CÍRCULO DE ORO 2025

Germán Siller: el fotógrafo que nos llevó a probar la versatilidad del arroz en pandemia

Creó en la cochera de su casa, durante la pandemia, el restaurante La Arrocería, donde este ingrediente se convirtió en el plato fuerte, retando a los paladares saltillenses a probarlo en formas poco conocidas en este lado del mundo

  • 14 diciembre 2025

Durante la pandemia brotó un oasis gastronómico singular en el Centro Histórico. Lo que para nuestra dieta habitual es mera guarnición, aquí se convirtió en platillo principal y su creador pasó momentáneamente de fotógrafo a chef.

Germán Siller considera que si el arte ya lo traes, todo lo que haces se ve marcado por este. Y aunque ya era hábil con la sartén desde joven, cuando el trabajo bajó por la contingencia sanitaria abrió en la cochera de su casa La Arrocería, un pequeño restaurante cuyo menú giraba en torno a este único y versátil platillo.

“También era una manera de abrir mi casa al barrio, a la gente que pasa, ese contacto que a veces uno no tiene y los vecinos ni te saludan. Muchos de mis clientes eran la raza que vive por acá, las familias, se venían por su arroz”, recuerda Siller.

Pero su relación con la cocina empezó mucho antes. Su abuela administró comedores industriales en la Ciudad de México y él creció con ella, aprendiendo la técnica. Además, en su infancia y adolescencia siguió la tradición de la cacería en un rancho familiar, de la mano del aprovechamiento de la carne de caza.

“En los 80 estuve en VANGUARDIA un tiempo y después me fui a estudiar fotografía a Boston y ahí fue muy importante, entre otras cosas, porque nos juntamos muchos latinos y la convivencia era alrededor de la comida”, recuerda.

Ahí aprendió de sus compañeros, y cuando terminó la escuela permaneció otros tres años trabajando como fotógrafo para el trámite de la Green Card.

“Yo era ilegal pero estaba tomándole fotos a los documentados”, menciona con ironía.

En ese periodo también comenzó a laborar en una imprenta fotográfica. Sus recorridos de uno a otro empleo lo hacían atravesar un barrio chino, y fascinado por esta cocina —que conoció en un viaje a Sonora cuando era muy joven— probó todo lo que encontró en la zona. Y a sabiendas de que en aquel momento nada de eso existía en tierras mexicanas, aprendió a cocinarlo.

“En algún momento vi un arroz rojo hindú y pensé que era entomatado, como lo hacemos nosotros, y no, es con chiles. Entonces dije voy a hacer uno con los chiles de nosotros y las especias de aquí, como el comino, el orégano, el chile de cascabel, el chile ancho, como una enchilada, pero en arroz”, menciona sobre el arroz frito que preparó para Círculo de Oro.

“Hago muchas cosas, hago muchos salteados con verduras, carne, pollo y salsas diferentes”, dice al respecto de otros platillos que prepara.

La experiencia en La Arrocería le llevó a conocer y retar los paladares de sus vecinos. Cuenta que en su mayoría eran jóvenes los que se acercaban a probar sus platillos, pero la idea de sólo comer arroz no era atractiva para todos.

“Había gente mayor de por aquí que se paraba y preguntaba ‘¿nomás arroz? ¿Es lo que vende? No, puro arroz no’... algunos se animaban a probarlo y volvían”, asegura.

“Si hubiera vendido hamburguesas a lo mejor habría vendido más, pero no, la idea era eso, aportar algo diferente al barrio, a la gente”, agrega.

La época también coincidió con que su hijo adoptó una dieta vegana, por lo que los arroces resultaron una opción idónea para esto. Y aprovechando el tiempo que le daba el negocio lo entrenó en la cocina “un tiempo que tal vez no hubiera tenido de otra manera”, dice.

Pero tiempo también fue lo que hizo falta cuando las cosas volvieron a la “normalidad”, el trabajo en su estudio retomó fuerza. Así concluyó el episodio de La Arrocería, cuyos manjares ahora son exclusivos para amigos y familia que se sientan a la mesa de su hogar.

Siller destaca cómo algunos de sus colegas en la fotografía, como Raúl Cantú y Nacho Valdez —quien también figura en Círculo de Oro—, también comparten una pasión y un talento por la cocina.

“Uno se dedica a la creación, a ser creativo y a uno se le impregna eso y lo incorporas a tu vida. Yo decoré todo esto (señalando su cocina), es darle un toque creativo. Y aparte siempre he hecho fotografía de comida, me gusta mucho (...) La cocina es creativa, inventas, creas, mezclas y te lo comes”, concluye.

Arroz Frito enchilado con camarón y verduras
4 porciones | 1 hora

Ingredientes

  • - 4 tzas. de arroz blanco cocido
  • - 500 g de camarón mediano, pelado
  • - 2 zanahorias peladas y en trozos medianos
  • - 2 calabacitas en trozos medianos
  • - 1 pimiento morrón rojo en trozos medianos
  • - 1 tallo de apio en trozos medianos
  • - 1 cebolla en trozos medianos
  • - 2 tiras de cebollín picado finamente
  • - ¼ de tza. de cilantro picado finamente
  • - 3 dientes de ajo picados finamente
  • - 1 cda. de jengibre rallado
  • - ¼ de tza. de salsa de soya
  • - 1 cda. de salsa de pescado
  • - 5 chiles cascabel y 1 chile ancho
  • - ½ cda. de pimienta negra molida
  • - ½ cda. de comino molido
  • - 1 cda. de orégano molido
  • - 1 clara de huevo
  • - 1 cda. de Maizena
  • - 2 cdas. de salsa de soya
  • - 1 pizca de pimienta negra molida
  • - Aceite

Procedimiento

  1. 1. En un bowl, mezcla los camarones con la clara de huevo, la Maizena, dos cdas. de salsa de soya y un toque de pimienta. Deja reposar mientras preparas los demás ingredientes.
  2. 2. Desvena y retira las semillas de los chiles cascabel y ancho. Hidrata en agua caliente, escurre y muele en la licuadora hasta obtener una pasta suave.
  3. 3. En un sartén o wok, calienta 2 cdas. de aceite y saltea la zanahoria, el pimiento morrón, las calabacitas y el apio durante 5 min. a fuego alto. Retira y reserva.
  4. 4. En el mismo sartén o wok, agrega 2 cdas. de aceite y saltea los camarones hasta que estén bien dorados. Retira y reserva.
  5. 5. En el sartén, sofríe la cebolla, el ajo y el jengibre hasta que estén dorados. Añade el comino, la pimienta, el orégano, la salsa de pescado y la pasta de chiles. Cocina durante 5 min.
  6. 6. Agrega el arroz cocido y mezcla bien para que se impregne con la pasta de chiles. Incorpora las verduras reservadas, los camarones y el resto de la salsa de soya. Cocina durante 5 min. más.
  7. 7. Antes de servir, añade el cilantro y el cebollín fresco.
  8. 8. Presentación sugerida: Sirve el arroz frito caliente en un plato hondo, decorado con hojas frescas de cilantro y unas rodajas finas de chile rojo para darle color y un toque picante. Acompaña con gajos de limón para exprimir al gusto.

Nota de Germán Siller:
El arroz frito es un plato clásico de la cocina asiática, reconocido por su versatilidad y la posibilidad de combinar arroz con proteínas, verduras y salsas intensas. En esta versión se ha buscado reinterpretar la receta tradicional incorporando ingredientes característicos de la gastronomía mexicana, como los chiles secos cascabel y ancho, además del orégano y el comino. Estos últimos forman parte esencial de preparaciones emblemáticas como el asado de puerco, el pozole o las tradicionales enchiladas, y aportan a este arroz un perfil de sabor profundo, especiado y muy familiar para el paladar mexicano. El resultado es una fusión equilibrada entre la técnica asiática y los acentos de México, pensada para acercar un plato internacional a los gustos del comensal local.

GERMÁN SILLER

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