Jorge Torres: ¿el primer ‘pez gordo’ de la era AMLO?
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El día número 67 de la administración de Andrés Manuel López Obrador será recordado como la fecha en la cual se registró el primer arresto importante de su sexenio: nada menos que un exgobernador reclamado por las autoridades de los Estados Unidos a quien se acusa de diversos delitos que lo mantenían, desde hace varios años, en la lista de “los más buscados”. o de los aspectos en los que más se nos “complica” como sociedad el tomar decisiones es el relacionado con la preservación del medio ambiente. Concentrados en lo inmediato y con múltiples elementos de la agenda diaria en calidad de urgentes, pensar en el impacto que nuestras acciones cotidianas tendrán en el mediano y largo plazos se nos antoja imposible.
Jorge Torres López, quien gobernó Coahuila entre enero y noviembre de 2011, fue detenido ayer en Puerto Vallarta, Jalisco, y conducido a una celda para iniciar el procedimiento que podría concluir con su entrega a las autoridades de los Estados Unidos.
Imposible no considerar el hecho de que el arresto se registra luego de que el PRI fuera desplazado de la Presidencia de la República. Imposible no pensar que sólo debido al relevo en el Gobierno Federal se ha obsequiado la petición del gobierno del vecino país del norte.
Y es que la información relativa a los procesos penales abiertos contra Torres López en Estados Unidos, así como el haberle declarado prófugo de la justicia de dicho país y entregado una petición de extradición al Gobierno mexicano, ha circulado por años entre nosotros sin que nada ocurriera.
Mención aparte merece el hecho de que aquí, a diferencia de lo ocurrido allende nuestras fronteras, ninguna autoridad ha considerado necesario investigarle con el propósito de establecer el grado de participación que tuvo en el caso de la “mega deuda” estatal y su probable complicidad con Javier Villarreal Hernández.
La percepción generalizada ha sido sólo una a lo largo de todos estos años: en Coahuila y en México se ha tejido y sostenido una “red de protección” hacia los funcionarios involucrados en el más grande escándalo de defraudación de las finanzas públicas en la historia de la entidad.
Dicha percepción se refuerza con la detención realizada ayer por agentes de la Fiscalía General de la República (PGR), quienes muy seguramente desplegaron un operativo de vigilancia para localizarle, a partir del momento en el cual se dio “luz verde” a su arresto.
Habrá que esperar, desde luego, a conocer el desarrollo del proceso legal que implicará, entre otras cosas, conocer a detalle las acusaciones que el gobierno de los Estados Unidos endereza en su contra, así como las pruebas que los fiscales norteamericanos dicen tener.
En este sentido es preciso recordar que si la detención se ha dado con fines de extradición, antes de que Torres López pudiera ser enviado a los Estados Unidos será necesario que se precisen los cargos, que se verifique la existencia del delito en los ordenamientos penales de ambos países y que se cumplan los protocolos contenidos en el tratado bilateral de extradición.
Previsiblemente pasarán algunas semanas antes de que el exmandatario sea enviado al vecino país. Durante ese lapso deberíamos acceder a la información del expediente y conocer mayores detalles de una historia que se ha contado de manera muy diferente en el territorio de Coahuila y en el de los Estados Unidos y España.