorprenderían a los conservadores estadounidenses".
Por otro lado, cuando interpreta a un personaje real, nunca lo juzga. "No pienso si me gusta o no, porque si lo hiciera no podría meterme dentro de esa persona", explicó. Y para lidiar con la ex primera ministra británica tenía la receta perfecta: "Al final de cada jornada mi directora (Phyllida Lloyd) me traía un gin-tonic. Así es como seguía adelante", dijo entre risas.
De ahí pasó a las carcajadas cuando un periodista le regaló un ramo de rosas blancas por el día de San Valentín -"mi marido no se ha acordado, así que ¡muchísimas gracias!", contestó- antes de que otro reportero le entregara unas muñecas rusas con su personaje de "El diablo se viste de Prada". "¡Gracias por retocarme la nariz!", bromeó.
Y no faltó tampoco una petición a la prensa: "Todos hablan del Hollywood dorado, pero creo que en general el nivel de ahora es más alto y profundo, con actores que se arriesgan más", declaró. "Este año hay interpretaciones extraordinarias, pero la maquinaria de la publicidad hace que nos centremos sólo en unos pocos premios. Su trabajo es publicitar esos otros a los que no se ve".