Mamut de Milpa Alta: nuevos hallazgos

Círculo
/ 28 septiembre 2015

El gigante interactuó con el humano y tenía una dieta mixta, revelan los avances en el análisis de sus restos

México.-  Tras dos años de estudios de los restos del mamut descubierto en el poblado de Santa Ana Tlacotenco, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) concluyeron que el animal comía herbáceas y que era capaz de ingerir hojas de arbustos para complementar su alimentación.

Señaló que el Mamut de las Praderas es una especie típica del Pleistoceno Tardío de México y que para determinar de qué se alimentaba el animal hallado en Milpa Alta y dónde vivía, se utilizaron tres métodos: el biológico, el morfofuncional y el de marcadores biogeoquímicos.

Víctor Adrián Pérez, del Laboratorio de Arqueozoología del INAH, comentó que probablemente el gigante vivía en una zona abierta con árboles y en una sección boscosa con pastizales.

Los investigadores acudieron por primera vez al poblado de Santa Ana Tlacotenco en 2012, luego del aviso de unas estructuras misteriosas enterradas en un predio, las cuales resultaron ser los restos de un mamut que murió hace entre 17 mil y 19 mil años.

El gigante es uno de los que se han encontrado a mayor altura de la cuenca de México. Además, sus restos estaban cubiertos por ceniza volcánica y no por suelos pantanosos ni murió en las orillas de algún lago, como era lo más común entre los de su especie. Estos hallazgos fueron posibles gracias a que los científicos de la UNAM y del INAH lograron extraer alrededor de 60% de los restos gigante.

Otro dato destacado en el simposio Avances de investigación sobre el estudio del mamut de Santa Ana Tlacotenco, Milpa Alta, que se llevó a cabo en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, es que algunos de los huesos del gigante presentaron evidencias de cortes y líneas de desgaste hechas por humano, lo que podría ser una muestra de que hubo interacción entre él y el mamut.

Características del entierro

Una parte de los estudios se centró en las condiciones del entierro del mamut en lo que hoy es Santa Ana Tlacotenco. La doctora Marie-Noelle Guilbaud, del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM, dijo se originó por escurrimientos de agua de lluvia que removieron cenizas no consolidadas del volcán San Miguel -que se encuentra cerca del hallazgo- y que fueron las que recubrieron los restos óseos de este animal.

Los estudios de campo y químicos de los depósitos de ceniza volcánica que se encontraron alrededor del ejemplar, permitieron establecer la época en que murió el mamut.

Apoyados en estudios de estratigrafía, que consisten en conocer las distintas capas y depósitos de suelo o ceniza que había antes, y después de analizar los restos óseos del mamut, los investigadores realizaron una secuencia de lo que pasó en ese sitio.

La especialista relató que por debajo de dichos restos, se encontraron suelos de tepetate que empiezan a formarse a base de depósitos volcánicos y en los cuales puede haber materia orgánica creciendo. Arriba de ese tipo de suelo, agregó, se encontraron las cenizas del volcán San Miguel, de hace 17 mil años aproximadamente.

Explicó que probablemente algún proceso ocurrió por esa época que hizo que la ceniza que no estaba consolidada fuera removida. Concluyó que pudieron ser lluvias intensas las que provocaron este fenómeno.

Estos y otros resultados logrados hasta ahora, agregó Agustín Ortiz, del Laboratorio de Prospección Arqueológica del IIA, pueden formar parte del conocimiento sobre el comportamiento de este mamut, así como de su interacción con el humano y la situación geológica de la zona donde se encontró.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM 


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