Maestras de guardería ABC, atormentadas por la tragedia y la culpa
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A casi un año de la tragedia, maestras de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, y que perdieron a sus hijos en el incendio, se debaten entre la tristeza y la culpa
México.- María Josefina Carretas, de 31 años de edad, era la maestra del área de maternal de la ABC, logró salvar a los bebés que tenía a su cargo, excepto a una pequeña de diez meses de edad, llamada Ana Paula Acosta, tampoco pudo sacar a su hija Daniela de dos años.
Narró que el día del incendio, ella escuchó la "chicharra" y creyó que se trataba de un simulacro, pero comenzó a ver humo por las orillas de la lona superior, inmediatamente comenzó a depositar a los bebés en dos cunas y con la ayuda de una de las muchachas encargadas de la limpieza sacó a los niños, en la oscuridad, con el humo y casi sin poder respirar.
Cuando regresó por su hija, no la encontró, otra maestra le informó que ya la habían sacado y que estaba tendida en la banqueta, la vio, inmediatamente se la llevaron al hospital, logró estar con ella hasta la media noche.
"Cuando me pasaron a verla, fue pues horrible, pero a pesar de lo desfigurada que estaba y lo hinchada, ya no tenía cabello, estaba con tubos, con sueros, con medicinas, yo sabía que era ella, su carita, la forma de los ojos, cómo no la iba a conocer".
Daniela, la hija de María, vivió 21 días, fue trasladada a Guadalajara, después a Cincinatti en Ohio, donde falleció, presentaba quemaduras en el ochenta por ciento de su cuerpo.
María no logra superar el hecho de que estando en el mismo lugar en que se encontraba su hija, no pudo salvarla.
"Yo no puedo imaginarme a Daniela de otra forma, más que moviendo los brazos, asustada y gritándome que la ayudara porque ella sabía que yo estaba ahí.ella sabía que yo estaba ahí y no pude hacer nada, es, de veras que es un sentimiento de culpa horrible, horrible y no nada más por ella, por las demás mamás, por los demás niños, por los demás hermanitos, saber que pudimos hacer algo y no lo hicimos, es yo creo el peor reproche que me voy a hacer toda la vida, ese sentimiento de culpa a mi nadie me lo quita, nadie".
María sufre la muerte de su hija, pero asegura que hubiera sido peor que viviera en condiciones de dolor por sus quemaduras.
"No te puedo decir que fue lo mejor que le pudo haber pasado, porque yo no me la imagino más que como era antes, yo no veo la muerte de ella como un castigo para ella, la veo como un descanso, porque estaba mutilada, estaba en unas condiciones que, había perdido dedos, la nariz, estaba, lo único que no tenía quemado en la cabeza era un párpado, yo muchas veces me ponía a pensar si ella vivía y cuando despertara que me preguntara qué le había pasado, porqué no la había ayudado, imagínate cuando creciera".
En situación similar se encuentra Daniza López, otra maestra que también logró salvar a cuatro niños, pero cuando quiso regresar por su hijo, las llamas y la policía, no la dejaron.