Tiene a Monterrey hecho un desastre y quiere ocuparse de la Macroplaza
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Mejor que le pare, porque si no puede administrar un municipio, menos lo va a hacer con un asunto que le compete al gobierno del Estado. Claro, compararse con la ineficiencia, incapacidad y falta de inteligencia de la gestión del Bronco, haría que cualquier estado o municipio africano de los más fregados resultara un portento de gestión pública.
Les platico: Adrián de la Garza no puede aceptar que ni entre los priistas tiene cartel para aspirar a la candidatura de su partido, con miras a suceder a Jaime Rodríguez.
No es capaz de sincronizar ni dos semáforos y quiere gobernar a Nuevo León. Háganme ustedes el refrabrón cavor.
Y aquí no puede seguir el “modelo lopezobradorista” de culpar a pasadas administraciones del desmadre en que está Monterrey, porque el tal Adrián se reeligió apenas el año pasado después de una de las más cuestionadas elecciones municipales de que se tenga historia en México.
O sea que si en cuatro años que lleva como alcalde no ha logrado resolver los principales problemas de la otrora ciudad orgullo de México, es porque le ha faltado capacidad, entre otras cosas. Punto.
Lo que más presume es que maneja una hacienda municipal que le ha valido el reconocimiento de casas certificadoras en cuanto a la calificación de su deuda.
Pero los que le sabemos un poco al negocio de las casas certificadoras, sabemos que en Monterrey lograron un jugosísimo contrato de cinco ceros -y en dólares- para hacer su jale como evaluadores del manejo de la hacienda municipal.
Contratos como ese son los que López Obrador se cansa de mencionar como la causa de que no logre su gobierno un cariñito de las Fitch, de las Standard and Poor’s, Moody’s y otras por el estilo.
En el caso de Monterrey, el 12 de marzo de éste año, la calificadora HR Ratings subió la calificación financiera del municipio de “HR AA-“ a “HR AA”, y mantuvo como “estable” su perspectiva.
Sergio Arturo Vela, ex presidente de los ExA-Tec en Houston y especialista en estos temas, me dijo que ese “avance” es de los más pobres que existen en el mercado.
Pasar de la modalidad negativa de “HR AA-“ a simplemente “HR AA” se debe solamente a un avance en los niveles municipales de recaudación. Entre el 2017 y el 2018, el municipio captó por recaudaciones un 44.5% de sus ingresos totales, mientras que en los previos ejercicios fue del 39.6%”.
Entonces, la recaudación propia en el 2018 aumentó casi un 10%, lo cual hizo que se notaran más ingresos por impuestos y derechos.
Ese incremento -que le valió pasar de una calificación negativa al siguiente nivel- fue por el rubro de impuestos como la actualización catastral, que en lenguaje llano significa haber aumentado los montos cobrados por el predial.
“Así qué chiste”, diría mi abuelita la financiera más acreditada de la primera mitad del siglo XX en estas bárbaras tierras del norte.
En diciembre del 2018, la deuda directa del Municipio era de 2,009 millones de pesos, integrada por tres créditos estructurados con bancos de desarrollo y comerciales, Banobras y BBVA Bancomer, para ser precisos.
Esos créditos fueron utilizados para refinanciar los plazos de cuatro créditos anteriores y mediante esa acción, la deuda neta de los ingresos de libre disposición -los llamados ILD- disminuyó de 30.6% que registraba en el 2017, a 24.6% en el 2018.
Me clavé en la cosa financiera porque es el único rubro donde Adrián presume logros para -según él- aspirar a ser candidato del PRI a la gubernatura de Nuevo León.
Y para meterle mocos al atole financiero municipal, el pasado 10 de éste noviembre, el tesorero de Monterrey admitió que en el 2019 hay un sub ejercicio presupuestal de 2,100 millones de pesos que equivalen al 40% del presupuesto anual.
El funcionario -que se llama Antonio Martínez- se aventó una “perla” para justificar tal desfiguro, al declarar en rueda de prensa que tal cantidad de dinero en caja “es visto como inusual porque las administraciones pasadas eran ineficientes”.
El único detalle es que la administración inmediatamente pasada fue la de Adrián de la Garza, o sea, balazo en el pie que ellos solitos se están dando. Encima son torpes para manejar su comunicación.
Y para apoyar a su subalterno, el Alcalde dijo: “No se preocupe la ciudadanía por el dinero. Está bien cuidado, responsablemente administrado y no vamos a endeudar más a los regiomontanos”.
A lo que mi abuelita la financiera replicaría desde su tumba: “¿A los regiomontanos, kimosaby? ¿Y nosotros qué pitos tocamos en tu desafinada orquesta?”
Por lo demás, a lo mejor el alcalde se mueve en un tanque por las calles de Monterrey, porque parece no darse cuenta de la cantidad de baches que “adornan” nuestras vialidades, con un sinfín de daños a los automovilistas al caer en ellos.
El tráfico es un caos en horas pico y no pico por todos lados y los agentes de tránsito brillan por su ausencia, dedicados a cazar a incautos en patrullas, motos y a pie.
Y en materia de seguridad, lean esto: el Semáforo Delictivo marca en octubre pasado con rojos -la peor evaluación- a la Policía Regia de Monterrey en robos a casas, a negocios, a bancos, cristalazos, violencia familiar y violaciones. En amarillo -apenas un escalón antes del rojo- aparecen los robos a personas y homicidios.
Con decirles que la Policía de Monterrey está peor que la del gobierno del Estado, que ya es decir.
Entonces, ¿de dónde saca Adrián que tiene posibilidades de llegar siquiera a ser candidato del PRI a la gubernatura de NL?
CAJÓN DE SASTRE
“¿No será que el tal Adrián no ha gastado esos 2,100 millones de pesos en obra y servicios públicos, porque los está guardando para financiar su campaña por la gubernatura? Como dijo tu abuela la financiera: Piensa mal y a lo mejor acertarás”, dice la irreverente de mi Gaby.
placido.garza@gmail.com