Se puede decir... Que todo lo vendible se vende tarde que "temprano".

Pero no se puede decir... Que el avión presidencial ni regalado lo "quieren". Fue una compra a tontas y a locas, que costó un ojo de la "cara", y ahora por más que lo han ofertado, nadie se interesa por él, y eso sí que duele a los mexicanos y más a la 4T, porque se ha convertido en una piedra en el zapato, que en gastos de mantenimiento ha aumentado en una forma exagerada su valor, dinero que jamás se va a recuperar, por eso todavía es tiempo de que sea vendido mejor "como" refacciones.