Golpea alza de la canasta básica a economía familiar
La familia de Roberto y Esperanza, compuesta por tres integrantes más, ahora invierte en promedio 400 pesos más, para adquirir huevo, leche, frijol, arroz, verduras, fruta, algo de carne, gel antibacterial y cubrebocas, como parte de su canasta básica.
Ante el alza en la canasta básica de hasta el 40 por ciento, madres de familia de la zona conurbada de Saltillo aseguran que el impacto es doble, por un lado el aumento de los precios y por el otro la baja en los salarios propios, como en los de sus parejas o hijos que contribuyen a los gastos del hogar.
La familia de Roberto y Esperanza, compuesta por tres integrantes más, ahora invierte en promedio 400 pesos más, para adquirir huevo, leche, frijol, arroz, verduras, fruta, algo de carne, gel antibacterial y cubrebocas, como parte de su canasta básica.
“La última vez que fuimos al mandado fueron mil quinientos y antes con mil nos traiamos lo de una semana. Generalmente vamos por semana o cada diez días, pero esta vez con más nos trajimos hasta poquito menos, porque todo sube”, cuenta la quincuagenaria.
Por otra parte pequeños emprendedores que iniciaban con negocios de comida, se vieron forzados a poner una pausa pues al encarecer sus productos la venta disminuyó y se volvió incosteable adquirir materias primas a mayor costo.
Tal es el caso de Alfonso y Natalia, un matrimonio que antes de la contingencia comenzó a vender desayunos para empresas y por las noches vendía comida rápida que al incrementar el costo de la fruta, el pan, lácteos, huevo y carnes frías se vieron obligados a suspender el servicio de desayunos por los altos costos que les generaban pérdidas en lugar de ganancias.
“Pues las ganancias ya no eran las mismas cuando todo esto empezó, a veces era más lo que invertíamos de gasolina, de tiempo que lo que sacábamos de ganancia, por eso preferimos ya nada más vender aquí afuera de la casa para ayudarnos”, añade Natalia.
Otros sectores que se vieron afectados son las casas de asistencia, en donde, alimentar tres veces al día estudiantes y profesionistas no es barato, a decir, de Reyna Sandoval, que asiste a señoritas y trabajadoras al sur de la ciudad.
“Siempre trató de hacer comidas variadas para que no se aburran, a veces carne, pollo, caldos, sopes, todos los días algo diferente, pero ahora me las he tendido que ingeniar más que de costumbre, porque es la comida de la familia y de las personas que asisto, así qué hay que hacerlo rendir. Me puse a buscar para hacer recetas económicas y encontré muchas a base de verduras y soya, pero no las puedo hacer siempre porque pagan por un servicio”, apunta.
En los tres casos, señalan que se invierte en promedio 500 pesos más en cada una de las salidas al súper para hacer la despensa, sin embargo, la cantidad de productos adquiridos es menor o incluso de mejor calidad para abaratar los costos.