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En riesgo más de 3 mil personas con VIH en Coahuila por interrupción de abasto de suministros
El desabasto de medicamentos antirretrovirales, así como de exámenes que sirven para medir la presencia de virus en sangre y la cantidad de defensas presentes en el organismo, ha puesto en peligro a pacientes
- 02 mayo 2022
Una pastilla diaria es la diferencia entre la vida y la muerte para un paciente con VIH.
Sin embargo, 3 mil 190 personas que viven con VIH en Coahuila, según el último corte del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida, podrían estar en riesgo, ante la interrupción de abasto de suministros y atención adecuada por parte de las distintas instituciones de salud.
El desabasto de medicamentos antirretrovirales, así como de exámenes que sirven para medir la presencia de virus en sangre y la cantidad de defensas presentes en el organismo, ha puesto en peligro inminente tanto a pacientes afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social como al Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) en el estado, cuya provisión depende en gran medida del Gobierno federal.
A ello se suma la falta de seguimiento en la detección de los daños que puede ocasionar en los enfermos las medicinas contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida y la aparición de enfermedades oportunistas, tales como la tuberculosis, la neumonía y los tumores.
Sin contar, denuncian activistas entrevistados por Semanario, las prácticas de discriminación y estigmatización por parte del personal médico que atiende en estas instituciones hacia las personas que padecen este mal.
“El derecho a la salud en México es altamente vulnerado, en todos los grupos, pero especialmente en los grupos de la diversidad sexual. Por mencionar algunos: las mujeres trans, los hombres que tienen sexo con otros hombres...”, declara Carlos Llamas Gómez, dirigente de Jóvenes Prevenidos, una asociación que por más de 11 años se ha dedicado a la realización de pruebas rápidas de VIH en calle, entrega de condones y lubricantes y promotoría de los derechos humanos de la población LGBTIQ+.
En los 8 años recientes, la Comisión Nacional de Derechos Humanos recibió 5 quejas provenientes de Coahuila en contra del ISSSTE y otras 15 en contra del IMSS por parte de pacientes que viven con VIH sobre desbasto de medicamentos y mala atención.
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Con medicina prestada
Noé Leonardo Ruiz Malacara, presidente de San Aelredo, una organización enfocada a la defensa de los derechos de los grupos LGBTIQ+, señala que la mayor carencia de antirretrovirales en Coahuila se registró a partir del cambio de gobierno federal y los dos primeros años de la pandemia del COVID - 19, lo que obligó a la Secretaría de Salud del estado a racionar el medicamento para el VIH.
“El Capasits empieza a fallar con los medicamentos, como que a retener el medicamento porque ya no le estaba llegando en las proporciones que se requerían. La Secretaría de Salud, lo que decía era que como era un programa a nivel federal, la Federación no estaba dando los insumos. No había nada que hacer.
“Lo que hacía el Capasits, y que lo vimos como una emergencia, es que, por ejemplo, les decía a los pacientes, ‘dentro de 10 o 15 días, va a llegar el medicamento’. Si venían varias personas les decía, ‘tengo tres frascos, hay seis personas, vamos a darles mitad y mitad, cuando menos para que estos próximos 15 días no se queden sin medicamento’. Fue algo que salió de emergencia. Sí hubo desabasto en el Capasits”.
Asimismo, Ruiz Malacara cuenta que la escasez de fármacos antirretrovirales en el IMSS hizo que sus afiliados fueran en busca de antídotos para el VIH al Capasits de Saltillo, centro adscrito al Gobierno de Coahuila que atiende a 788 pacientes, donde les proporcionaban la medicina a manera de préstamo, en tanto llegaba su medicamento.
“Como son varios medicamentos, por ejemplo, a unos les recetan un tipo de medicamento a otros otro, dependiendo de las pacientes y de los resultados en sus análisis, entonces dice el Capasits ‘sí lo tengo’, les preguntaban a las personas ‘¿para cuándo te dijeron que te llega el tuyo?’, decía el paciente ‘dentro de 10 días, 15 días...’.
“Hacían como un vale, lo firmaban, entonces la persona salía con su medicamento, pero cuando le llegaba el del IMSS sabía que lo tenía que regresar. Así estuvo funcionando fue como una ayuda emergente que surgió dentro de la institución y que apoyó a las personas que tenían dos o tres días sin medicamento porque en su servicio de salud no se lo estaban proporcionando”.
Algunos pacientes tuvieron que recurrir incluso a la táctica del préstamo de medicamento, en tanto el abasto se normalizaba.
“De repente llega a faltar un medicamento en el IMSS en el Capasits. Sí he sabido que de pronto no hay y les retrasan. Lo que hacemos con los contactos que tenemos es decir ‘oye, no tengo medicamento préstame y cuando llegue te lo regreso’. Ese es el apoyo que nos damos entre nosotros, los pocos que nos conocemos porque hay gente que prefiere mantenerse al margen, no quiere que nadie... sepa de su enfermedad”, refiere Ángel, una persona que vive con VIH desde hace 28 años.
La clave: todos los días
Lo principal en todo paciente que vive con VIH es la adherencia, o apego que tiene la persona, de tomar su tratamiento todos los días, a la misma hora para mantener los niveles adecuados de medicamento en sangre y poder suprimir al virus, explica el médico internista y director de Capasits Saltillo, Jesús Peña Gutiérrez.
De acuerdo con una tarjeta informativa emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entre 2015 y 2022, la CNDH recibió 5 quejas provenientes de Coahuila en contra del ISSSTE y otras 15 en contra del IMSS por parte de pacientes que viven con VIH sobre desbasto de medicamentos y mala atención.
Mientras que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila reporta sólo una queja contra el Capasits de Saltillo, por atención deficiente y carencia de medicinas, esto en los últimos siete años, un número que, según Edwin Morquecho, quien por más de 15 años ha trabajado como activista en pro de los derechos humanos de la población LGBTIQ+, podría estar lejos de la realidad.
Morquecho revela que la mayoría de las veces los pacientes, que además de padecer VIH tiene que sufrir la escasez de medicinas y de análisis de laboratorio, no se atreven a denunciar por miedo a ser visibilizados.
“Lo difícil de interponer quejas es que no podemos hacerlo a través de terceros, tiene que ser el derechohabiente, el paciente. Los chicos no han querido, por no meterse a la situación de la visibilidad de su diagnóstico.
“Lo que hacemos es incitar, invitar a que quienes se estén atendiendo en el Capasits escriban sus quejas y las introduzcan en el buzón, a final de cuentas nos ayuda muchísimo a alzar la voz y decir ‘en Saltillo no hay una buena atención’”.
En su respuesta a una solicitud de información (folio 050098800021522) hecha por Semanario sobre el contenido de este buzón, la Secretaría de Salud precisó que entre 2019 y 2022 se registraron 15 quejas y sugerencias en los cuatro Capasits (Saltillo, Torreón, Acuña y Piedras Negras) que hay en Coahuila, mismas que ponen el dedo en la llaga del desabasto de medicamentos en farmacia, la falta de atención psicológica y nutricional, la falta de personal médico, infraestructura precaria, carencia de pruebas para medir las defensas en el organismo (CD4), malas condiciones de higiene y temperatura de los centros de salud y el exagerado tiempo de espera para la atención.
Una de las quejas presentadas ante la CNDH que recayeron sobre el IMSS, fue la de Florian, el líder de la Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivos, Capítulo Coahuila, a principios de 2022, sobre la lentitud con la que el Seguro Social atiende a sus pacientes que viven con VIH.
Se trató del caso de un chico con diagnóstico de VIH, al que nunca le llegaron los resultados de sus pruebas de carga viral y conteo de linfocitos.
En contraste, y presionado por la queja, el Instituto optó por darle atención personalizada en un solo día.
“Primero lo mandaron al laboratorio, luego a Orientación y atención del derechohabiente, después al médico epidemiólogo y luego al médico familiar y por último medicina interna. Eso es lo que debería ser, una atención integral, en el mismo día tener toda esa atención ¿Porque puso una queja se le dio un trato especial?”.
El único inconveniente, denuncia Florian, es que sin que aún hubieran llegado los resultados de sus exámenes de carga viral, que miden la cantidad de virus en sangre, y de CD4, que sirven para valorar las defensas en el organismo, ambas pruebas usadas para determinar el tipo de medicamento que habrá de tomar la persona, al paciente ya se le asignó un tratamiento.
“No le han llegado los resultados de carga de viral ni de CD4, pero ya la dieron el tratamiento. No debieron de haber hecho eso”.
En el Capasits las cosas parecen no ser muy diferentes.
María F, una chica trans, que desde hace cuatro años lucha por la inclusión laboral de la comunidad LGBTIQ+, lleva esperando un año para que en el Capasits le realicen los análisis de carga viral y conteo de CD4, llevarlos donde un endocrinólogo privado y que le dé su terapia de reemplazo hormonal.
“Ya quiero empezar mi proceso de feminización facial y que me crezcan los senos”, platica.
No obstante, cada que María solicita estos estudios al Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual, le decían que no hay.
Sin embargo, en una cita a la que María acudió recién con Jesús Peña Gutiérrez, el director del Centro, éste le confirmó lo contrario.
“Me tocó mi cita, pero porque yo estuve presionando. Me atendió el director. Le dije ‘es que se me hace una irresponsabilidad por parte de ustedes que no tengan laboratorios. Ya tengo meses de retraso con el endocrinólogo porque ustedes...’, y lo único que respondió el doctor fue ‘no pues eso fue cuestión de los doctores, los doctores te dijeron eso, pero aquí siempre tuvimos pruebas”.
Y hace meses que a María le han retrasado también en el Capasits su cambio de medicamento.
“He tenido la decepción de estar detrás de ellos, peleando por el tratamiento nuevo. Conforme va avanzado el tiempo y va avanzado la ciencia van avanzado los medicamentos, entre más avanzado sea el medicamento menos te chinga el hígado. El que tengo ahorita es más agresivo que el que ya tengo que tomar. Por eso tengo que ir cambiando y más si soy una persona que va a empezar su terapia de reemplazo hormonal”.
Nunca ha faltado el medicamento: Del Valle
Gerardo del Valle de Valle, el responsable del programa de VIH Sida e ITS y del programa de Virus de Hepatitis C en Coahuila, insiste en que a ninguno de los mil 579 pacientes que se encentran con tratamiento antirretroviral en los cuatro Capasits ubicados en Saltillo, Torreón, Piedras Negras y Acuña, y los dos Sahi, (Sistema de Atención Hospitalaria Integral), que operan en Monclova y Nueva Rosita. les ha faltado nunca el medicamento.
Explica que cada año, la Federación, a través del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida, (Censida), destina al estado un presupuesto de alrededor de 7 millones de pesos en medicamentos contra el VIH Sida, y otros insumos como preservativos y geles lubricantes.
“El 95 por ciento del presupuesto lo recibimos en insumos. Quien lo recibe es el almacén estatal y es entregado en remesas. México hace una estimación de cuántos casos hemos tenido en los últimos años, estima cuántos pacientes usan qué medicamento, entonces hace un estimado con un programa que ellos tienen...
“Si en el transcurso de ese año ese medicamento lo dan de baja, llega un medicamento nuevo, llegan más pacientes, fallecen, se van muchos a derechohabiencia, constantemente nos piden cortes de cuánto medicamento nos queda y se van haciendo los ajustes masivos. Nunca faltan. Tenemos suficiente medicamento.
“Asimismo, de la carga viral y de CD4 hace un aproximado de cuántos vamos a utilizar para el siguiente año, con base en la cantidad de pacientes, pero le agregamos un por ciento. Nunca se ha dejado de tener carga viral ni CD4”, aclara Del Valle de Valle.
No obstante, el director de Capasits Saltillo, Jesús Peña Gutiérrez, reconoce que “a veces” falta medicamento antirretroviral y entonces el Centro avisa al jefe del programa de VIH Sida e ITS del programa de Virus de Hepatitis C, el doctor Del Valle, para que haga un pedimento a nivel nacional.
“Es muy raro que nos falta un medicamento, a veces de Monterey nos dicen ‘tenemos tantas cajas de este medicamento, te lo prestamos en lo que te lo mandan de la Federación’. El caso es que el paciente nunca se quede sin medicamento”.
Aseguran que hay pruebas insuficientes
Los activistas entrevistados se quejan además de la insuficiencia de pruebas en el Capasits para la medición de la cantidad de virus en sangre, llamada carga viral, que debe hacerse cada seis meses, así como de la que determina el número de defesas en el sistema inmune, nombrada de CD4, que ha de realizarse cada año, mismas que dan a conocer el estado de salud del paciente y de las que dependerá el esquema y tipo de tratamiento que habrá de tomar la persona diagnosticado con VIH. Situación que retrasa la terapia antirretroviral de los enfermos.
Peña Gutiérrez, el director del Capasits Saltillo, dice que desde hace dos años la Federación es quien se encarga, por medio del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, de procesar estas muestras para los cuales el Centro sólo realiza la colecta.
“Desde hace unos años se toman las muestras de esas dos variantes y se mandan a México, ahora las procesan allá, no nada más en el caso de Coahuila, sino en todo México”.
Florian, cabeza de la Red Mexicana de Jóvenes y Adolescentes Positivos, Capítulo Coahuila, detalle que en el Seguro Social la práctica de estos exámenes puede incluso demorar meses, después de que se ha efectuado la prueba confirmatoria de VIH denominada western blot y que, a diferencia de las pruebas rápidas que se realizan mediante una punción en el dedo de la mano para extraer unas gotas de sangre, se obtiene sacando sangre de la vena.
“Después de las confirmatorias te hacen las pruebas de carga viral y de CD4, que es donde comienzan las trabas de que a veces no tienen o de que ‘este mes tengo para 10 personas, ya se me terminó, venga dentro de 30 días’”.
Sin respuestas oficiales
Semanario buscó entrevista por casi un mes con Alethse de la Torres Rosas, la directora del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida, (Censida), a fin de conocer su versión sobre el desabasto de medicamentos antirretrovirales, así como de la inexistencia de exámenes de carga viral y CD4, pero no respondió a la solicitud.
Este medio también pidió a las respectivas áreas de comunicación social del IMSS y del ISSSTE gestionar una charla con los responsables de los programas de VIH Sida, pero en ambos casos se excusaron diciendo que en estas instituciones no se dan entrevistas.
Algunos miembros de la comunidad LGBTIQ+ acusan al Capasits de Saltillo de no proporcionar la atención integral que requieren los pacientes con VIH, evitando así la práctica de exámenes de rutina para conocer su estado de salud.
Entre esta batería de análisis destacan:
• El de detección de tuberculosis pulmonar, a través de radiografías tele de tórax y baciloscopía.
• Tipificación viral, para verificar si no hay resistencia al tratamiento.
• Perfil hepático, para chequear si el tratamiento está dañando el hígado.
• Prueba de creatininas, (que mide el nivel de este producto de desecho generado por los músculos como parte de la actividad diaria, en sangre y riñones), a fin de verificar si este órgano está funcionando bien.
• Biometría hemática, para la detección anemia típica del Sida o el daño a la medula ósea, por el uso de tratamiento antirretroviral.
Estudios estos que permiten saber, de manera oportuna, los posibles efectos secundarios provocados por los medicamentos antirretrovirales, así como detectar a tiempo la aparición de enfermedades oportunistas.
Jesús Peña, director del Capasits Saltillo, dice que “a veces” se solicita el doctor Gerardo del Valle de Valle, el responsable del programa de VIH Sida e ITS y del programa de Virus de Hepatitis C en Coahuila, que a su vez solicite el apoyo de instituciones como el Hospital General de Saltillo o el Centro de Salud González, para la realización de este tipo de pruebas a los pacientes porque en este Centro no tienen laboratorio.
“Y él nos dice ‘van a ir aquí, van a ir allá’ o ‘espérense, no hay reactivos’”.
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