COVID-19: pretexto antidemocrático
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El 3 de agosto publiqué en este mismo espacio respecto a la perversa insinuación que en su momento Donald Trump, presidente saliente de Estados Unidos, expresó al sugerir que podía posponerse el proceso de la pasada elección, como consecuencia de la terrible pandemia del COVID-19; hoy sabemos que eso no sucedió.
Bueno, pues esa misma perversidad hoy parece rondar en la cabeza del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco”, cuyo gobierno ya dejó ver esa posibilidad a través de su secretario de Salud, Manuel de la O Cavazos, quien manifestó lo siguiente: “Si llegáramos a tener un número más alto de contagios, que se nos colapse el sistema hospitalario, vamos a tener que posponer las elecciones, cancelarlas el 6 de junio.
El Consejo de Seguridad en Salud es un órgano colegiado que tiene autonomía, que puede tomar decisiones para suspender este tipo de actividades. La salud es una prioridad, que va por encima de todo lo demás, también es importante la democracia para tener buenos gobernantes; pero hoy tenemos que dar prioridad a la salud”. Nada más descabellado y absurdo que lo dicho por este funcionario estatal.
El Gobierno de Nuevo León no puede aislarse de un proceso democrático tan relevante como el que habrá de acontecer el próximo 6 de junio.
La decisión de cancelarlo, por muy colegiada que sea, podría incurrir en un severo acto de ilegalidad y, como consecuencia, de responsabilidad hacia los funcionarios. ¿Será acaso que lo dicho por el secretario de Salud de Nuevo León es el arranque de las intenciones del propio Gobernador para tratar de aplazar el cambio de poderes en su entidad y, como consecuencia, prorrogar su estadía como mandatario estatal? Al menos, la declaración emitida por De la O Cavazos deja ver las intenciones de que el Gobierno de Nuevo León ya proyecta esta posibilidad en sus planes.
Anteponer el derecho a la salud pública por encima de cualquier otro derecho, difícilmente contaría con resistencia de los diferentes sectores que conforman nuestra sociedad; sin embargo, ante el comportamiento de este terrible mal, la vida democrática de los pueblos no puede ni debe detenerse bajo ninguna circunstancia.
Nuestra Carta Magna no prevé un escenario que limite o aplace el ejercicio del sufragio.
Lo que sí resulta atendible son las medidas a las que están obligados los gobiernos estatales para proveer a las instancias electorales de todo lo necesario para garantizar el libre ejercicio democrático y cumplir con los protocolos de salud.
De poco vale el argumento expuesto este fin de semana por el secretario de Salud de Nuevo León, por lo que es muy conveniente que las instancias electorales se pronuncien al respecto para evitar la tentación de algunos gobernantes, que de forma perversa pretendan utilizar la terrible pandemia del COVID-19 para alargar su ejercicio por mayor tiempo.