¿Quo vadis?
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Quo vadis, que en latín significa “¿a dónde vas?”, es una expresión utilizada para preguntarse el rumbo que se está siguiendo. El término proviene de las palabras que Simón Pedro dijo a Jesús al encontrarlo camino a Roma. El primer obispo de la iglesia huía de la ciudad en llamas y de la persecución a los primeros cristianos, a causa de las obsesiones del emperador Nerón. Hoy México enfrenta su propio Quo vadis. Hoy deberíamos hacernos la pregunta de hacia dónde va el país que hace algunos años llegó a ser la novena economía del mundo. Los índices de pobreza más que miedo nos avergüenzan; récords históricos se baten en cada medición: 53.4 millones de personas pobres, 9.4 están en pobreza extrema, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). De acuerdo con el más reciente reporte del Coneval, el porcentaje de la población en situación de pobreza en 2016 fue menor que el reportado en 2014 cuando fue de 46.2 por ciento, en 2012 de 45.5 por ciento y que en 2010 con 46.1 por ciento.
¿Hacia dónde va nuestro País que no logra generar los empleos que requiere? Hoy somos una nación donde desde finales del año 2000 se han generado 2 millones y medio de empleos cuando necesitábamos crear más de 12 millones. Tenemos un déficit de 9 millones 500 mil empleos y hemos pasado de una tasa de desempleo abierto de 2.3 a 4.6 por ciento con 14 millones de mexicanos trabajando en la economía informal.
Hace unos días se dio a conocer que en telecomunicaciones y tecnologías de la información nos encontramos por debajo de otras naciones de Latinoamérica con economías menos desarrolladas. La información proviene del Índice de Conectividad 2012 dado a conocer por el Foro Económico Mundial, que nos dice que el País se ubica en la posición 76 de 142 economías y es superado en la región por naciones como Barbados, Puerto Rico, Chile y Uruguay. Tenemos al hombre más rico del mundo que ha basado su fortuna en las telecomunicaciones, pero Barbados es más competitivo que nosotros en este segmento.
¿Cuál será el rumbo de México que hoy enfrenta los embates del crimen organizado que ha ocasionado un baño de sangre que ronda medio millón de muertos en 12 años y cientos de miles de desaparecidos?. Hoy ha quedado comprobado que la violencia sólo genera más violencia pero, empeñados en combatir las causas y no los efectos, seguimos al pie de la letra la Iniciativa Plan Mérida. Nos aplican su Ley Volstead que probó su inutilidad y ellos mismos terminaron por derogar, pues cuando se aplicó el consumo de alcohol y la violencia se disparó.
Modificar la estrategia de combate al crimen no implica desistir de los propósitos fundamentales a los que todos aspiramos: comunidades seguras en donde se pueda transitar con libertad y en donde se aplique la ley.
¿Hacia dónde va el País que en educación, que debería ser nuestra principal preocupación, las cosas simplemente no avanzan? Y es que según la OCDE, México es uno de los países del mundo con peores resultados en pruebas de lectura y de matemáticas. Tenemos el más pobre desempeño entre los países miembros. A eso sumemos a los ninis, que hoy parecen importar a muy pocos y suman ya más de 8 millones de mexicanos. Son jóvenes de entre 15 y 29 años que no reciben educación y no forman parte de la fuerza laboral. Fantasmas que caminan sin rumbo y de pronto a nuestra sociedad que los desplaza.
Mezclemos todo esto al polvorín de diferencias sociales que sufre México, lugar en donde la discriminación social y racial, la intolerancia y las divergencias políticas y religiosas abonan para encender las divisiones entre los mexicanos. Nuestro País reúne todo para ser una nación fuerte, independiente, autosuficiente, desarrollada y solidaria. Tenemos la oportunidad, la esperanza y la voluntad de que unidos podemos hacerlo mejor.
Perseguidos por orden de Nerón, los primeros cristianos huyen de Roma. Simón Pedro, sobre quién Jesús edificaría su iglesia, se escabulle de una ciudad envuelta en fuego. En su huida encuentra a Jesús por la Via Appia y le pregunta: ¿Quo Vadis Domine? El príncipe de paz le responde: “A Roma, a ser crucificado por segunda vez porque mis propios discípulos me abandonaron”.
@marcosduran