"Mosquitos terminator" contra el dengue

Círculo
/ 29 septiembre 2015

Se calcula que el dengue contagia cada año en todo el mundo a más de 50 millones de personas.

Madrid, España.- Cada año enferman con dengue en el mundo entre 50 a 100 millones de personas, de las cuales mueren una media de 22,000, según cifras de la Organización Mundial de Salud (OMS).

Los países con más casos de dengue registrados en los últimos años fueron Brasil, Colombia, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, México, Perú y Venezuela, mientras que en Argentina, Bolivia, Costa Rica y Paraguay la transmisión de la enfermedad se ha incrementado considerablemente en los últimos años.

La solución de los mosquitos genéticamente modificados, no obstante sigue suscitando temores y rechazos en una parte de la sociedad conservacionista que, pese a que la alternativa es seguir usando los denostados pesticidas, cree que una modificación de las condiciones naturales de los insectos puede tener consecuencias graves en el medioambiente.

"Como ocurre con toda nueva tecnología, los expertos y el marco regulatorio deben ser los enfoques para examinar nuestra propuesta", aseguró Hadyn Parry, presidente ejecutivo de la compañía británica de biotecnología Oxitec, que lleva años desarrollando un mosquito transgénico para combatir el dengue.

Parry respondía así a un foro de expertos en bioseguridad organizado por la Universidad de Panamá y celebrado este mes en el país centroamericano, candidato a la solución de los mosquitos transgénicos, en la que se puso en duda la efectividad de este método y se destacaron sus "potenciales peligros".

"CONTROL DE NATALIDAD" PARA LOS INSECTOS

La solución desarrollada por Oxitec es una suerte de "control de la natalidad" para insectos, y en el caso del dengue consiste en liberar machos del mosquito "Aedes aegypti" modificados genéticamente, de manera que cuando fecundan los huevos de las hembras, que son las que con su picadura transmiten la enfermedad, todas las crias mueren en estado de larva.

Al repetirse la liberación de nuevos ejemplares de los llamados "mosquitos terminator" en cantidades y frecuencia suficientes, la lógica indica que la población de los insectos causantes del dengue debe ir en retroceso, incluso hasta llegar a ser erradicada, sin afectar a otros insectos o a animales como peces o pájaros que se alimentan de mosquitos, según la empresa.

"Creemos que funciona mejor cuando se combina con los métodos que se practican normalmente, como la educación, la eliminación de los potenciales focos de criaderos (de mosquitos) y los larvicidas, y se puede emplear no sólo para eliminar el mosquito del dengue de un área, sino también para prevenir su regreso", declaró Parry a Efe Reportajes.

La técnica de control de insectos a través ejemplares estériles ya se ha usado con éxito en Estados Unidos contra plagas que afectan a la industria agropecuaria como el gusano barrenador, y Oxitec se encuentra actualmente desarrollando "productos" para combatir la 'lagarta rosada' (Pectinophora gossypiella, que ataca al algodón), la mosca del olivo y la de lafruta.

INCERTIDUMBRE EN LOS EFECTOS A LARGO PLAZO

Pero los detractores de estos experimentos consideran que la liberación sin control de mosquitos modificados en laboratorio supone un riesgo para el medioambiente, ya que no se sabe a ciencia cierta qué efectos a largo plazo pueda tener para la especie y "si algo sale mal" no hay manera de dar marcha atrás y retirar de nuevo los insectos liberados.

Incluso algunos llegan a poner en duda la efectividad de toda la filosofía que proponen los biólogos genéticos de Oxitec para combatir el dengue, y hablan de la posibilidad de que represente un riesgo para la salud de las personas.

"El principal impacto (de esta solución) en la salud de la población es la reducción del número de mosquitos 'Aedes aegypti' que puedan propagar el dengue (...) los mosquitos machos estériles no suponen ninguna amenaza para las personas, ya que no pican ni contagian la enfermedad", declaró por su parte a Efe Reportajes Michael Conway, portavoz de la compañía británica.

Según Conway, la solución que propone su empresa tampoco debe considerarse como inductora de "un cambio permanente en la población de mosquitos", por lo que es "improbable" que tenga un impacto en el medio ambiente distinto al de los métodos de combate tradicionales con pesticidas.

Conway explicó que esta empresa ha llevado a cabo pruebas con la liberación de este tipo de mosquitos en varios lugares, entre ellos Brasil, Malasia y las Islas Caimán, y citó como ejemplo la liberación en este último país, en 2010, de tres millones de mosquitos estériles durante seis meses, lográndose una reducción de la presencia del "Aedes aegypti" en una zona de 16 hectáreas.

VOCES EN CONTRA

El ingeniero bioquímico y experto en bioseguridad Camilo Rodríguez, consultor de la ONG ambientalista Red del Tercer Mundo, dijo durante el foro sobre la materia celebrado en Panamá que Oxitec y las autoridades de Islas Caimán mantuvieron en secreto la liberación de mosquitos transgénicos y que no se supo del experimento hasta un año después.

La empresa Oxitec estableció en 2010 un convenio con el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, de Panamá, para efectuar en este país estudios de laboratorio con mosquitos genéticamente modificados.

Debido a esto y a la posibilidad de que se lleven a cabo ensayos de este tipo en Panamá, Chin Li Lim, investigadora de la misma ONG, con sede en Malasia, puso en alerta a las autoridades y a la sociedad panameña sobre las posibles consecuencias de ello, incluido el factor económico.

Según la experta en bioseguridad, el Estado panameño "tendría que pagarle cada año" a la empresa británica por la liberación de millones de mosquitos transgénicos para mantener el programa, al tiempo que existe el riesgo de que haya una adaptación natural del mosquito a esa modificación genética y empeore la incidencia del dengue.

El presidente ejecutivo de Oxitec desmintió este extremo y aseguró que este es "un mito" que no tiene fundamento creado por sus detractores, encabezados por la ONG Genewatch.

Las autoridades panameñas, como las de cualquier otro país, "pueden usar nuestro método por el tiempo que deseen (...) Después de todo, si no están satisfechos con los resultados, o les resulta demasiado costoso, pueden dejar de usarlo", declaró Parry.

Pese a las alertas de la Red del Tercer Mundo de que Oxitec tiene previsto liberar en Panamá y Costa Rica mosquitos transgénicos para combatir el dengue, tanto las autoridades panameñas como la propia empresa británica lo han desmentido.

Darío Luque, de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) de Panamá y miembro de la Comisión Nacional de Bioseguridad para los Organismos Modificados Genéticamente, dijo que en 2011 Oxitec, a través del Instituto Gorgas, hizo una solicitud para hacer estos estudios en Panamá, pero que aún no ha sido aprobada.

Luque señaló que desde 2010 Oxitec lleva efectuados cuatro foros sobre el tema y se ha reunido con funcionarios de la ANAM, del Ministerio de Desarrollo Agropecuario y el Ministerio de Salud, sin que todavía se haya dado "ninguna aprobación", recalcó.

Oxitec ha presentado al Gobierno panameño un plan para realizar "experimentos contenidos" dentro del Instituto Gorgas y para desplegar una "estrategia de comunicación" dirigida a la población, pero no podrá aplicarlas sin antes recibir el visto bueno, indicó Luque.

Por su parte, Parry aseguró que actualmente no mantienen contactos con las autoridades costarricenses para liberar mosquitos modificados genéticamente, como se ha dicho, pero debido al "reto significativo que representa el dengue para Costa Rica" consideran que merecería la pena evaluar esa posibilidad.

DESTACADOS:

* Esta nueva estrategia ha suscitado temores de que la liberación de insectos transgénicos pudiera provocar daños al medioambiente y a la salud de las personas.

* Los científicos que desarrollan este tipo de insectos defienden sus ventajas y aseguran que su único efecto en la salud de las personas es su capacidad de combatir enfermedades.

* La solución desarrollada por Oxitec es una suerte de "control de la natalidad" para insectos, y en el caso del dengue consiste en liberar machos del mosquito "Aedes aegypti" modificados genéticamente, de manera que cuando fecundan los huevos de las hembras, que son las que transmiten la enfermedad, todas las crias mueren en estado de larva.


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