Me voy, y aunque la vida sigue su curso, necesitaba reiterar acerca del pasado para comprender mejor el presente y el porvenir: no hay texto sin contexto y tampoco los procesos políticos y sociales surgen de repente, de la nada, son frutos de un largo camino, de resistencias, fatigas, en los cuales participan muchos, que son, como ha sucedido en nuestro movimiento, los protagonistas principales de esta histórica transformación. Yo soy uno de ellos, de los autores de esta obra, pero no el único; a mí me tocó encabezar esta lucha, pero fui apoyado por hombres y mujeres que forjaron una voluntad colectiva dispuesta a cambiar de verdad la vida pública de México.
El arte de la guerra es un caso extraordinario en la historia de la literatura, un texto de dos mil quinientos años de antigüedad que mantiene su vigencia y cuyas máximas se aplican a distintos aspectos de la vida en pleno siglo XXI. El motivo es que el Arte de la Guerra es mucho más que un tratado decisivo de estrategia y tácticas militares, en su esencia está el conocimiento de la naturaleza humana para su aplicación en los momentos de confrontación y, si hay un aspecto inherente a las relaciones sociales, que aparece reiteradamente en cada uno de los relatos de nuestra historia, es el conflicto.
ESTE DOLOR NO ES MÍO. IDENTIFICA Y RESUELVE LOS TRAUMAS FAMILIARES HEREDADOS
Existen pruebas fiables de que muchos problemas crónicos o de largo plazo pueden no tener su origen en nuestras vivencias inmediatas o en desequilibrios químicos de nuestro cerebro, sino en las vidas de nuestros padres, abuelos o bisabuelos. Mark Wolynn, fundador y director del Instituto de Constelaciones Familiares (FCI) y pionero en el estudio de los traumas familiares heredados, presenta en “Este dolor no es mío” un enfoque transformador que permite resolver problemas crónicos que no han podido ser aliviados mediante la terapia tradicional, los medicamentos u otras medidas.