Si el estar encerrados no contiene la pandemia, ¿qué hacemos entonces encerrados?
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La pandemia nos alcanza. Pero sigo insistiendo en que este virus chino va a causar más miseria, dolor y caos económico que muertes. En el mundo así ya está ocurriendo. ¿Cómo ha visto usted las medidas que se han tomado a nivel federal por Andrés Manuel López Obrador y su equipo? Resulta claro y alarmante lo siguiente: no obstante las medidas punitivas que se tomaron en países como Italia y España (cero libertad de tránsito, movimiento y no ir a los lugares de trabajo), violando las garantías individuales de los ciudadanos, no se pudo detener el contagio. Hoy no se ha detenido el contagio. Usted lo sabe, estos países hermanos tienen la mortalidad más grande y elevada. ¿Entonces qué hacer?
Lo mismo ha sucedido en dos Estados fundamentales de Estados Unidos de Norteamérica, California y Nueva York. Se ha prohibido salir a la calle, pero eso no frenó la pandemia. El virus chino está incontrolable. ¿Qué hacer entonces, qué plan utilizar y poner en práctica? Hace unos días y por primera en su vida, el creso de Ricardo Salinas Pliego (dueño de TV Azteca y de la banca para pobres, Elektra y Azteca) dijo algo coherente de lo cual le he advertido desde que inició esta contingencia: “vamos a morir de hambre”. Recluidos en soledad. Solos y de hambre. La cita textual de Ricardo Salinas Pliego es la siguiente: “Como van las cosas parece que no moriremos por coronavirus sino de hambre. En México, la inmensa mayoría no vive de un sueldo, ni vive de sus ahorros ni del gobierno, la inmensa mayoría vive al día, de manera que si la mayoría de la población deja de generar ingresos hoy, simplemente mañana no tiene qué comer”.
El tipo, el empresario que se ha enriquecido a costa de la ignorancia de los mexicanos, tiene razón. Vivimos al día y con hambre. Si el estar encerrados no contiene la pandemia, ¿qué hacemos entonces encerrados, confinados? Insisto, vea los casos dramáticos de Italia y España, países los cuales por su situación geográfica y clima han sido matriz y cebo de dicho virus con la mortandad más alta jamás esperada, naciones en teoría de primer mundo. Sigo pensando que estar aislados en nuestras casas no es una buena estrategia. Viene verano tórrido (ya está aquí). Monclova, Piedras Negras, Ciudad Acuña, Torreón y Monterrey… a 42 grados diarios, dos recámaras, un sanitario y una cocina para una familia de… nueve miembros. ¿Cuánto tiempo soportaría usted lo anterior?
Es precisamente un caso palpable y a la vista de una mesera amiga mía, la cual no tiene trabajo porque la taberna en donde trabajaba está cerrada. Desgraciadamente no es broma lo anterior. Son nueve de familia, ella tiene 20 años, su hermana mayor, de apenas 22 años y embarazada, se llevó a vivir a su esposo a dicha casa. Vivienda entendida, ya le dije, como dos cuartos de recámara, un baño y un cocina. Un horno ya hoy, y el verano aún no llega con todo su demoniaco poder. A 42 grados en dos cuartos y un sólo sanitario nueve de familia, ¿de qué van a vivir?
ESQUINA-BAJAN
Los siguientes son datos duros que nos desnudan de cuerpo entero: 34 millones de mexicanos residen en viviendas con hacinamiento (dos o más personas comparten una habitación) y son casas con materiales deficientes: hechas con láminas de zinc, cartón, madera o palma. Es un diagnóstico elaborado por el Centro de Investigación y Documentación de la Casa y la Sociedad Hipotecaria Federal. Los últimos datos del Inegi aportan otra huella dolorosa más: 791 mil 233 familias viven en una casa sin tener sanitario. ¿Vivir guardados en casa a 39 grados diarios por tres o cinco meses más? Imposible, seamos francos. Dice Salinas Pliego: “Paralizar toda la economía de tajo significa hambre y, por lo tanto, dentro de poco se desatará la delincuencia, la rapiña y el caos… calles vacías, parques sin gente. Esto no puede ser…”.
Las “invitaciones” a saquear comercios de manera masiva ya son un foco preocupante en Ciudad de México, Puebla y Estado de México. Sí, ya hay hambre. Yo en lo personal he tratado de hacer mi vida “normal”, lo más normal posible. Aunque ando batallando de pesos (como siempre, vaya), ahora batallo y sufro un poco más o un mucho más en conseguirlos. Pero, tengo lo suficiente para sobrevivir un mes más. Aquella tonada bobalicona de Timbiriche: “Soy un desastre y ya no sé lo que me pasa / ya cansado de comidas enlatadas…”, se cumple cabalmente: imagino usted está harto de comidas enlatadas, pero si usted tiene miedo a salir, no salga, siga en ese confinamiento mientras pueda y aguante. No se arriesgue.
Pero lo vimos letras arriba, el estar aislados no para la pandemia. Volvamos a las palabras del creso Ricardo Salinas Pliego: “Este virus existe sin duda, pero no es de alta letalidad, debemos olvidarnos de la ecuación equivocada de que virus es igual a muerte. No es cierto”. Se lo he dicho aquí ya varias ocasiones: son pocos muertos (un manojo afortunadamente, hoy que redacto estas notas) en un país de 130 millones de mexicanos y no se justifica cierre masivo de empresas, fábricas, comercios, escuelas, restaurantes; vaya pues, todo en el País. Esta “estrategia” no me gustó nada desde que inició. La afectación a eso llamado “calidad de vida” va a ser brutal. Vivimos al día, seamos francos; de hecho, 56 por ciento de los empleos en México forman parte de eso llamado informalidad. Mi amiga, la mesera, con su familia de nueve miembros hacinados en dos recámaras y a 40 grados diarios y un baño, ¿van a seguir obligados al encierro? Por primera vez el creso de Salinas Pliego me ha caído bien, si seguimos aislados, confinados…
LETRAS MINÚSCULAS
Vamos a morir de hambre. Reanude su vida “normal” poco a poco, señor lector. Es lo mejor que podemos hacer hoy: salir a luchar de pie.