Violencia/ inseguridad (4)

El Papa Francisco de los hermanos católicos le ha llamado a esto, a esto que se vive en todo el mundo, a esta deshumanización total, como “la cultura del descarte” del ser humano. Lo mismo podemos ser utilizados (fábricas, empresas) que descartados. Cuando uno ya no sirve, pues es descartado. Y la violencia y la inseguridad cobran la factura en la actualidad con mucha frialdad. En ciertos países la factura es diaria y el cobro es letal en hartas, miles de vidas. Es el caso de países como El Salvador (aquí habitan los feroces mareros), Honduras (los cuales llegan a Saltillo y a Coahuila a puños y todos son almas de Dios, según acogida de los monjes Raúl Vera y Pedro Pantoja. Por cierto, el pasado sábado 17 de agosto y como escenario un partido de futbol entre el equipo Motagua contra el Olimpia, fue resulto a violencia extrema entre los aficionados de ambos clubes. Los hondureños son fieros en grado sumo, pero aquí se les ama. Armados con palos y botellas rotas de vidrio los aficionados, resultaron heridos al menos tres jugadores: Emilio Izaguirre, Roberto Moreira y Jonathan Rougier. Al momento de redactar esta nota, hay al menos tres aficionados muertos) y ahora México, donde la violencia está sin control ni freno.

Por cierto, en el bosquejo arriba deletreado, se cumplió la apreciación del Papa Francisco, la “cultura del descarte”. Es decir, le pude decir de los tres jugadores heridos levemente, sus nombres fueron tecleados una y otra vez por los medios de comunicación de aquel país y la nota le dio la vuelta al mundo, pero, ¿y los nombres de los tres aficionados muertos, asesinados por el vandalismo y violencia extrema de los hondureños? Pues no, nadie sabe sus nombres, son aficionados ya descartados. Son muertos, ya no viven. Así las cosas y así anda el mundo en todos lados. Por cierto, ¿a usted le gusta el cine de acción? ¿Ya vio la saga de películas, una trilogía, de la cual le hablé en texto pasado, la saga de películas “John Wick”? La primera cinta se estrenó en 2014, la última de la serie se acaba de estrenar (mayo). Su recaudación en taquilla es millonaria. La crítica especializada (hay un rango que mide esto, es la IMDB) le otorgó a esta tercera película un puntaje casi perfecto: 97 por ciento. ¿De qué trata esta saga de películas?

Todo se desarrolla porque unos desadaptados sociales le matan al asesino que estaba retirado (John Wick) a su perro, herencia sentimental que le había dejado su esposa la cual muere de causas naturales. En la primera película mueren por esta causa (por matar a su perro) 84 personas. ¿Me puede decir usted, si ya vio la cinta una o varias veces, los nombres de dos o tres personajes de los 84 que murieron con violencia y saña inaudita? Todo mundo recuerda al asesino, John Wick, pero nadie recuerda al menos a una víctima. ¿Me puede decir de uno a cinco nombres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa?

ESQUINA-BAJAN

Siempre me ha parecido algo absurdo y estúpido que los humanos quieran más a su perro o defiendan a un “pobre torito”, en las bellas y artísticas corridas de toros, que a un ser humano. ¿Por qué nadie quiere a su vecino? No lo sé. Tal vez porque los humanos ya somos muchos y enfadamos. La trilogía de cintas ultraviolentas “John Wick” (estelarizadas por Keanu Reeves) es todo un fenómeno donde hay dos valores, sí, dos valores que todo mundo pondera. No es broma, vea usted los foros y las “críticas” a la cinta. Las películas tienen a perros como protagonistas y dichos animales son “adorables”. Hay foros de fanáticos y medios de comunicaciones nacionales e internacionales que se están dedicando a solucionar una pregunta que les taladra su vida: ¿El auto que tripula John Wick es un Mustang Boss 429, de los cuales sólo se construyeron 857 en su momento en todo el mundo, o bien, es un Mustang Mach 1? Pero nadie, nadie se pregunta por las centenas de muertos que van quedando regados con el paso de este asesino del camino.

Usted me dirá, pues sí, pero es sólo una pinche película de entretenimiento. Lea lo siguiente: “Para ella los perros han sido su mejor compañía inclusive llega a entenderlos mejor que a los humanos… Si todos hiciéramos algo alguna vez en la vida de un perrito, tuviéramos otro mundo…”. Lo dijo el 15 de febrero de este 2019 una reconocida y admirada dama de la sociedad local, lo que eso signifique. Lea lo siguiente ahora: “Ellos siempre terminan (los perros) acomodándose a nuestro estilo de vida, es cuestión de tratarlos como si fueran parte de nuestra familia…”. No es chacota, es otra reconocida y admirada dama de la fina sociedad local, lo que eso signifique, la cual opinó lo anterior de su mascota a la cual le ha comprado “muchos cambios de ropa, además de accesorios…”. Perdón por insistir, no es burla. Lea ese suplemento de tal fecha antes mencionada. ¡De espanto!

La gente quiere más a su perro y se “conmueve” ante la brutalidad de los “pobres toritos” que van al matadero; pero nadie, nadie se conmueve (bueno, sí, desde su mullido sofá, lanzan un twitt y listo. Forman parte de la “consternación mundial” de cualquier evento) ni de verdad se involucran en lo siguiente: en Tlahuelilpan, Puebla, al estar ordeñando ductos de gasolina de Pemex, explotaron éstos (sábado 19 de enero de 2019), más de 78 personas murieron. Nunca se sabrá en verdad cuántos mexicanos de escasos recursos murieron calcinados ese día. ¿Puede usted decirme un sólo nombre de una víctima de tan infernal hecho? Lea por último esto: comando asesina a 8 en Irapuato (12 de agosto). El fin de semana del 10 y 11 de agosto, en Guanajuato solamente fueron asesinados 31 seres humanos. Luego vinieron los colgados y desembrados de Uruapan…

LETRAS MINÚSCULAS

¿Los muertos? Los muertos están y descansan en paz. La gente “influencer” le compra “linda ropa y accesorios” a sus perritos… Pinche vida.