Ramos Arizpe: el ‘favoritismo’ de origen familiar
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En las últimas semanas VANGUARDIA ha informado de la existencia de un proveedor “consentido” en el municipio de Ramos Arizpe. Como se sabe, Alejandro Rodolfo Gámez Figueroa, quien es conocido por ser “gestor social” del Partido Revolucionario Institucional, ha sido favorecido con millonarios contratos durante la presente y la pasada administración municipal.
El más reciente descubrimiento en torno a este contratista, capaz de venderle cualquier cosa a quien quiera comprársela –desde aceite para vehículos automotores hasta útiles escolares– es que su “suerte para los negocios” podría estar vinculada al hecho de que sería pariente político de la alcaldesa Lilia María Flores Boardman.
En efecto, de acuerdo con la información conocida, Gámez Figueroa estaría casado con Mónica Flores, quien sería pariente consanguínea de la titular del gobierno municipal de Ramos Arizpe, circunstancia que podría prefigurar un caso de conflicto de intereses.
Pese a todo, la alcaldesa afirma que no solamente no existe irregularidad alguna en el proceso de contratación de su presunto sobrino político, sino que ella misma ha acudido al Fiscal Anticorrupción para ofrecer plena colaboración en la investigación que Jesús Homero Flores Mier ha anunciado luego de las revelaciones periodísticas del caso.
Para Flores Boardman la explicación de por qué ha sido ella misma quien ha acudido a la Fiscalía Anticorrupción es sencilla: “porque yo sé que estoy bien. Ustedes ya conocen el por qué, unos sellitos por ahí. No tengo nada qué temer”, dijo al ser cuestionada sobre el particular.
Cabría esperar, desde luego, que la “explicación” de la Presienta municipal fuera un poco más amplia y contuviera información de mayor relevancia que simplemente la referencia a “unos sellitos”, planteamiento que en realidad nada explica, aunque ella asegure que quienes la entrevistan “ya saben el por qué” de sus razones para estar tranquila.
El nuevo elemento descubierto en esta presunta trama de irregularidades demanda, sin duda, explicaciones mucho más detalladas, pues si en efecto el “proveedor favorito” de Ramos Arizpe es sobrino político de la alcaldesa la sospecha se multiplica.
No basta, frente a tal circunstancia, simplemente asegurar que “todo está en orden” y esperar que los ciudadanos crean a pie juntillas que Gámez Figueroa ha ganado los contratos adjudicados, simple y sencillamente porque constituía “la mejor opción” para los intereses del municipio.
Valdrá la pena en este sentido que el Fiscal Anticorrupción imprima celeridad a sus pesquisas y que podamos tener pronto el resultado de las investigaciones, no solamente porque es preciso tener claridad respecto de este episodio, sino porque hemos entrado a la recta final de la administración actual que, como se sabe, será sustituida por una distinta al iniciar el año próximo.
Por lo demás, dado que la propia alcaldesa ha dicho que es la primera en ofrecer toda la cooperación necesaria para esclarecer el tema, no debería existir obstáculo alguno para que la investigación avance con rapidez y los resultados de la misma se ofrezcan en un plazo breve.