‘De miedo’, precios para armar altar de muertos en Saltillo

La celebración del Día de Muertos se ha convertido en un negocio de “vivos”.

Este año comprar lo necesario para armar un altar de muerto cuesta “un ojo de la cara”; la inversión oscila entre los 700 y los mil pesos, por lo anterior, los saltillenses echan mano de material reciclado y “coperachas” para montar un recuerdito para sus seres queridos.

En medio de una pandemia donde la pérdida de familiares fue el pan de cada día, la tradición de colocar un altar de muertos permite a los saltillenses recordar con afecto su partida, pues incluso la pandemia trastocó los rituales funerarios.

Sin embargo, este año la crisis por la pandemia hará un poco difícil cumplir con la tradición, pues los gastos resultan exagerados para más de uno, desde las veladoras, con precio de entre 18 y 25 pesos, pan de muerto, que incrementó hasta 3 pesos en comparación con el año pasado, ante el alza que enfrenta el gas LP.

Las flores de cempasúchil, con un costo de 25 pesos el ramo chico y hasta 45 el ramo grande; papel picado o hule, de entre 30 y 60 pesos con 6 piezas, y los dulces artesanales con precios de entre 10 y 40 pesos cada uno.

Las tradicionales calaveritas de azúcar o chocolate andan entre los 10 pesos la más pequeña y hasta 45 pesos la más grande, mientras que las frutas típicas de la ofrenda como la caña, está a 20 pesos la bolsita o la vara; la mandarina en 14 pesos, naranjas, 34 el kilo, y el limón en 24 pesos el kilo.

Además de los elementos del altar, los saltillenses acostumbran colocar la comida preferida de ser querido, con una inversión “extra” de entre 50 y 150 por platillo, además de ropa o pertenencias que ya tienen, pero haciendo uso de cajas de rejas, papel, luces de colores, cal, sal o aserrín, suman al menos 100 pesos más a la inversión del altar.

Lo anterior, considerando los precios de artículos que se comercializan en los supermercados y fruterías del primer cuadro de la ciudad; algunos saltillenses opinaron que la forma de mantener viva la tradición es haciendo altares pequeños.

POR COOPERACHA

“Pues aunque sea algo pequeño, que sea representativo o a veces con que se pongan los elementos básicos y la foto de nuestro difunto”, expresó María Eugenia Salazar, vecina de la zona centro.

“Mejor hacer coperacha y montar uno entre todos”, consideró Juan Carlos Rivas, un sexagenario a cargo de una ferretería, donde todos los empleados cooperarán para armar su altar de muertos.

“Si no mejor, ir a los lugares donde los hacen los estudiantes o los que hacen festivales, pero ya no es como antes que en todas las casas se montaba un altar”, dijo el ferretero.

ANTOJO DE PAN NUNCA MUERE

Esta temporada también se pone “de moda” el consumo de pan de muerto, y aunque el precio del pan dulce en general aumentó entre uno y 3 pesos en panaderías locales y hasta 10 pesos en las panaderías gourmet al norte de la ciudad, los encargados de un negocio en la zona centro aseguran que el pan continúa vendiéndose pese al alza de precio.

Gerentes como José García Cruz, propietario de la panadería “La Crema”, en el Centro Histórico, señaló que el alza de precios no solo incluye el aumento que enfrentan con el gas LP, sino con el resto de los insumos como harina, azúcar y huevo, entre otros ingredientes.

“Se ha vendido desde los primeros días de este mes, a las 07:00 de la tarde ya se acabó el pan, por eso mejor hacemos sobre pedido, y naturalmente subimos los precios porque todos los insumos se encarecieron, sin embargo, el pan sigue siendo de primera necesidad”, señaló García Cruz.

Coincidió con la administración de la panadería “El Radio” en que el incremento en el costo de los insumos impactó directamente en los precios de cada pieza de pan e incluso su tamaño.

Sin embargo, consideran que la venta continúa, pues aunque sí se registraron bajas importantes durante el confinamiento, el pan es uno de los alimentos con mayor demanda, sin importar que sea abril o diciembre.

Por su parte algunos consumidores frecuentes consideraron que la alza del pan es “entendible”, porque todo ha subido de precios, sin embargo, aumentan todavía más en las tienditas de barrio.