Distorsión y desconfianza, Goebbels presente
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En muchos medios escritos y electrónicos, por parte de articulistas e intelectuales orgánicos (adscritos a los intereses del capital), a toda hora, arrecian las críticas al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobierno federal, comportamiento no visto en décadas anteriores. En materia política y económica todo es negativo y apuestan a Goebbels.
En 23 años se han pagado más de 700 mil millones de pesos para cubrir los pasivos del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB, antes Fobaproa), y aún se deben ¡893 mil mdp! ¿lo han señalado?
Durante 12 años el gasto público anual en infraestructura productiva se estancó en alrededor de 220 mil mdp, mientras el gasto corriente del gobierno federal superó 1 billón 100 mil mdp ¿criticaron este dispendio? o es que fueron favorecidos por dicho despilfarro. A junio pasado, aparte de la reducción del gasto corriente en el presupuesto, los ahorros en el gasto del gobierno federal ascendieron a 113 mil mdp, incluidos Pemex y CFE, pero eso no cuenta.
¿Cuándo los especialistas y políticos de derecha advirtieron sobre el descomunal incremento de la deuda federal en el sexenio anterior y el gran costo que esto significa?, según la Secretaría de Hacienda, a abril de este año la deuda neta del sector público fue de 10 billones 847 mil millones de pesos (mdp) –al gobierno federal corresponden 8 billones 76 mil mdp-; al primer trimestre de este año el pago de este compromiso financiero ascendió a 138.8 mil mdp.
Con gráficas microscópicas exponen las recientes depreciaciones del peso en centavos (¿20, 30 o 50 centavos?), pero se olvida que en 2013 el sexenio anterior recibió el tipo de cambio en 12.80 y en 2018 esta variable se ubicó ¡en más de 20 pesos por dólar!
Las “calificadoras” internacionales (¿y a éstas quién las califica?) en materia económica no dan crédito a ninguna decisión del actual gobierno federal. ¿En qué sexenio dictaminaron la deplorable situación de Pemex y de CFE? ¿alguna vez previeron la caída de la producción, la dependencia energética del país o la corrupción anidada en esta paraestatal? Hasta el Banco de México pontifica sobre la paraestatal petrolera, sin embargo, con inflación a la baja y tipo de cambio eventualmente “estable”, se niegan a reducir la tasa de interés (8.25%) para impulsar la inversión directa.
¿Los analistas neoliberales han mencionado el abismal diferencial de tasas de interés ahorro-crédito como factor que inhibe el crecimiento económico? ¿Informaron que, según el SAT, de 2007 a 2018, sólo a poco más de 100 contribuyentes se les condonaron impuestos por más de 200 mil millones de pesos? Quizá marginalmente.
Según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, al mes de mayo pasado las ventas en supermercados y departamentales crecieron 9.5 por ciento respecto al mismo mes de 2018 (517.6 mil millones de pesos), crecimiento no experimentado desde 2016, lo que se explica positivamente por el incremento salarial de 16.2% para este año, incremento de 25% respecto al promedio en 4% de 25 años anteriores. Pero esto no se analiza.
Este incremento en consumo no ha impactado al nivel de precios, que en junio pasado se ubicó en 3.9%, con tendencia a la baja; esto implica, aunque aún precaria, mejor distribución de la riqueza, para tender también a satisfacer integralmente las necesidades individuales, comunitarias y de la sociedad.
En el nuevo gobierno se cometen errores y la curva de aprendizaje ya se extendió de más, aparte el gasto público no fluye con la celeridad necesaria; pero si de nuevo régimen se trata, los ajustes y reestructuración son lentos y sus posibles efectos positivos no se perciben de manera inmediata.
Como ministro de Ilustración Pública y Propaganda del sangriento régimen nazi en Alemania (1933-1945), se atribuye a Joseph Goebbels (1897-1945) la afirmación de que “una mentira dicha mil veces se convierte en verdad”, a esto apuesta la derecha, a la distorsión generalizada, a provocar descrédito y desconfianza en AMLO, para recuperar el control del país y las canonjías perdidas. Se frotan las manos y pueden lograrlo.