Recalentado
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Creo recordar que hace diez días o así le presumí mi participación en la festividad más importante del calendario gringo, luego del Black Friday, el Super Bowl y el Día de ir a Tomar por la Fuerza el Capitolio.
Lo pongo al día, lector canchero, mina lectora, bolude lectore: Sigo alimentándome de ‘changüise’ de pavo y jamón horneado, y reciclando los últimos vestigios de las guarniciones que acompañaron a aquellos dos excelsos protagonistas de la gran comilona del Día de Acción de Gracias o, como dicen los ‘whitexicans’, el “tansguivin”
Pasa que para el gringo es muy sencillo deshacerse de los sobrantes una vez concluido el festín sin el menor remordimiento de la conciencia, pero para mí el desperdicio de comida resulta intolerable, así que cuidadosamente (o lo mejor que puedo) empaco, envaso, guardo, refrigero y congelo todo lo que puedo; creo que de hecho ese es mi súperpoder y todos me han de llamar entonces Tupperware-Man, el Hombre Sobras de la Semana Pasada (de día un tímido columnista, de noche, implacable paladín de la bolsita Ziploc).
Que conste que no lo hago por mí, sino por los niños de los países pobres que algún consuelo habrán de encontrar en el hecho de que yo no permita que la comida se tire y siga empacando pavito (¡chingao, se me hace que por estos chistes Santa no me trae nada!).
Y dado que se me da tan bien y natural eso de administrar la comida pretérita, me pregunté entonces qué pasaría si utilizase mis dones para los textos, artículos y análisis. ¿Y que cree? ¡Pues voilà!
Estas ideas que aquí le presento no son nuevas, el tema ya perdió la frescura original, pero no necesariamente su vigencia, y creo que con mucha mayonesa puede funcionar.
No me juzgue por favor que de cualquier manera entramos en la recta final del año y hemos de ir alternando entre temas pendientes, asuntos de inusitada relevancia y tópicos de mayor ligereza. Veamos:Como ya he dicho antes, AMLO no tiene un proyecto de nación, lo que tiene es un proyecto político. Quiere instaurar un partido de estado que controle todo y, siendo él el gran único activo de dicho partido, la figura en torno a la cuál se adhiere toda su militancia y feligresía, tendrá garantizado así el ejercicio del poder más allá de su sexenio y quizás todo lo que la vida le alcance.
Pero es un proyecto costoso -qué digo costoso-, ¡es costosísimo! El clientelismo no es barato y menos en la escala en la que nuestro Mr. Magoo tropical lo quiere practicar. Por eso el cierre de fideicomisos y programas; la anulación de estímulos fiscales, la cancelación de proyectos y la precarización de sistemas como el de salud. que están seriamente comprometidos por la “política de austeridad” del Presidente, quien no busca erradicar la corrupción sino tener control absoluto y discrecional de cada peso de las arcas nacionales.
Luego entonces la recaudación fiscal es harto importante para la visión amloísta. Tan es así que uno de los legados de esta administración será tener a todos los mexicanos mayores de 18 años -tengan ingresos o no- fichados en el Registro Federal de Contribuyentes (porque lo que hoy es un mocoso sin oficio ni beneficio, mañana puede ganar algunos pesitos y hay que gravarlo de una vez para la causa).
AMLO incluso ha hecho además todo un clásico de su administración el otorgar el perdón a algunos delincuentes de alto perfil, en tanto restauren el daño que hayan hecho al patrimonio... Re$arcir, sabe usted (guiño, guiño).
Pero, pero, pero, muy ad hoc también con el estilo de nuestro mandatario con ansias totalitaristas, es el que sus cuates no se midan por el mismo rasero.
Epigmenio Ibarra, por ejemplo, uno de los grandes apologistas del Peje, ha sido beneficiado con créditos de hasta 150 millones de pesos para su casa productora, Argos. Y en otra liga, pero en la misma línea, John Ackerman, ideólogo de la 4T, se embolsa cinco milloncitos del conacyt para hacer “investigación”.
Le cuento todo lo anterior como antecedente al hecho de que el SAT (que está en plan perrísimo con los ciudadanos de a pie) condonó recientemente al empresario y senador coahuilense, Armando Guadiana, un adeudo de 2.6 millones de pesos en puras multas.Sé yo que 2.6 millones de pesos son poco menos que quitarle un bigote al viejo rico de esta polvorienta Entidad, pero no deja el hecho de constituir toda una evidencia sobre el criterio de justicia y legalidad de la 4T.
Guadiana ni siquiera le valió una discreta mención a AMLO en sus inmamables peroratas matutinas, cuando el coahuilense salió embarrado en los Pandora Papers. Y vamos que por afanes de rating, la mañanera siempre anda en busca de judas, de gente de privilegios para exhibir como enemiga del pueblo. Pero si algo hay que reconocerle a nuestro Presidente es su lealtad para con sus amigos.“¡Con los compadres no!”, parece decir AMLO. Y menos los toca cuando fueron tan leales durante la larga campaña que condujo a su tabasqueña eminencia a la Presidencia.
Protección a todos los que participaron en la “polla presidencial” fue lo mismo que brindó EPN a todos los políticos que se sumaron a su causa con miles y miles de millones de dudosa procedencia.
Y ese es el mismo cobijo que López Obrador le está procurando a sus más leales y cercanos amigos, aunque AMLO sea totalmente incapaz de reconocerse en el espejo de la corrupción, lo cual es grave y digno de azoro, aunque desde luego no debería extrañarnos ya en absoluto.Y bien, dígame con toda confianza: ¿Qué tal le supieron estas ideas de la semana pasada? ¿Verdad que no estaba tan malo el recalentado?