En honor de las enfermeras

Hoy en México se conmemora el Día de la Enfermera. Ellas son en general profesionistas poco reconocidas en lo cotidiano, a pesar de que se les premia a nivel nacional. En efecto, Enrique Peña Nieto entregará el viernes el Premio al Mérito de Enfermería del IMSS.

México cuenta con 475 mil 295 enfermeras (INEGI). Lo mencionó en femenino porque el 85 por ciento de estas profesionistas son mujeres que laboran en su mayoría en el sector público.

Cierto, esta es una carrera muy humanitaria. En los hospitales públicos que se han visto sometidos a la merma constate de recursos presupuestarios, de medicamentos, equipos y personal paramédico, las enfermeras hacen lo indecible por salvar la vida de los enfermos, aunque la mayoría padecen durante hace años por falta de reconocimiento profesional, ya que a pesar de que cuentan con décadas de servicio no se aplica el escalafón, o éste funciona por dedazo y su salario es muy bajo, y si laboran en el sector privado pueden tener cero prestaciones y, calladitas, pues de lo contrario van para afuera. 

Ya no es noticia que en los hospitales públicos faltan vendas, antibióticos, guantes, termómetros, algodón, jeringas… y hay casos en los que una botella de refresco con etiqueta, sustituye el envase de oxígeno. Por ello buscan que se reviertan las condiciones de precariedad en las que laboran, las que también originan la sobrecarga de trabajo.

El año pasado el gremio reprochó a las autoridades que los quisieran conformar con rifas de coches y otros regalos. “No queremos rosca de reyes, urge equipo y que la infraestructura funcione”, reclamaron. Fue un aniversario de movilizaciones y demandas porque no hay nada qué celebrar cuando la casa se está derrumbando.  

La crisis del Sector Salud es profunda y comprende también el déficit de personal médico y paramédico. Según la organización Alianza de Trabajadores de la Salud y Empleados Públicos, en Salud faltan al menos 50 mil plazas, de ellas más de 20 mil son de enfermeras, con lo que el riesgo de errores se duplica a causa del estrés con el que el personal del área cumple con su trabajo.

Por si  fuera poco Enrique Peña Nieto inauguró ayer en Reynosa el Hospital de Especialidades Médicas del IMSS, que desde el año pasado opera a medias por falta de presupuesto y personal médico. En ese nosocomio se invirtieron ya más de mil millones de pesos, pero además inaugurará en Tampico otro hospital que se terminó en junio pero permanece cerrado por falta de equipamiento: demagogia y populismo sin límites, nuestros impuestos echados a la basura.

La degradación del trabajo profesional de las y los enfermeros parece no tener fin,  a pesar de que ellos son la cara más próxima y visible de las instituciones de Salud. No obstante, la calidez y calidad que Peña Nieto, Mercedes Juan y José Antonio González Anaya presumen, es fehacientemente desmentido por los hechos. Pronto los escucharemos invocar los “enormes” cambios en la materia, como el aumento en la esperanza de vida, la reducción de la mortalidad de niños menores de un año, del índice de mortalidad materna y de la mortalidad por cáncer cérvico-uterino.

Es indispensable que las enfermeras sigan exigiendo un alto a la precariedad en sus condiciones laborales porque éstas repercuten incuestionablemente en la calidad del servicio, y son los derechohabientes quienes también padecen las consecuencias de esta degradación inducida por las políticas neoliberales dictadas por el Consenso de Washington y puestas en práctica por Peña Nieto y sus mandarines. 

Felicitaciones a los y las enfermeras.