La traición
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Se supone que en una democracia representativa la responsabilidad primera recae en la voluntad general de los ciudadanos –que éstos delegan al ir a las urnas– en sus representantes, es decir en los diputados, y que éstos son los responsables de traducir esa voluntad general en acciones de gobierno eficaces y universales que mejoren la vida de todos sus representados. La realidad nos aporta algo bien diferente, porque lo que muchos de esos representantes demuestran en sus hechos es que la representación conferida los tiene muy sin cuidado. La confianza que se les entregó al votarlos la burlan con la mano en la cintura. Van al diablo las promesas dadas cuando se anda pidiendo el voto y el respeto que le deben a quien los eligió. López Obrador, dueño de Morena, supo vender su oferta de lucha contra la corrupción y ganó la presidencia y mayoría en las dos cámaras federales. Su arribo al poder le significó a quienes votaron a su favor, el advenimiento de un cambio al que denominó cuarta transformación, con todo lo que eso quiera decir y que se supone que sería diferente. Pero lo que se va mostrando, y lo apunto sin tapujos, es una película de cuanto México ya ha vivido, que no ha funcionado y que ha tenido a millones de compatriotas viviendo desde siempre, generación tras generación, como si no fueran personas. El hiperpresidencialismo también harta, igual que cualquier otro exceso. La izquierda mexicana recibió una oportunidad de oro, pero la está tirando por la borda. En San Lázaro, el jueves de esta semana, nos dio una prueba de ello. Enseñó sin pudor alguno lo que es.
Cuando escribía el presente texto aún no concluía la sesión en la Cámara de Diputados, en la que se discutían las tres leyes secundarias en materia de educación. Fue verdaderamente vergonzoso el espectáculo. Los legisladores de Morena exhibieron su postración ante el Poder Ejecutivo para sacar adelante las exigencias y excesos de uno de los sindicatos más nefastos que han podrido la educación de este País, la CNTE, porque así se pactó para llegar a Palacio Nacional a más de las 40 curules “obsequiadas”. El bien superior, que es la educación de los niños y los jóvenes, es obvio que les importó una pura y dos con sal. La tal reforma secundaria atenta contra la rectoría del Estado y fomenta intereses ajenos a la educación, se instaura con ella un régimen de excepción, poco transparente y selectivo para decidir sobre las plazas magisteriales en violación flagrante a lo dispuesto en la Constitución de la República; le devuelven a los sindicatos el jugoso negocio de la vendimia de las plazas, los ascensos y/o para repartirlas entre incondicionales y parentela, como antes; determinan el pase automático en las escuelas normales, la UPN y los centros de actualización del magisterio, sin que medie una evaluación académica y en detrimento de la equidad. Es deleznablemente centralista, ya que violenta la distribución de la función social educativa entre la Federación, las entidades federativas y los municipios, y toda esta felonía, para controlar desde la SEP los recursos federales destinados a la educación y tener de rodillas y cooperando a los gobiernos de los dos niveles. Se pone en riesgo la integridad de las comunidades escolares con la desaparición del INIFED, pues el Estado deslinda su responsabilidad de mantener, mejorar, equipar, construir y rehabilitar las instalaciones educativas, transfiriéndola a los Comités Escolares (padres de familia, docentes y alumnos de cuarto a sexto año). Se confirma la intención de atentar contra cualquier posibilidad de autonomía en materia educativa. Reduce de forma sustantiva las atribuciones y capacidades operativas del organismo para la mejora continua de la educación. Entre otras barbaridades. Por favor lea lo que se aprobó, tómese el tiempo de enterarse, no es asunto menor: sus hijos son los más gravemente afectados. Entre a la página del Congreso, esta es la dirección: www.diputados.gob.mx. Encare a sus diputados, exíjales que vayan a explicarle la perversión que aprobaron, descubrirá que algunos ni siquiera saben de qué se trata, en primer lugar porque no leen, y después porque sólo ejecutan órdenes del partido al que sirven. Ahí mismo verifique la lista de quienes votaron a favor, en contra o se abstuvieron. Usted les paga el sueldo, usted es su patrón, a usted le deben su bonanza. Ya asuma su investidura de dueño de este país.
Que quede en la memoria de los mexicanos que el 19 de septiembre de 2019, López Obrador y sus adláteres en la Cámara de Diputados en el Congreso de la Unión, traicionaron la Constitución de la República, prefirieron pactar con la caterva de lideretes vividores insaciables de la CNTE, que legislar a favor de su País, del futuro de su País. La educación es lo que salva a los seres humanos de la mediocridad, de la desigualdad, de la desesperanza. La educación es la que llena de luz la inteligencia de las personas, la que les permite descubrir sus talentos, la que emancipa de prejuicios y fanatismos, la que libera el genio y la creatividad. En México necesitamos un cambio de mentalidad, pero el jueves de esta semana los diputados de Morena y anexos, en supina obediencia a su caudillo, nos pusieron a años luz de hacerlo posible.