Marchan indígenas de Chiapas para exigir que se libere a Alberto Patishtán

Nacional
/ 29 septiembre 2015

Demandan también la excarcelación de Francisco Santiz López, base de apoyo zapatista

El Bosque, Chis. Todo sucede en tzotzil, aquí donde Alberto Patishtán Gómez se llama Beto. O compañero maestro. "Beto, aguanta, que el pueblo se levanta", gritan sus paisanos pasado el mediodía, al iniciar una marcha alrededor de la cabecera municipal. Reunirán al menos un millar de indígenas, la mayoría de este municipio, pero también de San Andrés, Simojovel y Huitiupán, y hasta de lugares más distantes como Venustiano Carranza, demandando la liberación inmediata de su compañero, hermano, primo, maestro, vecino, encarcelado hace 12 años por un crimen que todos saben que no cometió.

La movilización exige también la liberación de su "hermano zapatista" Francisco Santiz López, de Tenejapa, preso hace seis meses en San Cristóbal de Las Casas "por ninguna razón".

Las proclamas de la gente, una gran cantidad de mujeres de todas edades -ancianas muchas, y aún más las jóvenes estudiantes-, llevan una carga emotiva cercana al cariño. Las consignas rutinarias: "Alberto, hermano, el pueblo te da la mano, Alberto, amigo, el pueblo está contigo", adquieren una resonancia literal, como que les sale de dentro a los ancianos venerables en calzón de manta, a las maestras y maestros, a una vasta parentela de Patishtanes y Gómez y Ruiz que recorren el pueblo bajo un sol plomizo pero severo. La gente asoma a las puertas y las terrazas (abundan aquí, pues el paisaje es muy empinado) y mira pasar con simpatía o curiosidad ese río de gente y sombrillas hermosas de muchos colores gritando la palabra "libertad".

Las tal vez 300 personas que iniciaron la marcha en el auditorio municipal, cuando retornaron al recinto se habían convertido en mil. La caminata llevó al frente un carro con sonido y una gran manta con el rostro de Patishtán, y enseguida un grupo de familiares y amigos de los otros presos políticos en Chiapas, adherentes de la otra campaña. Portaban carteles con retratos amplificados, fijos en bastidores de cartón corrugado y con un palo para alzarlo, de Rosario Díaz Méndez, Pedro López Jiménez, Juan Collazo Jiménez, Alejandro Díaz Santiz, Rosa López Díaz y Enrique Gómez Hernández.

Tras llenar la multitud el auditorio en el centro del poblado, la gente se aplaude a sí misma, contenta de ser tanta. Presiden la asamblea-mitin familiares mayores del profesor encarcelado ahora en Guasave, Sinaloa, y hace 12 años privado de su libertad. Desde allá, él escribió para la ocasión: "Los gobiernos mexicanos han querido y quieren callarme separándome de mis abogados, amigos y familia, del injusto traslado, mas en respuesta de esto quiero decir que mientras exista la injusticia ni muerto puedo callar, porque morir es vivir hacia los demás. Bien, compañeros, tengan mucho ánimo que no están solos, sigan adelante, el pueblo los necesita, yo aquí oraré por ustedes".

Toman la palabra maestras, madres, antiguas autoridades ejidales, testificando por su compañero. Doña María Gómez Gómez proclama su inocencia y rompe en llanto. La congregación escucha una grabación en tzotzil de Alberto saludando a su pueblo. El maestro Martín Ramírez, vocero del Movimiento del Pueblo de El Bosque por la libertad del docente, recordará enseguida que desde el primer momento de su detención, en julio de 2000, el pueblo protestó, se movilizó, y tomó el palacio municipal. El gobernador Roberto Albores Guillén prometió liberarlo, y en vez de eso fue consignado.

Está claro que la gente se siente ofendida y traicionada, "le levantaron falsas acusaciones cuando él estaba viendo las necesidades del pueblo". Ramírez levanta un documento y señala: "Este fue el delito del compañero, la causa de su encarcelamiento". Y lee una carta fechada el 26 de mayo de 2000, tres semanas antes de la masacre de policías el 12 de junio por la que el profesor purga 60 años de cárcel. Dirigida al mandatario de entonces, decenas de autoridades ejidales y comunitarias le enumeran de manera contundente los delitos y malos manejos del gobierno municipal y piden su destitución. "Hicieron una lista con esos nombres para detenerlos a todos, pero al final le tocó sólo al compañero. Nos amenazaban con usarla contra los demás si seguíamos protestando".

No han dejado de exigir justicia, y eso ya demuestra mucho aguante; nadie en el gobierno les hace nunca caso. Ahora apelan al gobernador Juan Sabines Guerrero, al Presidente de la República, a los jueces: "¿Hasta cuándo nos van a escuchar? ¿No se dan cuenta que la protesta ya es a nivel mundial?" Se disponen a marchar a la ciudad de México en las próximas semanas para llevaral gobierno federal su demanda de "salud, traslado y libertad" para Patishtán.

Dentro de la semana mundial por su libertad y la de Santiz López, este acto no es el único. Se han realizado, o lo serán este fin de semana, acciones y movilizaciones en Suiza, Italia, Alemania, Nueva Zelanda y Holanda. Colectivos de esas naciones se han sumado a los de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, España, Canadá, Sudáfrica, Argentina, el Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, y en las ciudades de México y Oaxaca.




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