Aborto es sinónimo de infamia
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El respeto se define en el Diccionario de la Real Academia Española como: “Veneración, acatamiento que se hace a alguien”, entre otros significados. Contempla también miramiento, consideración y deferencia. Está visto que en todos los tiempos esta virtud no ha sido objeto de práctica común porque si así fuera, por ejemplo, no hubiera habido jamás esclavitud ni discriminación de ninguna especie.
Nuestros días no son la excepción. Hay, y eso está a la vista, hay una vergonzosa insensibilidad que se manifiesta en la falta de respeto que se tiene a la condición y vida humanas, y que se agudiza de manera alarmante. Hemos estado viendo ya desde hace buen rato el empeño a ultranza de la legisladora de Morena, Lorena Villavicencio, para despenalizar el aborto en México. El argumento para promoverlo está vinculado a la protección y respeto a los derechos humanos de las mujeres que pueden quedar embarazadas y a la consecución, por consiguiente, de justicia social y de género partiendo de que toda persona tiene libertad para ejercer su autonomía física y tomar sus propias decisiones sobre su vida reproductiva, incluida la determinación de tener o no hijos y cuándo los quiere tener, por tanto es esencial que si deciden abortar los que conciben, esto se realice en lugares seguros. Este argumento fue el que se utilizó para aprobar en el Distrito Federal, en su momento, la despenalización del aborto; promoverlo desde la perspectiva de la clandestinidad toda vez que esa circunstancia provocaba muertes innecesarias, atendiendo a que muchas veces la higiene o quienes se los practicaban no eran los adecuados.
No tuvieron empacho en exagerar en el número de decesos atribuidos a ello, a lo que se sumó la presencia de grupos pro defensa de las mujeres, desvergonzadamente manipulados por el grupo parlamentario promovente. En ningún momento tomaron en cuenta al embrión, con ello faltaron al principio básico de ética y bioética que no es otro que el de respeto a la vida, sin importar el periodo en el que se encuentre. Hoy se está manejando exactamente lo mismo para impulsarlo a nivel nacional. La vida del ser que se está desarrollando en el seno materno no tiene ninguna importancia porque, desde el punto de vista de estas mujeres, ni siquiera es un ser humano; además la mujer es muy libre de hacer con su cuerpo lo que quiera. Aquí el hecho es que es el cuerpo de un tercero al que se priva de la vida. Y en este País todos tenemos el derecho a vivir, es el primero de todos los derechos humanos que se reconocen y se protegen en la norma de más envergadura que es la Constitución de la República.
Es una desmesura –para utilizar un término educado– lo que se pretende imponer por la izquierda morenista y sus adláteres. Es la legalización de la irresponsabilidad, no su preocupación por la salud de quienes se practican un aborto. ¿Por qué? Mire usted, desde hace décadas existen en lo códigos penales del País excluyentes de responsabilidad, es decir, circunstancias por las que el aborto no se considera delito, cuando el embarazo es resultado de una violación, el aborto es provocado por accidente (aborto imprudencial), a juicio del médico, el embarazo pone en riesgo la vida de la mujer, el feto tiene malformaciones genéticas (aborto embriopático), de continuar con el embarazo se provocaría un grave daño a la salud de la mujer, el embarazo es producto de una inseminación artificial no deseada. Y todos estos se practican en una clínica si así lo decide la madre, sin riesgo alguno de ser acusada de la comisión de un delito. En el Código Penal de Coahuila usted lo puede consultar en los artículos 196, que es en el que se define qué es el aborto, y en el 199, donde encontrará la mayoría de las excluyentes de responsabilidad que he transcrito.
Necesitamos que las autoridades se ocupen de implementar toda una plataforma de acciones concretas, es más, con rango de políticas públicas con las que se reeduque a la familia para que se reintegre como tal, toda vez que el grueso de ellas están muy dañadas por el machismo, por la infidelidad, por los divorcios, por la violencia intramuros. Los muchachos están creciendo solos, con todas las carencias emocionales que conllevan la falta de amor y atención que les deben sus padres, y con un vacío interior provocado por la ausencia de principios y valores que no se han ocupado de inculcarles. Muchos embarazos no deseados que terminan en aborto son resultado de un ejercicio irresponsable de la sexualidad. Y esto no es privativo de los adolescentes. Qué descorazonador que sean mujeres las mismas que están aferradas a que se legalice un crimen. Carajo… como si no hubiera anticonceptivos y otros métodos para no embarazarse. Se requieren programas intensos de educación sexual, de concientización de que la sexualidad debe ejercerse con responsabilidad. La prevención no forma parte de la cultura de los mexicanos, pero ya es hora de que se incluya en nuestras vidas.
Si hoy, como sociedad nos quedamos mirando cómo la vida de un ser en absoluto estado de indefensión es eliminada por mandato de ley, vamos a ser cómplices de una infamia. Toda vida humana es digna de respeto y protección. Si hoy estamos aquí es porque nuestra madre respetó la nuestra. Y también las madres de las que hoy están empujando la comisión de un crimen, porque eso es el aborto.