Tatuajes y piercings pueden provocar serias enfermedades

Círculo
/ 29 septiembre 2015

    De esta práctica deberían abstenerse las personas que sufren hemofilia, diabetes o que están embarazadas por los riesgos que entraña la perforación dérmica en estos supuestos.

    En las últimas décadas se ha puesto de moda la decoración corporal a través de las perforaciones y de los tatuajes, dos prácticas que normalmente se llevan a cabo con fines meramente estéticos y que, de no ser realizadas por especialistas, pueden derivar en serias alteraciones en la piel y la zona circundante.

    En este sentido, casi el 20% de los tatuajes provocan infecciones bacterianas en el lugar donde se colocan, que pueden deberse a diversos factores, tales como la falta de higiene en el instrumental o en el propio tatuador, el no cumplimiento de los cuidados posteriores a la realización del tatuaje o al hecho de que el dibujo se haya hecho en un momento en que el cliente tenga las defensas bajas.

    Sin embargo, esas alteraciones podrían ser mucho más graves en caso de que la aguja con que se hubiera hecho esa inyección intradérmica estuviera manchada de sangre.

    Sida, hepatitis B y C o el virus del papiloma humano podrían contraerse si el instrumental no está bien esterilizado o no se usan productos desechables.

    Por otro lado, una mala praxis podría conllevar a la aparición de cicatrices gruesas y difíciles de eliminar, los llamados queloides, al igual que la aparición de dermatitis o alteraciones en la epidermis fruto de una reacción por alergia a los distintos colorantes y productos que se infiltran en la dermis.

    Al respecto, los expertos señalan que lo mejor es acudir al centro de tatuajes unos días antes para hacer pruebas con los tintes para saber si estos son alergénicos en nuestro organismo.

    De esta práctica deberían abstenerse las personas que sufren hemofilia, diabetes o que están embarazadas por los riesgos que entraña la perforación dérmica en estos supuestos. También es poco aconsejable tatuarse para las personas que tienden a desarrollar herpes o verrugas víricas, pues su presencia podría recrudecerse.

    Por su parte, las perforaciones de la piel, de las mucosas o de otra parte del cuerpo derivadas de los piercings pueden desencadenar infecciones locales con enrojecimiento, escozor, dolor o inflamación de la zona afectada, un problema que podría combinarse con una alergia al metal utilizado, motivo por el que se recomienda usar acero, oro o titanio.

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