Esta es la historia de un singular chef saltillense que hace de las carnes asadas del domingo toda una experiencia gourmet, que ofrece un servicio fuera de serie y que conquista con una delicia a la alta parrilla
- 14 diciembre 2025
Un jardín amplio y abierto, alfombrado de verde y salpicado de árboles frondosos, es el espacio perfecto para que José Francisco Zaragoza Fernández, “Chefo”, ponga al carbón su “Pasión al asador”.
“Chefo” desempeña un concepto en Saltillo que consiste en cocinar a domicilio. Traslada uno o varios de los 28 asadores que tiene en casa, sus mesas, sus ingredientes y sus utensilios, al jardín o al patio de la casa de quien lo contrate. Ahí le cocina, todo asado, a la alta parrilla.
“Cargo en mi pick up mesas plegables. Todo portátil y ¡fuga! a donde sea que haya que cocinar”, dice quien ya cuenta con fama y experiencia en Monterrey, Torreón, Monclova y Ciudad de México.
Esta vez, se ha trasladado al jardín de la casa de su mejor amigo para compartir su receta estrella: cola de langosta y ribeye con vegetales, uno de los manjares mar y tierra que más le piden.
“Principalmente son platillos que me gustan. Como la combinación del mar y la tierra, soy adicto a la playa, soy adicto al asador, carnívoro empedernido. Me encanta el mar, es mi lugar favorito... comer algo recién pescado. Es mezclar lo mejor de dos mundos en una sola receta y además integrarlo con vegetales”, comparte.
Es la víspera del mediodía, ya está todo dispuesto en el lomo de un par de mesas plegables: pimiento morrón de colores, elotito dulce, calabaza, zanahoria, espárragos, cebollita, papa morada, limón rey, aguacate, ajo, perejil, un suculento ribeye y una apetitosa cola de langosta.
“Chefo”, filipina impoluta, va de un sitio a otro en el jardín, explicando, paso a paso, el procedimiento de su receta. “Estas son las bellezas que vamos a degustar”.
Dice que en su cocina no hay secretos. Seguido imparte cursos de parrilla para grupos en empresas. “Y cuando no estamos presencialmente, me echan un WhatsApp, ‘oye esto, cómo es o cómo le pusiste’, y sin problema...”.
Su pasión por la cocina es herencia de su madre Julia, una excelente cocinera, aunque no profesional, es la portadora de esas recetas norestenses del asado, el cortadillo, los frijoles y el arroz, legado de su abuela Dalia.
“Siempre me gustó verla. Primero cocinando, ya después metí mi cuchara... Pero fue gracias a mi madre, ella tiene un sazón fantástico que a lo mejor no puedo replicar, pero que fue la inspiración”.
Ya luego a “Chefo”, 41 años, saltillense por adopción y por gusto, le daría por sazonar sus obligaciones escolares con su asistencia a talleres y prácticas sobre cocina. Esa fue su incursión formal al mundo de los colores, olores y sabores de la gastronomía.
Lo cierto es que desde chaval tenía una fuerte atracción por todo lo que oliera carbón y fuego. Hasta que hace 12 años en Florencia, Italia, a donde viajó para estudiar ciencias alimentarias, explotó su pasión por la cocina, dice “Chefo”, mientras coloca la cola de langosta, el ribeye y los vegetales, todo perfectamente preparado, sobre los dos asadores al rojo vivo.
“Esos tres años en Italia yo creo que fueron los más felices de mi vida. Conviví con gente que me aportó mucho lo culinario, de amistad, de vida y hasta la fecha seguimos en contacto, viéndonos, mucha gente latina e italiana. Allá me fui haciendo de estos conocimientos y técnicas”, recuerda sonriente.
Quien iba a pensar que la pandemia de COVID-19 le revelaría a “Chefo” su nicho de mercado ideal: el servicio de asadero a domicilio.
Ante las medidas sanitarias impuestas por el coronavirus, que restringieron las salidas de las familias a restaurantes y otros lugares públicos, “Chefo” tuvo la idea de grabarse cocinando y colgar su video en redes sociales lanzando la propuesta de cocinar en casas.
“Tenía suficiente equipo, y dije ‘¿por qué no hacerlo yo?’. Quien me contrate no necesita tener asador, solo un espacio donde yo pueda adaptar mis recursos, mis utensilios y preparar lo que sea que necesite cocinar para su evento”. Así nació su concepto de asadero itinerante, nómada, trashumante: “Pasión al asador”, nombre del negocio.
Con sus 28 asadores, tiene equipamiento para darle batería a varios eventos por semana. Cuenta “Chefo”, toda vez que realiza la maniobra insólita de medir con termómetro la temperatura del ribeye asándose en la parrilla, y con otro la temperatura de la cola de langosta, bañada en mantequilla de cítricos.
“Cocino de todo lo que vaya al asador, y como todos los alimentos se pueden poner al asador, cocino pollo, puerco, marisco...”.
Andando los días, y gracias al “de boca en boca”, “Chefo”, se hizo de una vasta, pero selecta, clientela. “Alta parrilla, porque no es una típica carne asada, normalmente son productos de mucha calidad para desarrollar platillos gourmet. Es muy común que al pasar cotizaciones me digan ‘oye, pero si solo es una carne asada’, les contesto, ‘pues es que no solo es una carne asada, es una experiencia’”.
Contrario a lo que la gente podría pensar, el momento en el que “Chefo” se relaja inicia cuando está cocinando. “Los domingos normalmente invito a mis papás a comer a la casa y ahí estamos con una botanita, el vinito, la cerveza, el tequila, disfruto mucho con ellos y esos son los momentos de relajación que aprovecho cocinando. Me encanta ser buen anfitrión, que estén mis amigos, mi familia, bien atendidos”.
Dice que su mayor satisfacción viene cuando mira los rostros de felicidad de sus clientes, mientras se deleitan con sus recetas. “Me encanta cuando tienen esa expresión de ‘¡qué rico!’, porque normalmente cuando no conoces el servicio no te lo esperas. Es ahí donde digo: ‘wow, me encanta lo que hago’, ya después vienen las felicitaciones. Y qué te digo, dirá mi padre, son tacos de orgullo, ‘no hay nada mejor que los tacos de orgullo’”.
Su sueño, en el corto plazo, es montar un restaurante, pero seguir con su concepto de “asadores nómadas”. Y claro, “seguir dando experiencias como ésta”, remata “Chefo”, al tiempo que sirve en un platón su obra maestra mar y tierra, de cola de langosta y ribeye, con vegetales, todo al asador. ¡Y a comer!
Ingredientes
- - 1 rib eye s/h 850 g Prime Certified Angus Beef
- - 1 cola de langosta 1 kg en caparazón
- - 3 limón Eureka
- - 2 barras mantequilla 90 g
- - 2 pimientos de colores
- - 2 calabazas verdes
- - 2 elotes amarillos
- - 1 cebolla
- - 1 zanahoria
- - ¼ kg papa cambray (morada)
- - ¼ kg espárrago
- - 5 cdas. aceite de oliva virgen
- - 5 cdas. sal de mar en grano
- - 5 cdas. pimienta negra molida gruesa
- - 2 cdas. condimento para verduras
- - 2 cdas. paprika o pimentón rojo
- - 2 cdas. perejil picado
- - 1 cda. ajo polvo
- - 1 cda. cebolla polvo
Procedimiento
- 1. Prepara el asador en modo fuego directo (250°C), con una carga consistente de carbón incandescente acomodado a un lado del asador. Abre las ventilas del asador para generar un calor intenso.
- 2. Corta 2 limones a mitades y 1 limón en rebanadas y lleva al asador. Corta los vegetales a grosso modo, sazona con el condimento para verduras y asa en la zona de fuego alto directo durante 2 min., para después, en tanda, cambiarlos a fuego indirecto (120°C) durante 3 min; reserva en una charola tapada con papel aluminio.
- 3. De la cola de langosta, corta con unas tijeras el caparazón por la parte superior, abre hacia afuera y despega de cada lado del caparazón, de modo que la carne quede expuesta para poder condimentar espolvoreando 1 cda. de sal y 1 cda. de pimienta.
- 4. Sazona el rib eye con 1 cda.de aceite de oliva, 1 de sal y 1 de pimienta.
- 5. Atempera la mantequilla y mezcla con la ralladura y jugo de un limón, y con el resto de los ingredientes secos.
- 6. Pincela la mantequilla en todas las caras de la carne de la langosta; reserva.
- 7. De vuelta en el asador, coloca en fuego directo el rib eye y la cola de langosta por la parte superior para conseguir un sellado de la parrilla, ambos durante 3 min. Pasados los 3 min, da la vuelta a ambas proteínas para que se sellen por el lado inferior.
- 8. Después voltealas y pasalas a la parte de fuego indirecto por 14 min. y tapa el asador, para que el calor circule dentro creando una cocción por convección.
- 9. Hidrata la cola de langosta pincelando con el resto de la mantequilla de cítricos cada 4 min.
- 10. Ya que los tiempos pueden variar dependiendo de múltiples factores, con la ayuda de un termómetro de cocina, toma las temperaturas de ambas proteínas, procurando llegar a 56°C en el rib eye para un término medio, y 60°C en la cola de langosta. Reserva en charolas para que reposen 5 min.
- 11. Emplata en una fuente con la cola de langosta sobre el rib eye, y acomoda las verduras alrededor de las proteínas. Adorna con perejil y con los limones a mitades asados. ¡A disfrutar!

