Lo difícil de ser mujer
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El día de mañana se celebra el Día Internacional de la Mujer; merecen todo nuestro reconocimiento por su trabajo y amor incondicional que impregna en sus vidas. Sin embargo, su vida se complica conforme pasan los años. Recuerdo a mis abuelas cuyo rol era ser ama de casa, cuidar a los hijos y atender al marido. Sus funciones eran claras y aceptadas en su época. Hoy es muy difícil ser mujer porque no existe un sólo patrón. Si alguna de ellas quiere dedicarse a los hijos, su marido y casa, son criticadas muy fuertemente porque “están desperdiciando sus vidas”. Viven reprimidas y bajo el yugo de los hombres. Hay otras que no quieren casarse, entonces son criticadas por falta de compromiso y “una mujer sola es una amargada”. Hay otras que viven con su pareja en unión libre y son juzgadas como mujeres con pocos valores y ligeras. Algunas más que están casadas pero que no quieren tener hijos, son censuradas porque niegan su maternidad y “se arrepentirán más tarde”, cuando se queden solas y sin descendencia.
La mujer de hoy pertenece a una generación que debe cumplir una gran cantidad de expectativas y muchas veces pareciera que son opuestas. Queremos una mujer fuerte para que enfrente los retos y demandas de la sociedad, pero a su vez tierna y delicada; trabajadora que pueda mantener la economía de su hogar, pero con tiempo para cocinar y limpiar la casa. Deben ser madres perfectas que entreguen su amor incondicional a sus hijos y hacerles dotados: que hablen varios idiomas y sean los mejores deportistas y bailarinas a sus tres años; que mantengan un hogar impecable y además tengan un cuerpo perfecto moldeado por el gym y seguir una dieta orgánica que ella misma cocine.
La mujer vive una vida que es altamente exigida ante el hombre, el trabajo, el hogar, la familia y hasta hacia la misma mujer. Me llamó mucho la atención los resultados de un estudio realizado el año pasado en Estados Unidos. Pusieron un poco más de 100 imágenes de mujeres de cuerpo completo frente a mujeres y hombres para que decidieran cuál es la talla física ideal de cada grupo de personas. Las mujeres decidieron, en promedio, que su talla perfecta era 3, en cambio los hombres era 8. La mujer milenio tiene una alta dependencia de ser reconocida, aceptada y recibir muchos likes, ya que las hace sentir segura. En los últimos 5 años se ha triplicado el número de mujeres con depresión y ansiedad por no poder cumplir las expectativas del mundo. Dejemos de condenar a la mujer por las decisiones que toma. Hay que respetarla sin importar el camino que tome: casada, soltera, con o sin hijos, hogareña o profesionista. No debe ser juzgada. La mujer merece ser feliz tal como es.
@JesusAmayaGuerr
jesus.amaya@udem.edu