CÍRCULO DE ORO 2025

Patricia Lomelí: del aula a la parrilla, una maestra del fuego

Ganadora de premios y formadora de cocineros, Patricia Lomelí tiene 57 años y más de tres décadas dedicadas a la cocina. Creció entre la leña en el rancho. Hoy enseña que dominar la parrilla es también una forma de entender la vida: con ritmo, paciencia y generosidad

  • 14 diciembre 2025

La parrilla está encendida y suena “Intocable”. Entre el humo y los acordes, Patricia María Lomelí Dávila acomoda las brasas con una mano y, en la otra, sostiene un caballito de tequila. Lleva mezclilla, botas y un sombrero, parte de su sello personal. En su delantal hay levísimos rastros de tizne. Alrededor, una mesa de madera con medallas, reconocimientos y utensilios de trabajo. “Cada premio me recuerda a las personas que estuvieron conmigo ese día, no a mí”, comenta mientras sonríe.

$!Paty Lomelí posa junto a uno de los reconocimientos que celebran su trayectoria en la gastronomía norteña.

“En mi casa siempre se cocinó afuera, en el rancho, con leña. Ahí fue donde aprendí que el fuego tiene su tiempo”. De niña acompañaba a su abuela en los preparativos del campo: molían maíz, hacían tortillas y cuidaban el fuego. Su abuela, una cocinera tradicional, le enseñó a preparar panecillos rellenos de atole de maicena con almendra y calabacita con elote. En esas tardes de humo y leña entendió que la cocina era una forma de convivir, de estar juntos alrededor del calor.

Vivió 21 años en una granja. Su papá era ganadero y su mamá cocinaba con lo que daba el campo: leche bronca, nata, huevos de pata y cuajadas. “Ahí aprendí a respetar los tiempos y a no desperdiciar nada”, recuerda. Esas raíces rurales son hoy la base de su cocina: siempre abierta y generosa.

Patricia estudió hace 40 años la carrera de Administración de Recursos Humanos, cuando la gastronomía todavía no existía como opción profesional en Saltillo. Trabajó en empresas diferentes donde descubrió que la organización y el trabajo en equipo podían aplicarse también a la cocina. “Esa carrera me enseñó a planear, a anticiparme, a resolver. Eso, en la parrilla, es clave”.

El tiempo y la pasión la llevaron a cambiar la oficina por el asador. Fue directora del Instituto de Arte y Gastronomía en Saltillo y ha dedicado buena parte de su carrera a formar a nuevas generaciones de cocineros. “Mi mamá decía que cocinar es cuidar; cuidar de los demás.” Ese principio se convirtió en la base de su doctrina. En sus clases enseña técnica, pero también respeto, por los ingredientes y por quien los va a comer.

Actualmente participa como jueza y coordinadora en concursos gastronómicos, además de impulsar talleres y eventos que fortalecen la gastronomía local. Ha representado a Saltillo en certámenes nacionales e internacionales, siempre con el fuego como símbolo de identidad. “El asador tiene algo que nos une, es el punto de encuentro entre la tradición, la paciencia y el sabor”.

Su historia con la parrilla pasó de ser un gusto a una vocación. “Cuando empecé, casi no había mujeres en concursos. Éramos dos o tres, pero ahí estábamos, compitiendo igual que los hombres, con los mismos tiempos, los mismos retos”. Desde entonces, es embajadora del sabor norteño. En su trayectoria, la mujer y el fuego caminan juntos. “La parrilla no tiene género, lo que cuenta es el sabor. El fuego no distingue”.

Esa convicción la acompaña dentro y fuera de los concursos. En la cocina, Patricia combina método y emoción. “Yo peso todo, mido todo, pero también pruebo y dejo que el paladar mande”. Por eso su forma de cocinar es precisa y libre al mismo tiempo. “No me gusta que la cocina se vea impecable, me gusta que se vea viva, que se note que ahí se cocina”.

Entre sus especialidades destacan los asados dulces: manzana con canela, anís y vino tinto, postres hechos al carbón que rompen la idea de que la parrilla es solo para carnes. También enseña a sus alumnos a aprovechar el fuego como horno: betabeles asados con queso de cabra, strudel de manzana o cheesecake al carbón. “El fuego es versátil, solo hay que escucharlo”.

“Cuando la gente come lo que preparas, te está dejando entrar en su memoria. Ese recuerdo se queda tanto en quien prueba el platillo como en quien lo cocina”. Por eso disfruta tanto compartir sus recetas, enseñar, mirar cómo otros aprenden y apreciar cómo cada quien deja algo de sí en lo que prepara y en lo que comparte. “Ver a mis alumnos cocinar por primera vez, verlos emocionarse con su propio sabor, eso es lo más bonito”.

$!Las brochetas listas muestran el sello norteño y equilibrado de la parrilla de Paty.

Esa mirada hacia las nuevas generaciones la lleva a reflexionar sobre el lugar de las mujeres en la cocina. “Ya no somos las que solo servimos la mesa, también somos las que prendemos el carbón”. Y lo comenta con una sonrisa que mezcla orgullo y certeza. Para ella, el fuego representa algo más que técnica: es resistencia, es memoria, es comunidad.

En cada historia que cuenta, el fuego vuelve como una metáfora, como parte de ella y de su historia. Habla de las brasas como si fueran un maestro. “Yo siempre digo, si uno aprende a dominar el fuego, ya no hay nada que le dé miedo”. En su forma de hablar hay gratitud, pero también convicción. No se trata solo de cocinar, sino de comprender los ritmos.

Patricia levanta el caballito de tequila, ríe y agrega: “Lo que más me gusta de cocinar es ver a la gente sonreír. Por eso no me guardo las recetas, todo se puede compartir”.

Mientras la parrilla crepita, mira hacia las brasas con ternura. “El fuego no se apaga, nomás se queda esperando a que alguien más lo prenda”.

Alambres mar y tierra
6 personas | 1 horas

Ingredientes

  • - 300 g filete de res
  • - 300 g tocino
  • - 300 g pollo
  • - 300 g camarón
  • - 3 pimientos de colores
  • - 2 cebollas
  • - 4 papas
  • - 1 caja tomatillos cherry
  • - 1 barra de mantequilla Gloria
  • - Aceite de oliva
  • - Romero
  • - Sal de mar o ahumada
  • - Alambres de fierro o palillos largos de madera

Procedimiento

  1. 1. Si usas palillos de madera, humedécelos con agua, evita que se quemen en el asador.
  2. 2. Precalienta el asador a fuego medio-alto.
  3. 3. Corta el filete, el pollo y el tocino en cubos de tamaño similar para lograr cocción uniforme. Pica también los pimientos y la cebolla en cuadros medianos.
  4. 4. Pela y limpia los camarones.
  5. 5. Armado de alambres: ensarta en el siguiente orden: cebolla, pimiento, tocino, res, tocino, pollo, cebolla, tocino, camarón, corona con tomatillo cherry. Repite hasta terminar los ingredientes.
  6. 6. Rocía ligeramente con aceite de oliva y agrega sal al gusto.
  7. 7. Coloca las brochetas en el asador a fuego directo girandolas ocasionalmente. Puedes taparlas para dar sabor ahumado. Cocina por 6-8 min. o hasta que las proteínas estén bien selladas y cocidas, sin resecarse.
  8. 8. Para las papas: corta en gajos y acomodalas en papel aluminio engrasado con aceite de oliva o con mantequilla Gloria. Ábrelas como abanico y sazona con sal, pimienta, mantequilla y varitas de romero. Envuelve y lleva al asador a fuego indirecto por 25 min. revisando hasta que estén al dente.
  9. 9. Sirve los alambres bien calientes acompañados por las papas asadas.
POSTRE DE MANZANA
— porciones | — minutos

Ingredientes

  • - 5 manzanas
  • - 1 barra de mantequilla Gloria
  • - 1 l de nieve de nuez o vainilla
  • - Canela en polvo
  • - Cajeta
  • - Nuez caramelizada

Procedimiento

  1. 1. Quita el centro a las manzanas, paralelas a la mitad y ponles mantequilla Gloria y canela.
  2. 2. Envuélvelo en aluminio y ponlas a fuego directo en el carbón.
  3. 3. Dales vuelta para asar por unos min. y cuando estén asadas, coloca la bola de nieve encima, decora con las nueces caramelizadas y también puedes poner trocitos de nuez picada o fileteada.
  4. 4. Finalmente, decora con cajeta quemada (se sugiere Coronado).
PATRICIA LOMELÍ

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