Lucian Freud, el crudo retratista que puso al desnudo el alma humana
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El nieto de Sigmund Freud, fallecido en la madrugada del viernes en Londres a la edad de 88 años, no conocía compromisos ni adulaciones.
Londres, Inglaterra.- Para algunos eran fascinantes y bellos, mientras otros los consideraban provocadores, repelentes y feos. Pero para todos los expertos y los amantes del arte estaba claro que los desnudos de Lucian Freud eran únicos.
El nieto de Sigmund Freud, fallecido en la madrugada del viernes en Londres a la edad de 88 años, no conocía compromisos ni adulaciones. Sus representaciones a veces excesivamente sinceras no resultan siempre fáciles de ver, aunque le han asegurado al pintor "un lugar único en el hall de la fama del arte de finales del siglo XX", considera el director de las galerías Tate en Reino Unido, Nicholas Serota.
Lucian Freud buscaba rara vez a gente conocida por su atractivo físico para sus desnudos. Las modelos Kate Moss o Jerry Hall, ex esposa del músico Mick Jagger, fueron excepciones. Sus motivos preferidos eran familiares o amigos, que debían posar durante horas para él.
Su fama crecía cada vez más en los últimos años, en los que se convirtió en uno de los artistas contemporáneos más importantes. Sus obras alcanzan precios exorbitantes y eran vistas por las casas de subastas como una garantía de ingresos.
Al comienzo de su carrera, sin embargo, tuvo que oír a menudo que no era lo suficientemente moderno. Inspirado primero por el surrealismo, el pintor se mantuvo después fiel a su amor por los contornos humanos en medio del furor por lo abstracto.
Lucian Freud nació en Berlín y huyó con su familia a Reino Unido en 1933, el año en el que los nazis llegaron al poder. En 1939 se convirtió en ciudadano británico. En Reino Unido es casi más conocido que su abuelo, el padre del psicoanálisis.
Usuales eran también algunos comparaciones con su célebre pariente: mientras Sigmund Freud bajaba a las profundidades del alma, Lucien Freud la exhibía hacia afuera. Bolsas de grasa, arrugas, venas marcadas bajo la piel pálida o los pechos caídos son algunos de los rasgos que le gustaba reflejar al pintor en sus cuadros.
"Deseo que mis retratos sean la gente misma, no sólo su apariencia exterior", dijo alguna vez.
Lucian Freud empezó a pintar muy joven. Con 14 años asistía a la Escuela Central de Arte londinense. En el ámbito artístico llamó en un comienzo la atención como dibujante y su primera exposición la hizo con 21 años.
Después llegó a ser retratista de la reina Isabel II. Se cuenta que la reina y él tuvieron charlas interesantes durante las largas horas en las que la monarca posaba para el artista. El cuadro en el que Isabel II parece casi un hombre dividió sin embargo después a la opinión pública británica.
En círculos ajenos a las vanguardias artísticas Freud era visto como un rebelde, otros lo consideraban incluso sólo un pornógrafo. Y se dice que la vida privada del pintor, reacio a mostrarse en público, no era menos espectacular.
Los rumores sostienen que procreó hasta 40 niños fuera del matrimonio. El artista se vio también involucrado a menudoen peleas a puñetazos.
Lucian Freud intentó explicarlo en una entrevista: "El motivo no es que me guste pelear; la gente me dijo de verdad cosas a las que considero que sólo se puede responder con golpes", aseguró.