México y América Latina requieren con urgencia más científicas

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/ 29 septiembre 2015

En el marco del Día Internacional de la Mujer, investigadoras del Cinvestav opinan que hacer ciencia e investigación de calidad no es cuestión de género.

Ciudad de México. En México hacen falta más científicas y sobre todo en las áreas del conocimiento donde actualmente su participación es relativamente baja como física, matemáticas e ingeniería, pero más allá del género, lo que más le hace falta a nuestro país son investigadores jóvenes, ya que la edad promedio actual rebasa los 50 años, señaló la científica del Cinvestav, Liliana Quintanar Vera, en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Es urgente que se tomen las medidas necesarias para incorporar más investigadores jóvenes, mujeres y hombres por igual, a la comunidad científica nacional, señaló Quintanar Vera, adscrita al Departamento de Química del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados.

México invierte mucho dinero y esfuerzo en formar jóvenes científicos, y después ¿a dónde van? ¿dónde son contratados? Muchos jóvenes brillantes que salen a estudiar al extranjero ya no regresan, porque aunque tengan el anhelo de retribuirle a su país lo que les ha dado, generalmente no encuentran oportunidades de trabajo aquí.

Gabriela Olmedo Alvarez, investigadora del Cinvestav Irapuato, coincidió: sin importar el género, América Latina requiere con urgencia un mayor número de científicos, y desde luego, esto no tendría lógica sin suficientes centros de investigación y recursos para hacer ciencia. Éstos desde luego ayudarían a emprender investigaciones relevantes, pero las mujeres científicas darían esa visión complementaria tan importante en la identificación de los problemas.

También para la realizadora de la secuencia genética de los primeros microbios prehistóricos, en las pozas de Cuatrociénegas, Coahuila, la ciencia no es cuestión de género, pues un verdadero científico reconoce la capacidad analítica de otro, y no se detiene a considerar el género de su colega.

En una comunidad académica madura donde todos trabajan en conjunto en su quehacer científico, el conocimiento surge sin dificultad y sin distinción, acotó la investigadora, quien recibió la Medalla al Mérito en Ciencias 2010 de la Asamblea Legislativa del DF.

Lo mismo opinó Liliana Quintanar, quien trabaja en el tema de proteínas involucradas en enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson. Uno de los retos de la comunidad científica en México y AL es lograr que nuestros países inviertan más recursos en la investigación y el desarrollo tecnológico, abriendo oportunidades para los científicos jóvenes, hombres y mujeres; de hecho, éstas últimas representan alrededor del 30 % de los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

El problema de la representación del género femenino en la ciencia está directamente relacionado con el de hecho de que, justo la etapa más productiva de un investigador, cuando debe consolidarse (digamos entre los 30 y 45 años), coincide con la etapa reproductiva de la mujer, señaló Quintanar Vera.

Si una científica desea tener familia debe organizarse para poder realizar las dos actividades: ser investigadora y ser mujer de familia (madre/esposa/ama de casa). Esta situación lleva a muchas mujeres brillantes a desertar su carrera, apuntó la también ganadora de la Beca Mujeres en la Ciencia L'oreal-UNESCO-AMC.

De la misma forma opinó Gabriela Olmedo: muchas mujeres avanzan más lentamente que los hombres. Para algunas de ellas su energía se dispersa en varias direcciones y no son tan enfocadas como muchos investigadores hombres, pues deben dedicar igual esfuerzo al hogar y a su ámbito académico.

Para concluir, Olmedo Alvarez destacó que los científicos en México tienen la responsabilidad de formar alumnos que sean los siguientes investigadores. Hay que contribuir a alcanzar la masa crítica de investigadores en el país, que esperemos esté cada vez más balanceada en el aspecto de género.

Ambas investigadoras se pronunciaron por el fomento a temprana edad de las disciplinas científicas, para que niñas y niños por igual se acerquen a la ciencia en un ambiente de libertad imaginativa, que desde pequeños sepan que la ciencia es experimentación. Los programas de divulgación científica deben buscar la forma de proyectar la imagen de equidad de género, pues todas y todos podemos hacer ciencia, concluyeron.

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