Cultura del tiempo
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La Semana Santa arribó a Saltillo gozando de un preludio floral magnífico. Por muy distantes puntos de la ciudad es posible encontrar notas que confieren de gracia y luz a los espacios.
Ha ocurrido así en la Alameda Zaragoza, con varios árboles plantados hace muy poco tiempo y que ahora justamente se encuentran en espléndida floración. De igual manera ocurre en otros paseos públicos y a ello se agrega el fragante aroma de árboles frutales. Es el del naranjo que trae consigo un dulce olor silvestre muy cercano al conocido como Huele de noche. La flor del naranjo, cuán delicada flor de azahar.
De ser una población en que el color gris del adobe sentó sus reales por mucho tiempo, ofreciendo de las casas un rostro casi de desconsuelo, hay ahora algunas de sus partes donde muestra tal color que pareciera decir que la capital perdió el miedo a mostrarse alegre. Como en todo, claro, sin generalizar. Hay otras que conservan un aire entre provinciano y rural que recuerda tiempos idos.
Cuando el franciscano Juan Agustín de Morfi pasó por aquí en el siglo 18, describía a nuestro Saltillo de aspecto triste por el color del material con que estaban levantados los hogares. En un recorrido por algunas calles del sur de la ciudad, pareciera que la estampa de Morfi se hubiese quedado impresa en ciertas casas. En algún momento de la tarde, cuando el sol se pone, la vida discurre con parsimonia y tranquilidad. Es así el barrio de Escobedo, esta calle, al sur, donde se circula de este a oeste, un jueves por la tarde.
Bajo un cielo donde las nubes hacen espléndidos juegos de luz y formas, las escalinatas del barrio de Santa Anita procuran un remanso para descansar. Ahí, un par de mujeres ha sacado sillas y puesto a conversar. Esto me recuerda aquellos tiempos del Saltillo en que las cosas transcurrían con mucha, mucha tranquilidad. Hace poco, viendo un video enviado por una querida amiga, donde refiere la forma de vida que propugna el Slow Down, me hizo traer a la memoria aquellos años. El Slow Down es una corriente filosófica que invita a hacer de las cosas lo más sencillo y con calma posible. Se cuenta en él también como se procura la atención con los demás, el respeto, la educación, la solidaridad. El narrador en el video en cuestión expresa que de visita en Suecia, los primeros días en su nuevo empleo un compañero se ofreció a trasladarlo en su auto. Se estacionaba lejos del trabajo a pesar de que había estacionamiento enfrente. Pasaron los días y se dio cuenta que una y otra jornada la cosa era la misma. Al fin se decide a preguntarle y su compañero le contesta que lo hace así porque ellos llegaban temprano. Y podían caminar tranquilamente y además conversar. Al aparcar lejos el auto, dejaba sitio a alguno de los compañeros que por alguna razón quizá llegarían más tarde, dándole tiempo de alcanzar a entrar sin contratiempos.
Esta filosofía de pensar en el otro, de llevar una vida más tranquila, más serena, es la razón de ser en algunas sociedades. Pensar en ella, actuar con base a ella, podría hacer de las nuestras unas mejores comunidades. Al fin y al cabo en eso radica la función de la palabra comunidad: unidad.
Detenerse a observar los cambios habidos en nuestra ciudad en los albores de la Primavera pudiera ser, después de todo, una buena manera de comenzar.
Aniversario UTC
La Universidad Tecnológica de Coahuila celebró el 20 aniversario de su fundación. Alumnos provenientes de cien Universidades Tecnológicas llenaron los días anteriores con su presencia hojas y hojas escritas con la tinta de la esperanza en la Región Sureste de Coahuila. Me tocó escucharles en el Concurso de Oratoria celebrado el sábado en el Instituto Tecnológico de Saltillo y fue un verdadero placer ser testigo del fervor, la pasión y el conocimiento sobre el tema de la Educación Inclusiva. Con el mismo entusiasmo realizaron sus actividades deportivas y culturales en este Encuentro Nacional recién celebrado, con el cual cargaron las pilas de juventud en nuestras ciudades.