A río revuelto…
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Los efectos económicos de la pandemia COVID-19 serán devastadores para la economía del mundo y, con sus particularidades, para México. Si el crecimiento económico tenía un estancamiento continuo, con un promedio de 2% mundial y 0% en México en 2019, para este año se prevé un máximo un 1% promedio en el mundo y de menos 1.5% en el país.
La afectación negativa en las cadenas mundiales en producción y comercialización, además de la caída en el turismo mundial, han reducido la demanda de petróleo y su precio, la mezcla mexicana en menos de 15 dólares el barril con su consecuente reducción de los ingresos federales; a esto se añade la depreciación del peso en casi 25 pesos por dólar, que afectará los costos de importaciones para producción y consumo final, por tanto se presionarán los precios al alza.
Sin embargo, el déficit fiscal cero del gobierno federal y la contención de la deuda pública contribuyen a enfrentar de mejor manera la crisis, sobre todo que se contenga el incremento inflacionario. Por otra parte, la decisión de reducir los precios de gasolinas y diésel, de acuerdo a los precios internacionales del petróleo y producción de derivados, ayuda a que la afectación no sea tan drástica en las cadenas de producción y distribución.
Resulta favorable el acuerdo fronterizo con Estados Unidos que restringe por un mes la entrada y salida de ciudadanos en los dos países, pero que no limita los intercambios comerciales terrestres, aéreos y marítimos; lo anterior puede favorecer las exportaciones y el ingreso de divisas, dado que por la depreciación se abaratan los precios de bienes y servicios de nuestro país, incluido el petróleo.
Además, mantener y adelantar las transferencias sociales directas por parte del gobierno federal asegura una mínima demanda agregada, como sucedió en plena cuesta de enero pasado, cuando las ventas de las tiendas de almacenes y departamentales crecieron 8.2% respecto al año 2019.
Las derechas política, empresarial, académica, cultural y social se frotan las manos para que la pandemia afecte irremediablemente la economía y por tanto al gobierno federal, pero equivocan el cálculo. Primero, porque generar psicosis afecta en la vida diaria a toda la sociedad –sobre todo a la población con menos ingresos- y no sólo la imagen y popularidad del presidente López Obrador. Por la irresponsabilidad de los medios masivos –especialistas en todo y de todo- ante lo difícil de la situación, se corre el riesgo de descontento generalizado. Pero, si eventualmente la contingencia se resuelve favorablemente, la 4T se verá fortalecida.
En nuestro país, aparte de transferencias sociales y reducción de precios de diésel y gasolinas, el gasto público federal no debería presentar subejercicio, sobre todo en infraestructura productiva; pero, ante la reducción recaudatoria, la deuda pública externa sería necesaria.
Reducir la tasa de interés referencial al ahorro a 6.5% por parte del Banco de México es acertado, sin embargo, para impulsar el crédito de inversión y consumo, podría reducirse hasta 5%, dada la tasa de interés cero o casi cero en países desarrollados.
La pandemia llegó ya a su punto de inflexión en China por el Interferón Alfa 2B de la biotecnología de Cuba para la cura y la vacuna está por descubrirse en varios países, es decir que la crisis epidemiológica se extenderá previsiblemente hasta tres meses. Los efectos negativos en la economía no serán con la magnitud que la derecha lo espera. Pasada la contención la dinámica económica regresará a su normalidad, al menos en Asia, África y el continente americano, fortaleciendo el intercambio comercial entre estas regiones, incluido México.
Ante la contingencia, las autoridades financieras del gobierno federal deberán hacer acopio de capacidad estratégica y perspectiva económica, para que, en las condiciones naturales del sistema capitalista, se pueda redefinir una economía productiva-distributiva que fortalezca el mercado interno y que supere fracasos de gobiernos neoliberales, sobre todo respecto a la desigualdad social en todos sus aspectos. De no ser así las repercusiones negativas sobre la Cuarta Transformación serán irreversibles. A río revuelto… ganancia de pescadores.