Está pa´mandados cortos y así quiere gobernar en NL
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Pese a ello, dos meses después, Adrián de la Garza Santos fue reelecto para ocupar tres años más el puesto de alcalde, mediante una segunda ronda de votación.
Los responsables del centro comercial que se derrumbó el 10 de octubre del 2018 causando la muerte de 7 personas, iban a recibir dos días después de la tragedia, el permiso definitivo para esa obra, de manos de Luis Bortoni, quien era el Secretario de Desarrollo Urbano de Monterrey.
Pese a ello, dos meses después, Adrián de la Garza Santos fue reelecto para ocupar tres años más el puesto de alcalde, mediante una segunda ronda de votación.
Fueron los comicios más controvertidos en la historia de Nuevo León y su resultado se sigue cuestionando todavía.
En enero de 2019, Adrián ascendió al mismo Bortoni al cargo de Contralor Municipal, a pesar de haber sido señalado por los familiares de las víctimas, como uno de los causantes de la muerte de las 7 personas.
Al otro que nombraron como responsable fue al propio alcalde reelecto y a ambos los señalaron como corruptos por haber permitido mediante moches, la realización de una obra que violaba los más elementales reglamentos de ingeniería.
Les platico: El inútil -por decir lo menos- de Bortoni declaró cuando fue cuestionado por gente de mi equipo, que ni él ni sus inspectores se dieron cuenta de que la construcción tenía 10 meses de estar activa, a pesar de haber sido suspendida el 29 de noviembre del 2017.
Y se embarró más diciendo: “no nos informaron que estuvieran realizando alguna construcción. No pudimos haber tenido conocimiento”.
Mi informante me mostró el permiso definitivo fechado el viernes 12 de octubre del 2018, con sellos de la Secretaría de Desarrollo Urbano a favor de los dueños del predio, Gerardo Villarreal Costilla, Edna Cynthia López Sánchez y el responsable del centro comercial con domicilio “para oír y recibir notificaciones” en Prolongación Ruiz Cortínez, a 40 metros de Avenida Cumbres del Sol, en el Municipio de Monterrey, que es donde iba a operar el denominado “Espacio Cumbres”.
La firma encima del sello es de Bortoni y solo pude ver el oficio, porque así opera la mayoría de los informantes. “Míralo, no copies nada y grábate lo que dice”.
Esto desmiente la versión del funcionario y como la mano que desde entonces mece su cuna es de Adrián, se entiende que al buscar en los archivos de Desarrollo Urbano de Monterrey, el documento no apareció por ningún lado. “Pero estos ojos que se comerán los gusanos, lo vieron”, diría mi abuela la financiera.
El meollo del asunto es que la “administración” de Adrián sigue siendo un nido de corrupción. Al que se mocha le llueven los permisos y cuando la presión de los medios se va contra algún desarrollo comercial o urbanístico, hacen como que lo clausuran y luego se vuelven ojos de hormiga o se hacen los desentendidos para que los inspectores no se paren ni a una legua de la obra “arreglada”.
El mismo informante me dijo que Adrián heredó del nefasto “Maderito” la forma en que se arreglan los moches para obras irregulares como la del centro comercial colapsado:
Él o el titular del departamento respectivo seleccionan a los desarrolladores que traen los proyectos más cuantiosos.
A los que no pasan de 50 millones de pesos les llaman “misceláneos” y se los dejan al “infeliciaje”, como ellos mismos les llaman a los empleados menores de las secretarías, para que saquen “pa ´ la colegiatura de los chavos”.
A los que rebasan los 50 millones de pesos los citan aparte. Los dejan hablar y cuando han terminado su exposición sobre el proyecto, los funcionarios municipales de mayor rango escriben en un pedazo de papel una cantidad.
Sin decir palabra alguna se la dan doblada al desarrollador y esa es la lana con la que tendrán qué mocharse para que les den el permiso o de perdido, que les dejen trabajar, como fue el caso del centro comercial colapsado.
¿De qué otros casos te has enterado que se manejen así?, le pregunté a mi informante. Y me dijo que lo mismo sucedió con el Grupo Vía, de Adrián Villarreal Lamas y Adrián Galindo Saldaña y la constructora Legosa, representada legalmente por Eduardo González Chapa, quienes obtuvieron un permiso para construir la Torre Vía de Ave Lázaro Cárdenas, cuyas obras se cayeron por mal hechas y provocaron la muerte de dos personas y el derrumbe de varias casas del Fraccionamiento Antigua. Me mencionó tres casos más, pero esos serán tema de otros artículos.
¿CON QUÉ CARA QUIERES SER GOBERNADOR DE NL, ADRIÁN?
A la escena del trágico derrumbe de la Colonia Cumbres del Sol se aparecieron funcionarios federales y estatales.
Con decirles que hasta el Bronco Rodríguez se dio su vueltecita cuando iba rumbo a su casa de García por ahí de las 11 de la noche. Es que el “Espacio Cumbres” iba a estar cerca de los límites de Monterrey con ese Municipio.
Adrián no tuvo la decencia de aparecerse por ahí a dar la cara.
A los que mueven los hilos del PRI a nivel nacional, en NL y específicamente en Monterrey, les valió madres este caso y muchos otros que documentan la galopante corrupción de Adrián y sus secuaces, y palomearon su candidatura para las elecciones de Monterrey en el 2018.
Ahora están haciendo lo mismo con miras al 2021, pues -aunque usted no lo crea- de la mano del diputado local Francisco Cienfuegos, están promoviendo al mismo Adrián para que sea candidato priista a la gubernatura de NL.
Los 7 trabajadores muertos, 15 heridos y 9 desaparecidos en ese derrumbe, son un botón de muestra de lo que provoca la corrupción y dejadez de un “gobierno” municipal como el de Adrián, que dilapida dinero del erario tapizando todos los días de publicidad disfrazada de noticias, los medios que le venden sus espacios.
“Si como alcalde está nomás pa´ mandados cortos y no sincroniza dos semáforos, imagínenselo como gobernador. Dios nos libre”, dice la irreverente de mi Gaby.